lunes, 28 de diciembre de 2009

Carta a los Reyes Magos 2010

Sres. Melchor, Gaspar y Baltasar
Reyes Magos
Lejano Oriente s/n

Queridos compadres:

Espero no se molesten por llamarlos así, pero luego de 29 años saben que ya ni me porto bien y tampoco funcionaría un choro mareador para pedirles que se cumplan mis deseos. A estas alturas hay confianza de sobra, por lo cual ésta será una carta sincera, y si no se detienen a leerla, los demandaré ante PROFECO por arrebatarle la ilusión a un niñote como el que escribe los presentes párrafos.

Dicho lo anterior, comenzaré por pedirles un México más sano. Líbrenos de ataques de influenzas extrañas venidas de otro planeta y de algunos políticos cuya sabiduría nos ilumina cada día. A éstos últimos no les traigan una bicicleta o patines, mejor una caja con medio kilo de neuronas para ver si saben utilizarlas. Y si se quieren ver muy espléndidos, póngase guapos con una vacuna para las dos pandemias antes mencionadas.

En lo económico, sean tan amables de traerme una cartera rebosante de billetes para pagar cuanto impuesto está por estrenarse (ah perdón, son “ajustes”). En la televisión, quiero otras tantas telenovelas al estilo Juanito, pero con una trama mucho más interesante y por qué no, hasta un refrito titulado Juanito el del barrio. ¿Qué tal un reality llamado Me quiero encabronar? donde participen personas con altos niveles de estrés y mal humor. Por supuesto, espero las palomitas de microondas y una gaseosa para disfrutar semejantes series de primer nivel.

En el ámbito internacional, por favor no se vuelvan locos y otorguen premios Nobel de la Paz a quienes promueven la guerra, ¿o acaso 20 mil soldados van a dejar despensas y a hacer servicio comunitario a otros países? Y yo tan mal pensado. Está bien que el consumo de hierbas haya sido aprobado pero tampoco exageren, luego hacen cada barbaridad…

Para mi muy querido DF’cito no les pido mucho: seguridad, empleos, obras públicas, limpieza, cero contaminación y ambulantaje, y funcionarios que se pongan de acuerdo en todo… bueno, sí es mucho pedir, pero estamos entre cuates, ¿que no?

Finalmente, y para no abusar de su tiempo, a mí tráiganme lo que su gana les dicte. No me pondré exigente con juguetes de alta denominación y tecnología extravagante, únicamente regalen salud y trabajo a todos mis allegados.

Nos leemos en 2011, y por favor no tomen mucho porque el alcoholímetro anda a la orden del día y no pretendo sacarlos del Torito a las dos de la mañana. Luego qué razón le darán a los niños para no encontrar sus juguetes bajo el árbol.

PD: No me vayan a salir con que hoy es día de los inocentes y mi esmero verbal fue una tomada de pelo. De ser así, los acusaré de explotación animal en la zona del Centro capitalino. Miren que traer a un caballo, camello y elefante desde muy lejos para exhibirlos y fotografiarlos, además de ponerlos a trabajar toda la noche, es un verdadero abuso.

miércoles, 28 de octubre de 2009

De impuestos y otros demonios

Hay dos figuras públicas que me causan cierto escozor: los policías y los políticos. La diferencia entre ellos, además del apodo que se cargan, es que roban pero con diferente uniforme y desde distintas trincheras. Unos “orillan a la orilla a los coches negros oscuros” para morder cuales viles caninos; los otros, más decentes en su atuendo pero no por ello menos ladrones, saquean al pueblo apostados en sus asientos finamente tapizados y con su voz al ritmo de beeeee.

Pero dejemos el paseo al zoológico para otro momento. El reino animal ya tiene suficientes especies de gran estirpe como para achacarles por competencia a un par de baja denominación. El asunto hoy es el alza de los impuestos por parte de nuestra inigualable camarilla política. Juro que ni un libro de Carlos Trejo me ha dado tanto miedo como este asunto que trae de cabeza a México, disque para salir del hoyo económico en el que se encuentra.

Curiosos me resultan los argumentos para mandar al cielo los precios y al infierno a la gente. ¿O cuándo va usted a creer que aumentar el IVA es para que los pobres mejoren su condición social? Más bien, se trata de robarles a los más necesitados para dárselo a quienes menos lo requieren… como un Robin Hood pero a la inversa.

¿Y qué me dice del 3% a las telecomunicaciones? Con eso que el internet y la telefonía en México ni se usan y son un lujo, un pago extra en esos rubros no es trascendente. Luego continuamos con el tabaco y el alcohol, aunque a decir verdad, algunos prefieren saltarse una comida que dejar de beber cebada los fines de semana futboleros. Como sea, los consumidores ahora podrán presumir de padecer cirrosis económica (sólo falta que Oceánica y AA aumenten impuestos, eso sí sería una absoluta perdición).

También alimentos y medicinas están en el debate. Ya nomás falta que nos vengan con el cuento de pagar un 3% adicional a las quesadillas del mercado o cooperar para los Simi-impuestos. Y en la educación, el flamante cerebro hacendario pretende recortarle entrada de lana a la UNAM, como si el Premio Asturiano fuera de chocolate o la institución aportara una simple embarradita de investigación en el ámbito nacional.

Pues sí, todo lo anterior no se trata de una mala novela escrita por un autor cuyo pasón de mota haya rebasado sus límites. Esas son las ideas de aquellos que ruegan votos discurseando 40 mentiras por minuto para luego traicionar a quienes confiaron en ellos. ¿Pero de qué nos quejamos? Si tenemos una plaga de Juanitos “trabajando” por los intereses de México, la democracia nacional es la más cara de mundo (y aún más caras sus consecuencias), y nuestro mandatario ofrece empleos a los hermanos guatemaltecos mientras aquí despide a 40 mil de un jalón (¡acabo de descubrir quién es ese autor de la mala novela!). ¿Verdad que el escenario es digno de una película de terror?

Por eso yo tengo mi propuesta para aumentar impuestos: que cada político falto de neuronas aporte el 50% de su sueldo, otro 49% cada vez que le mienta al pueblo, y el 1% restante le basta para vivir como la gran mayoría de la gente… en el inframundo. Para que vean lo que se siente.

martes, 27 de octubre de 2009

Calavera corredora (segunda parte)

Una fría mañana de noviembre
La huesuda en su ropa deportiva se enfundaba
Pues una competencia de 10 kilómetros
Contra el trío de corredores le esperaba

Al circuito Gandhi llegó con su atuendo apantallante
Una playera roja de tecnología
Y hasta tenis con suela antiderrapante

Decidida y segura de poder ganarles
La catrina el desayuno quiso apostarles
Y antes del disparo de salida
Ya empezaba a saborearse ese par de quesadillas

Así comenzaron su andar en el pavimento
Pero al cabo de unos minutos
Su trote se volvía cada vez más lento
Pues aunque había entrenado desde mayo
A la muerte le atacó un fuerte dolor de caballo

Angustiada veía cómo los corredores
A un gran ritmo a su lado le pasaban
Y ni un Gatorade y medio litro de agua
Las fuerzas a sus piernas le regresaban

Ellos sonrientes llegaron a la meta
Y de la parca no se supo nada
Pues en algún punto del circuito
Con ampollas se quedó totalmente abandonada

Sin duda necesitas más motivación
Porque con ese lento paso
Jamás terminarás el maratón
En el kilómetro uno se te acabó el encanto
Y por eso completamente derrotada
Te regresas derechito al camposanto

martes, 29 de septiembre de 2009

Érase una vez Juanito... la telenovela

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana, existió un personaje con greña rebelde y una inconfundible banda en la frente que quizás le otorgaba poderes inimaginables. En sus años de juventud dirigió un equipo de futbol de donde más tarde surgiría su legendario nombre, y entonces quedaría grabado para la posteridad.

Populachero, amigable y simpaticón, nuestro héroe no era un simple ciudadano, iba más allá en su labor multifacética: lo mismo era actor de ficheras o se hacía pasar por Barrabás en un vía crucis religioso, que ambulante y hasta golpeador golpeado. No cualquiera en su época podía presumir tan envidiable currículum personal.

Un día, mientras hacía el bien para su comunidad y se liaba a toletazos con uno que otro granadero, se topó con un ser que lo lanzaría al estrellato. Sin embargo, el tipo en cuestión tenía malévolos planes, pues su ambición de poder lo llevó directo al lado oscuro cual si fuera un Darth Vader moderno. “Juanito, yo joy tu padre”, le decía una y otra vez, mientras le prometía el sueño de conquistar un territorio llamado Iztapalapa. Y así lo encausó a librar múltiples batallas épicas hasta ver cumplido su cometido.

Tuvo muchos rivales en su camino hacia la gloria, pero sus enemigos enfundados en capas y escudos blanquiazules y tricolores jamás pudieron vencerlo. Con su ejército de acarreados libró a cuanto gandalla se le puso enfrente y, según revelan los hallazgos históricos, fue en el año 2009 d.C. cuando su lucha social finalmente tuvo éxito.

Con el poder en sus manos, Juanito se pavoneaba en las calles y todos a su paso le rendían tributo. Levantaba el pulgar en señal de victoria y sonreía; posaba para las cámaras, y los medios informativos siempre estaban ansiosos por recibir sus sabias palabras. Todo era felicidad y se auguraba un extraordinario porvenir para su entorno… pero no todo fue miel sobre hojuelas.

Corría el mes de septiembre del citado año cuando al títere se le ocurrió salirse del guacal y se creyó el cuento de que, efectivamente, la poltrona de Iztapalapa sería suya. Tenía ya sus planes, a sus colegas prestos para entrarle al quite, y hasta se había comprado un traje para el momento de ser coronado. Sin embargo, y a pesar de múltiples solicitudes del señor Vader para hacerlo renunciar a su cargo y heredárselo a una dama, Juanito se aferraba a su postura, argumentando que él había ganado la batalla y el territorio conquistado sería sólo suyo.

Los dimes y diretes ponían al rojo vivo la trama, pues la fecha anunciada para el nombramiento se acercaba y un choque resultaría inminente. Entonces entró en escena otro personaje, gobernador de la ciudad y presumiblemente enviado para tal cometido, que puso fin adelantado a tan intrigante telenovela. Fue un lunes por la tarde cuando, tras una sesión de fallidas negociaciones, su rostro desencajado lo decía todo: el fin de su era había llegado y la figura de Juanito se derrumbó para no existir más. Sus argumentos de despedida fueron contundentes y no dejaron margen de duda: se dijo enfermo, y ante todo estaba su salud. ¿Estaría próximo a someterse a un trasplante de neuronas? ¿O tal vez sus articulaciones desfallecieron por tanto maltrato policiaco en las marchas a las que acudía?

Nadie sabrá a ciencia cierta qué le llevó a renunciar al poder. Ese detalle quedará en el misterio absoluto, pues sería necesario ser un perfecto analista político con tres doctorados en Harvard para poder explicar su manera de actuar. Hoy algunos lloran su partida, otros la aplauden, pero lo único cierto es que el desenlace de esta historia sólo da cuenta de la realidad política mexicana.

Juanito, te recordaremos como lo que fuiste: una caricatura engendrada por los medios; un pretexto para echarse en el sillón frente al televisor con tal de divertirnos un rato (por supuesto, con palomitas y chesco en mano); y un tipo que nos enseñó a valorar nuestra entrañable política. Sin ti nada será igual, aunque seguramente contigo todo sería lo mismo. ¿Ahora quién podrá salvarnos?

lunes, 21 de septiembre de 2009

Héroes del 27

Hoy nos despertaron más temprano que de costumbre y afuera hace frío. El tipo que nos quitó del aparador donde solíamos descansar nos dijo que valdría la pena abandonar ese sitio tan cómodo porque él nos daría un mejor uso, aunque tal vez algún día nuestro destino será acabar empolvados debajo de la cama cual reliquia deportiva. Mientras tanto, aquí estamos, dispuestos a colaborar con su propósito del día y a devorarnos el asfalto hasta ver cumplida la meta.

Salimos. Las avenidas principales, oscuras y solitarias, descansan del tráfico cotidiano, sin embargo, algunas de ellas no lo harán de nuestro andar. En el punto de reunión, un doble nudo casi nos ahorca, pero es para mantener seguro el paso constante del cual seremos responsables por un par de horas. A nuestro alrededor vemos varios colegas listos para el arranque y parece que otros más vinieron más a fuerza que por gusto, pues se les nota nerviosos o quizás hasta desvelados. No importa, todos venimos con el objetivo de pasar un buen rato y estando aquí ya nadie puede rajarse.

A nuestro alrededor observamos una pasarela de compañeros y compañeras en su momento de concentración plena: los hay de tamaños, colores, marcas y hasta con tecnología aplicada. Incluso hay junto a nosotros un par que llama nuestra atención por la delicadeza de su suela, lo estilizado de su logo, el contorno de sus curvas y el suave andar que los hace mover pausadamente.

Pero el disparo de salida sonó puntual y aquí vamos. El sujeto que nos puso en marcha enciende la música mientras nos abrimos paso entre adoquines, banquetas y charcos. Efectivamente, comprobamos que venir no estuvo del todo mal, pues el paisaje de un Chapultepec mañanero bien vale la pena vivirlo: monumentos históricos y la tranquilidad del lago hasta hace ponernos de buenas.

El ambiente es magnífico, aunque de repente nos castigan porque se atraviesa una subida que nos obliga a sudar y aplicar un esfuerzo extra. Pero quejarnos no resultaría. Advertidos estábamos de que el asunto no sería sencillo y ni modo, debemos aguantar a pie firme.

Los kilómetros avanzan y empezamos a cansarnos. Un desayuno no caería nada mal, incluso irnos a descansar otro rato, pero escogimos este estilo de vida y hubo quien nos tomó la palabra. Llevamos más de dos horas y continuamos contando pasos. La experiencia no ha sido mala en lo absoluto, es más, hoy ni siquiera hubo ampollas qué lamentar o provocadas por nuestro mal humor.

Ya son las 9 de la mañana y sólo nos faltan unos metros por cubrir. Varias personas a nuestro alrededor aplauden y nuestro dueño se nota un tanto agotado. La distancia sobrepasó sus límites pero le echamos la mano —o mejor dicho, los dos pies— para lograrlo. A lo lejos vemos un arco que anuncia la meta y entonces el cronómetro detendrá su marcha. ¡Lo hicimos! Después del ajetreo vivido es justo un descanso, aunque al voltear nuestra mirada hacia arriba sólo vemos a alguien que nos sonríe y amenaza con repetir la experiencia pronto, muy pronto…

Así transcurrió el primer domingo del mes de septiembre y nosotros por ahora estamos de vacaciones. Somos el par que aguanta las embestidas del pavimento, la tierra y la arcilla; los mismos que dan cuenta de la experiencia única llamada running, y quienes quedan en espera de ver llegar muchos más circuitos por conquistar.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

La profecía del avión secuestrado

“Interrumpimos esta programación —corrección: aburrida programación— para dar una noticia de última hora: un avión comercial con 104 pasajeros que voló de Cancún a la Ciudad de México fue secuestrado. Los responsables exigen hablar con el presidente de la República. Vamos en vivo y en directo con nuestros corresponsales al lugar de los hechos…”.

Así es amable tele auditorio (así nos llaman las televisoras a quienes les regalamos minutos de nuestro tiempo a favor de su raiting), hoy fuimos testigos del mejor reality aero-show que jamás haya presenciado México. Y es que ni El desafío de estrellas ni Hazme reír fueron capaces de acaparar la atención de tal forma. Ahora resulta que un sujeto cualquiera, con una personalidad de dusosa procedencia, puso a prueba a a las autoridades nacionales para que desquitaran su sueldo.

Camionetas por aquí, militares, policías y marinos por allá, un despliegue que el mismísimo SWAT gringo envidiaría, y una perfecta y "objetiva" cobertura periodística fueron el escenario que hoy día dará la nota más relevante en los medios nacionales e internacionales… y todo por culpa de un pastor boliviano que se salió del rebaño. Caray, tan emocionante que parecía todo el teatro televisivo.

Confieso que anduve con el zapping a la orden del día sólo por ver quién se mostraba más amarillista y daba sus argumentos más fumados, pero el asunto resultó tan patético que 15 minutos bastaron para apagar la caja idiota. En el Ajusco, el-que-dia-rio-anun-cia-los-he-chos hacía acto de presencia, pero en Chapultepec el teacher me quedó mal y brilló por su ausencia. Como sea, el tan sonado secuestro sólo resultó ser un acto digno del programa dedicado a los comediantes.

Y no me quiero ver como un quejumbroso que a todo le ve el lado negativo y burlón, pero le invito a pensar, únicamente por un minuto, como un secuestrador decente (ya no hablemos de pasantes de Al Qaeda, esos ya están en las ligas mayores y no se andan con jaladas): ¿tomaría un avión con más de 100 pasajeros sin la ayuda de arma alguna (ni siquiera una corcholata)?, ¿no se haría del control de la aeronave a través de la cabina y su tripulación, o más aún, no desviaría su trayectoria hacia otro lugar para aterrizarla?, ¿dejaría libres a todos los rehenes luego de 45 minutos de hacer su heroico acto sin ver sus demandas cumplidas, e incluso de forma tan caballerosa al ordenar primero las mujeres y los niños (sólo les faltó decir: no corro, no grito, no empujo)?, ¿para qué exigir hablar con el mandamás del país habiendo gente más interesante que él para entablar una conversación?

Pero resultó ser un sujeto cuya profecía indicaba que el 9 del 9 del 09 era cabalístico e iba a advertirnos no sé qué por mandato divino, y bla, bla, bla, y dale otro jalón al porro de hierba… al final hasta salió con el cuento de que tenía como cómplices a tres personajes: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Sin embargo, las imágenes mostraron también a varios apóstoles inmiscuidos, ¿o quienes eran esos extra que atraparon?

Luego, las entrevistas con los supuestos secuestrados que sobrevivieron para contarlo: jamás se pusieron nerviosos, nunca hubo amenazas, todos estuvieron tranquilos y casi casi se echaban unas chelas mientras se resolvía el caso. A su vez, los uniformados portadores de distintas casacas se rifaban para agarrar a quienes pretendían hacer explotar un par de latas de jugo rellenas de tierra, y como estaban en vivo para la TV mundial, había que salir muy fashion y bien peinados (aunque ahora sí se vieron coordinados y no se balearon entre ellos mismos).

En fin, para pasar el rato estuvo bueno. ¿Ahora qué sigue?, ¿un secuestro al trolebús de la ruta Cero?, ¿o quizás hundir las trajineras de Xochimilco? Al menos Aeroméxico tuvo publicidad de a gratis en televisión para aumentar sus bonos en tiempo de crisis y de hoy en adelante aplicará el alcoholímetro a sus pasajeros. ¿O será acaso que el tipo responsable andaba de spring breaker en Cancún y subido de copas se le ocurrió cotorrerar un rato nomás para ver qué se sentía salir en la tele? Sus cinco minutos de fama los tiene bien merecidos, claro, a costa de un rato tras las rejas. Ah, pero estamos en México, y tal vez el detalle no pase, como dijeron Los Enanitos Verdes y seguramente cantaba "el iluminado", de un simple lamento boliviano... "Y yo estoy aquí borracho y loco... nene no secuestres más aviones, que los viajantes se van a atrasar".

sábado, 29 de agosto de 2009

El gigante verde

El reloj marcaba las siete de la mañana y el termómetro nueve grados. En medio de la oscuridad, una tímida lluvia no cesaba desde hacía una hora y sus huellas se reflejaban en forma de pequeños charcos ubicados por todo el terreno. La pista cubierta de arcilla, esparcida a lo largo de 886 metros, empezaba a recibir uno a uno a los deportistas que desafiaban el frío aquel último sábado del octavo mes en el calendario.

Entonces comenzó su andar a través de los senderos tapizados de verde que parecían abrazar sus pasos. El olor a pino y tierra mojada inundaban su olfato mientras alguna ardilla trepaba por los árboles justo a su lado derecho. La sensación del aire en sus mejillas no cesó durante una hora y de vez en cuando alguna gota de agua se desprendía de las ramas para terminar estallando sobre su rostro.

Cuesta arriba, sus piernas empezaban a reclamarle y su respiración se agitaba por el esfuerzo realizado. Sin embargo, por el paisaje que le esperaba bien valían la pena algunos minutos extra de ejercicio. Finalmente ahí estaba: frente a sus ojos, una ciudad despertaba cobijada por la neblina; los edificios parecían esconderse entre el ambiente grisáceo, y las nubes densas todavía abrazaban el cielo del amanecer.

Y luego de alimentar un poco las pupilas, siguió su camino de regreso. Extendió los brazos para rozar a su paso las plantas más cercanas, y la punta de sus dedos apenas sentía el frío líquido que la lluvia les había regalado. El único sonido percibido era aquel de las gotas que caían centímetro a centímetro a través de los árboles y hacían mover las hojas. Bajo sus pies, el sendero de tierra seguía su curso y finalmente regresó al punto de partida.

Inmerso en un mar de gigantes silenciosos de brazos verdes, decidió terminar el recorrido por uno de los pulmones más grandes la ciudad. Respiró profundamente mientras el sol asomaba sus primero rayos, y así concluyó una visita más al mismo lugar donde las circunstancias siempre son distintas. “Hasta pronto”, le dijo en voz baja, y el Bosque de Tlalpan, sin hacer gesto alguno, le respondió lo mismo.

viernes, 28 de agosto de 2009

Autorretrato

A esta hora de la noche el del espejo presentaba un dejo de cansancio y su mirada punzante le exigía dormir. Sin embargo, logré robarle algunos minutos para cuestionarle sobre sí mismo y a continuación mencionaré fragmentos de su respuesta:

“Nací un mes de noviembre, no recuerdo la hora exacta pero sí el lugar preciso: un rincón sureño de la ciudad donde aún habito y quisiera hacerlo por mucho tiempo más. Mi infancia transcurrió rodeada de tranquilidad, tareas escolares, raspones de rodilla y juegos callejeros ahora casi extintos”.

“Pero dejemos aquellos años en su lugar y trasladémonos al presente, pues una revolución física tuvo lugar tras haber cumplido 12 años con la consecuencia del cuerpo que hoy habito. Quizá una sobredosis de Choco Milk o la amenaza materna de no salir a jugar si no me comía la sopa fueron las responsables de buscar una cinta métrica cada vez mayor para dejar sus marcas sobre la pared, pues la altura comenzó a ganar terreno, aunque no así en la misma proporción hacia lo horizontal”.

“En fin, que la herencia de esos tiempos aunado a la influencia del hogar y sus protagonistas me han forjado, en gran medida, tal y como soy actualmente: musicalmente ochentero, deportista por vía sanguínea paterna, viajero michoacano por la maravillosa culpa de mi madre y aficionado a la primera fila de algún buen paisaje para dejar a la lente hacer de las suyas. Del gusto por la escritura no me preguntes su origen, pues ni yo mismo sé responder a esa duda que continuamente me asalta. Digamos que de un tiempo a la fecha ha sido casi una necesidad de primer orden, tanto como comer o respirar”.

“¿Acerca de mi carácter? Por favor no me cuestiones eso. Auto adjetivarme nunca ha sido uno de mis mejores hobbies, pero valga decir que haber nacido bajo el cobijo zodiacal del escorpión tiene sus detalles verdaderos: imaginativo, emocional y apasionado… de otras tantas características no me fío demasiado”.

“¿También deseas que te revele mis atributos físicos? De acuerdo. Comenzaré por decirte que mi rostro en ocasiones puede reflejar seriedad y mi mirada suele ser un poco distraída. La báscula se estacionó en el número 57 y no parece tener intenciones de moverse, pues hace tiempo el ejercicio y la herencia metabólica familiar han sido sus cómplices. Eso sí, puedo presumirte una espalda casi perfecta gracias a la alineación quiropráctica resultado de una lesión ocurrida hace un par de años”.

“Pero qué te parece si por hoy aquí le dejamos. Como podrás observar, tenemos ya sobre nuestras espaldas a las manecillas totalmente apuntando hacia el norte y mañana el día comienza de noche. Además los párpados empiezan a pesar más de lo debido y, mientras se pueda, habrá que descansar. Nos leemos en el próximo autorretrato”.

martes, 25 de agosto de 2009

México des-conquistado

“Quien no conoce la historia, está condenado a repetir los mismos errores”, reza una sabia frase. Y en México no estamos exentos de ella, pues a partir de este año el tema de la Conquista fue enviado derechito y sin escalas al limbo de los textos de educación básica.

Y debemos darles la razón a quienes expulsaron a las caballerías españolas y a la Malinche de las páginas escolares porque, efectivamente, ¿a quién le interesa saber que ese momento histórico es parteaguas en nuestra vida nacional y nos define como mexicanos?, ¿tendrá relevancia analizar a fondo ese tema al cual dedicaron sus letras grandes pensadores como Octavio Paz?, ¿acaso importa conocer la base de la religión católica profesada en un alto porcentaje en el país?, ¿o poder explicarse el origen de algunas tradiciones, sin mencionar que nos comunicamos gracias al llamado “español”?

Ya me imagino a las futuras generaciones de niños caminando por las pirámides de Teotihuacan o el Templo Mayor preguntándose qué diablos son ese montón de piedras encimadas, ¿y todo por qué? pues porque en sus aulas jamás tuvieron el detalle de inculcarles un mínimo de curiosidad por saber de sus antepasados.

Pero ante la sabiduría de los mandamases de la educación nacional no podemos sorprendernos. Si la excelentísima jefa-maestra ya pidió vacunas “para el posible rebote de la influencia AHLNL”, seguramente al cuestionarle sobre la Conquista nos contaría anécdotas del Rey Moitesuma, Germán Cortés o Varco de Quiroga. Ahora ya pasó de regalar camionetas a descomponer (más) la historia de México. Al rato eliminarán las clases de civismo y educación ambiental, aunque por esas ni nos preocupamos, ya pasaron de moda y aquí ni falta nos hacen, somos expertos en la materia.

¿Verdad que no es un tremendo hallazgo responder el porqué del nivel educativo en México? Resulta además que se entregarán los susodichos textos a pesar de sus errores, ¡si nomás son detallitos! Total, todo es en nombre de la Reforma Integral de la Educación Básica, y como las clases ya iniciaron, ni modo, ya se gastó mucha lana y ni locos se pondrían a revisar y corregir los datos, ¿o apoco creen que invertir en educación es relevante? Sumémosle la reprobadera de los maestros aspirantes a un puesto y otros más que se negaron a hacer la prueba (¿por qué será?)… ¿Dónde firmamos nuestro acceso VIP al tercer mundo educativo?

Pero no seamos pesimistas. El oscurantismo está todavía muy lejos de nuestra realidad… Jajaja, ¿apoco no estuvo bueno mi chiste? ¿Pero por qué nadie se ríe?

Los caballeros las prefieren brutas (3 de 3)

“Para nadie es un secreto que gran parte de la culpa de nuestros traumas juveniles la tienen los inútiles juguetes que nos enjaretaban cuando niñas. Juguetes que, bien intencionados o no, en la práctica sólo sirven para frustrarnos cuando adultas”.

¿Le suena familiar el párrafo anterior? Quizás Isabella tenga razón: Barbie para las niñas, He-Man para los niños. No puede ser al revés o ellas serían catalogadas como marimachas y ellos encasillados en el apartado gay. Pregúntenle a los comerciales que hacen pasarela en época decembrina previos a la llegada de los Reyes Magos, por citar sólo un ejemplo, y comprobarán la veracidad de las letras plasmadas en el texto.

Una cocina para jugar a la comidita o una planchita en la infancia pueden ser más que inocentes armatostes de plástico… llegado el momento adulto, verán las consecuencias en la práctica. ¿Eso les enseñan, consiente o inconscientemente a las infantiles criaturas? Luego viene la muñeca eternamente joven, la típica, la de siempre. Aquella que siempre es la misma pero nunca es igual: un accesorio es la diferencia para que todas las niñas la deseen aunque luego termine semidesnuda y desgreñada en cualquier juguetero.

Sí, Barbie, la hermosa modelo a seguir por las niñas con su novio Ken. Perfecto ejemplo del significado de una pareja feliz: auto, casa, mascota y amigos. “Ese Adonis de plástico de mirada fija y vacía (…), el muñecón de facciones perfectas que ni suda ni se despeina. Con ese mal ejemplo crecemos las mujeres en el mundo pensando que ese es el modelo del hombre perfecto: un perfecto idiota”.

Pedradas por aquí, pedradas por allá. La autora no se tienta el corazón para analizar el asunto didáctico en los primeros años de vida que surtirá efecto posteriormente. Desde luego no es regla general, creo yo, aunque la mentira no abunda del todo a través de estos párrafos.

Por eso Isabella propone una nueva Barbie: el modelo latino. No se trata de una curvilínea mujer con su coche rosa y accesorios de lujo, sino una que tenga sus propios artículos de limpieza, padezca sobrepeso y se deprima por la infidelidad de John Wilmer Ken (versión latina de su novio también)… algo más cercano a la realidad.

¿Suena realista o mejor seguimos alimentando las fantasías infantiles? Cada quien tendrá su punto de vista y la autora ya manifestó el suyo. Finalmente los juguetes son sólo eso, y si no basta con uno de supermercado, habrá que buscar de otro tipo en tiendas “más especializadas”, al fin y al cabo todos cumplen un objetivo.

sábado, 15 de agosto de 2009

Los caballeros las prefieren brutas (2 de 3)

Lugar donde inicia esta historia: el Paraíso. Protagonistas: los únicos dos que usted ya conoce.

La aburrición se había apoderado de Adán, quien, harto de regar flores y tratar de enamorar a la nada atractiva culebra, cometió el gran error de su vida: pedirle a Dios una compañera. El Todopoderoso, considerando los altos aranceles y el exceso de trabajo que tuvo al crear el mundo en siete días, no contaba con material para elaborarla, por lo cual le dijo que experimentaría un poco y la sacaría de una de sus costillas. Adán, no convencido del todo, accedió a la propuesta de Dios ante las escasas posibilidades de ver materializado su deseo.

Y así sucedió. La primera cirugía estética con trasplante conocida en la historia de la humanidad se fraguó gracias a la costilla del primer poblador del mundo y Eva vio la luz. Seductora, perfecta y curvilínea como era, inauguró el sexo femenino en el planeta y había sido concedida a Adán para acompañarlo por la eternidad. La Primera Mujer del Paraíso fue su cargo otorgado, nada de Primera Ministra o Primera Dama de algún país. Sólo debía preocuparse por respirar y andar desnuda bronceándose porque ni ropa sucia debía lavar, pues tampoco había.

Todo era gratis, y Eva se la pasaba seduciendo a su pareja para que fuera él quien enfrentara a las culebras. Sin embargo, Adán no era muy bueno para los negocios y jamás se las ingenió “para ponerse a mano” con el animal rastrero aquel por el asunto de las manzanas, así que a ambos los desterraron del Paraíso…

Lugar donde continúa esta historia: planeta Tierra. Protagonistas: los únicos dos que usted ya conoce (sólo que ahora vestidos de saco, pantalón y corbata, y traje sastre con zapatos te tacón).

Si Eva tenía a Adán para hacer todos los molestos encargos, ¿por qué ahora es la mujer quien hace fila en el banco, paga las cuentas a final de mes, lleva y recoge a los niños en la escuela, y llega a tiempo para hacer la comida?

“Sí, lo admito. Eva es mi ídolo personal, porque a ella le sobraba el tiempo para todo. Desayunaba y quedaba desocupada. En cambio yo, por desafiar los parámetros bíblicos, desayuno en el Mc’Donalds más cercano y de prisa. Porque siempre voy tarde a donde sea. A las mujeres modernas no nos alcanza el tiempo para nada”.

“¿Por qué iba Dios a mandar a sus pupilos a la gran ciudad permanentemente expuestos al smog, donde hay bancos, préstamos, deudas con sobregiros y tasas de interés altísimas? Donde la especie humana se extingue rápidamente entre embotellamientos, jefes insoportables y ventas al por mayor y al por menor, donde la fe sea agota en medio de tanta desilusión amorosa (…) ¿En qué nos metieron? No, Adán ha debido negociar mejor con esa culebra. A lo mejor ha debido mandar a Eva, pues muy seguramente habría utilizado bien sus recursos de persuasión con los que también nació dotada la primera mujer (…) Entonces si eso dice la Biblia, ¿por qué cambiar el curso de la historia, de nuestra propia historia?”.

Isabella lo escribió, a mí no me culpen. Pero me declaro cómplice de gran parte de sus argumentos. El rol femenino ha cambiado, y evolucionado, con creces. La analogía de nuestra realidad con la historia del Paraíso es un punto de vista válido (y hasta divertido), sólo falta preguntarnos, y preguntarles a ellas, cuál es verdadero papel que desean jugar en la sociedad moderna. ¿Responsabilidades propias es igual a libertad, o más bien un tipo de esclavitud disfrazada? ¿Cuál es el verdadero costo del éxito y quiénes están realmente dispuestas a pagarlo (incluyendo las letras chiquitas del contrato)?

Esta historia, todavía, continuará…

miércoles, 12 de agosto de 2009

Los caballeros las prefieren brutas (1 de 3)

“¿Qué demonios hace leyendo este libro escrito por una irresponsable como yo?”, cuestiona la autora en la agonía de su última página. En mi caso, fue la recomendación hecha por una amiga acerca de la existencia de dicho texto, que, según me comentó, poseía un estilo literario semejante al mío. ¿Será?, me pregunté, y la curiosidad me llevó a descubrirlo.

En su obra, de ritmo ágil y tono directo, en ocasiones reflexivo y con un toque de acidez (aunque quizás contradictorio en algunos argumentos), Isabella Santo Domingo describe su visión femenina —que no feminista, según advierte ella misma— de por qué les conviene a las mujeres modernas fingir incapacidad de utilidad e inteligencia para ganar la batalla a los hombres y ser mantenidas por ellos.

Sin embargo, aquí no es válida la queja o indignación del machista radical ni de la feminista consumada. Desde un inicio queda de manifiesto que si el lector no posee una gran dosis de tolerancia y sentido del humor, mejor sería alejar su vista del libro porque una pérdida de tiempo sería inminente. Así pues, con la sinceridad de la escritora por advertir lo que a continuación vendría, me dispuse a echar un vistazo a sus páginas.

El asunto es muy sencillo, al menos en palabras: dar a conocer los tips, consejos, reglas, requisitos, o llámele como quiera, para vivir casadas y mantenidas: “llevarse muy bien” con la suegra en turno; fingir no saber nada acerca de mecánica; jamás discutir temas deportivos; manifestar, mediante actos fallidos, ser enemiga de la cocina; así como también fingir sumisión y desconocimiento de cuanto tema sea posible… Los objetivos: hacerle creer al hombre que con su mamá debe pasar más tiempo (así ella puede ver la telenovela en casa); hacerse de los servicios de un chofer (pues la esposa no tiene ni idea de cómo cambiar una llanta ponchada); evitar ser anfitriona, y sirvienta, de los amigos invitados a ver el futbol en su casa; y comer únicamente en restaurantes donde, dicho sea de paso, le atienden sin que ella mueva un solo dedo.

Machismo por conveninecia se llama la nueva tendencia sugerida por Isabella, pero desde la trinchera femenina. “Lo que ellos no saben es que ninguna mujer es realmente bruta; nos hacemos las brutas, que es muy distinto”. Y así, tal vez ellas logren vivir aburridamente casadas pero felizmente mantenidas, a costa de doblegar un poco su orgullo y ofrecer una dosis de sumisión para hacerles creer que ellos son que mandan y lo pueden todo en el hogar.

Suena perverso, es cierto, pero si el nombre del libro que da título a este post tiene un sello de Best Seller tal vez sea porque más de una mujer, y no menos de un hombre, vea reflejada su vida en este mar de páginas.

¿Pero qué hay de aquellas féminas modernas que, a pesar de su éxito profesional, competentes (incluso más que un hombre), atrevidas e independientes, no encuentran un sitio sentimentalmente adecuado? ¿El feminismo radical, cuya bandera ondea a favor del todo rosa, ha conducido a un distanciamiento hacia el sexo masculino? ¿Será cuestión de compromiso, palabra que en ocasiones produce alergia?

Efectivamente, el verdadero mal del nuevo siglo no es el SIDA, sino la estabilidad emocional, como lo describe la autora. De ahí su invitación a buscar la propia individualidad para saber qué es lo que nos hace realmente felices y la manera de sacarle provecho a nuestra vida. “¿Qué pasaría si la verdadera inteligencia para convivir en pareja la asumiéramos como la habilidad de compartir y no la de competir?”, se pregunta… y nos pregunta.

Pero por hoy hasta aquí dejaré mi comentario acerca de este libro, no sin antes mencionar que en el futuro bloguero me referiré a un par de temas que en mayor medida alimentaron mi reflexión y fueron las responsables de algunos momentos de risa: la visión bíblica relacionada al actual acontecer sexual en los roles femenino y masculino, y los juguetes culpables que desde la infancia moldean socialmente la mentalidad de las personas.

Esta historia continuará…

viernes, 7 de agosto de 2009

Lapsus miedosus... el regreso

Después de un año volví al mismo lugar y ahí, entre la luz tenue y el silencio, me sorprendió encontrarla nuevamente. De inmediato se reavivó en mí el interés por recordar su particular historia y, frente a ella, no pude hacer más que susurrar su nombre. Su mirada estaba fija en aquella sala y su belleza continuaba intacta. Su rostro denotaba satisfacción y su cuerpo, desnudo bajo el agua carmín de la tina, parecía convencido de haber encontrado el mayor anhelo de su existencia. Sobre ella colgaba una joven mujer sin vida que resultó ser una más de sus 600 víctimas mortales. Así comenzó la leyenda…

Transilvania fue su cuna y, tras quedar viuda, el castillo de Csejthe fue la morada donde su vida —y su muerte— le dieron un lugar en la historia. Perteneciente a una familia noble, ofrecía trabajo a las mujeres jóvenes del pueblo a cambio de un atractivo pago. Sin embargo, la idea de encontrar la eterna juventud ocupó un espacio primordial en su existencia y ellas eran su mejor argumento para su macabro propósito.

Dedicada a la magia negra y el mundo oculto, estaba segura de que la sangre de vírgenes podía ser el remedio para jamás envejecer, y los calabozos del castillo, llenos de jóvenes atraídas por el supuesto trabajo que ella les ofrecía, presenciaron ritos de brujería en los cuales varias fueron sacrificadas para satisfacer los deseos de sangre de La Condesa.

Sus métodos sugerían una crueldad jamás imaginada: navajas que atravesaban cuerpos con el objetivo de guardar el vital líquido para el baño donde se sumergía; tijeras que abrían venas de mujeres y así servirle sangre fresca; mordidas que arrancaban tiras de carne y desgarraban nariz, labios y partes íntimas; palillos puntiagudos de madera clavados bajo las uñas de las muchachas; pezones perforados con largas agujas incandescentes; y cuando los gritos de dolor se hacían presentes, la boca de las dolientes era cosida con hilo y aguja.

Durante una década sus actos se fraguaron con el argumento de la juventud eterna, pero después de este tiempo, una de sus víctimas logró huir del castillo y su acusación llegó a oídos de las autoridades. Los calabozos fueron descubiertos y la culpable fue encontrada. La condena a muerte nunca llegó, pues su condición de noble la salvó, sin embargo, fue encerrada en la torre del castillo donde se le dejó únicamente un pequeño espacio para darle comida. Fue encontrada sin vida el 14 de agosto de 1614…

Ella habita actualmente en la esquina de las calles Victoria y Revillagigedo, en el Centro Histórico, donde nuevamente estuvo frente a mí, como si la eterna juventud por la cual vivió y murió estuviera presente. Mujer como pocas —o tal vez ninguna— da cuenta de lo sanguinario que puede ser una persona. Ante ella, las palabras huyen, el aliento se pierde y parpadear se vuelve un verdadero lujo… su nombre: Erzsebeth Bathory.

viernes, 12 de junio de 2009

Cuidado con lo que pisas

Ayer en mi lugar de trabajo rondaba una mosca cuyo paseo frente a mi vista no dejaba de molestarme. Una y otra vez solté manotazos al aire con la intención de cazarla pero su habilidad fugitiva me ganó la partida. Después de un rato seguramente se aburrió de ver mi disgusto por su presencia y decidió mudarse a otro lugar para ver si conocía a alguien con mejor agilidad para atrapar insectos.

¿Cuántas veces nos ha pasado algo similar? La mosca haciendo de las suyas en la hora de la comida, el maldito mosco con su concierto de zumbidos a mitad de la madrugada mientras dormimos, o cualquier extraño ejemplar con más de cuatro patas que se aparece de la nada y nos pega tremendo susto. Sí, en ocasiones los mundos animal y humano no coinciden en sana convivencia y a nosotros nos da por rociarles insecticida, triturarlos con el primer periódico que tenemos a la mano o dejarles caer la suela del zapato con todo el rigor que nos viene en gana.

En ese aspecto la mayoría no somos tan diferentes. Y aunque de repente me entra el instinto de salvar al planeta y cuidar sus especies animales para no arrastrarlas al borde de la extinción, cuando la paciencia se agota, un insecto en mal momento es sinónimo de desquite.

Sin embargo, hoy leí una noticia que me invitó a la reflexión: “Denuncian a hombre que mató a hormiga, esperan sentencia islámica”. Primero no supe qué pensar, y luego revisé la suela de mi tenis con el miedo de encontrar algún diminuto cadáver que me enviara derechito y sin escalas tras las rejas. Afortunadamente no había restos para ser utilizados como evidencia en mi contra.

Curiosidades del mundo pues. Entre los resquicios del Corán, según se menciona en la nota, el profeta Mahoma prohíbe matar hormigas y este sujeto le aplicó la trituradora sin saber a lo que le tiraba. ¿Y cuál será la sentencia? Ni el mismo juez lo sabe todavía porque es la primera vez que enfrenta un caso de esta naturaleza.

¿Banalidad o expresión legítima de una ley o religión? Cada persona tendrá una respuesta según su contexto cultural le dicte, pero aquello que parece simplón ya metió en un lío a alguien. Aquí en México deberían hacer algo similar pero con algunas ligeras modificaciones, por ejemplo: premiar a todo aquel que pise, atropelle o maltrate a cuanta rata se le atraviese (y no me refiero precisamente a las grises de cuatro patas), o reírse a carcajada abierta para después abuchear a algunos ratones pintados de color verde (perdón, prometí no hablar más de futbol).

A veces ya no sabemos si las leyes están a favor o en contra nuestra, pero en territorio azteca no podemos confiarnos del todo. Si golpeas a quien trata de asaltarte y lo dejas con unos cuantos moretones, hasta Derechos Humanos te hace la vida de cuadritos. ¿Y si pisamos a una cochinilla que se atravesó en nuestro camino? ¿La Sociedad Protectora de Animales nos mandaría al banquillo de los acusados?

martes, 9 de junio de 2009

Una de espectáculos

Hoy practiqué la extraña costumbre de ver de reojo el periódico del vecino mientras se viaja en el Metro, y pude leer un encabezado que criticaba duramente a un artista del cual soy seguidor. Dos párrafos le bastaron a su autor para hacer pedazos el nuevo material discográfico del cantante con el argumento de que era horrendo. Así que al salir de la estación me di a la tarea de comprar el ejemplar para enterarme a fondo del asunto en cuestión.

Canciones cursis, patéticas, simples, pobres y pretenciosas fueron parte de sus contundentes argumentos para tacharlo hasta de moralino. Aplaudo pues su forma de hacer periodismo. Escribir adjetivos por doquier sin duda es resultado de un meticuloso estudio del género durante años. Pero más allá de su ágil pluma para derrochar sabias palabras, el tipo cuestiona por qué a millones de personas les sigue gustando su forma de componer música, y lo peor, pregunta si sus fans serán disléxicos como un personaje que aparece en televisión.

Aclaro que el mundo de la farándula me importa un soberano cacahuate aunque algunos le den más importancia de la que merece (¿será realmente trascendente para el país y sus ciudadanos saber que Hilton se paseó por Miami, o que Britney se puso nuevamente jarra en un antro?). También he creído que si un género musical, película, obra teatral o cualquier manifestación artística no son del agrado personal, se vale decirlo. Además cada cual tendrá su punto de vista acerca de diversos temas y no necesariamente todos debemos estar de acuerdo (aburridísimo sería el mundo si así fuera); pero de eso a estar adjetivando a quienes sí pagarían por tener, ver o escuchar algo de un artista, hay un mar de diferencia.

Lástima por algunos medios impresos que otorgan espacios a gente que ofende a un sector de sus lectores mediante la palabra escrita, así sea a través de un tema muy simple o extremadamente serio. Incluso menciona que el escuchar canciones del artista criticado es “una prueba contundente de que el mundo se va a acabar y que las cosas en nuestro país nunca van a cambiar”… de verdad me sorprende la capacidad de predicción futurista de algunos. Yo pensaba que el planeta podía acabarse por la contaminación o una guerra de dimensiones canijas, pero no por escuchar un CD musical. Qué gran descubrimiento. De hoy en adelante no se vale regalarle a nuestros oídos las canciones que este Nostradamus moderno nos diga, no sea que nos caiga el apocalipsis.

Y si de adjetivos se trata, encontré al menos cinco para este sujeto, pero la verdad hay mejores cosas en las cuales gastar palabras. Me ahorro hasta su nombre porque me da flojera mencionarlo, y sí, me declaro culpable por haber comprado ese periódico, aunque de todo se aprende. Por lo menos mi horóscopo no fue tan pesimista y la página donde aparece su rostro servirá para mantel del perro, o mejor aún, para limpiar sus desechos. ¿Ya ven? Los tres pesos pagados por el ejemplar no fueron en vano.

viernes, 5 de junio de 2009

¿Votar?

Hoy es viernes 5 de junio de 2009… y no lo digo con el objetivo de parecer niño de primaria que escribe diariamente la fecha en su cuaderno, sino porque justamente en un mes viviremos una vez más el teatro político en México: ubicaremos nuestra casilla correspondiente, recibiremos boletas, y en secreto tacharemos la opción más viable, según creamos, para elegir gobernantes.

De las estrategias partidistas mejor ni hablemos: otra vez a prometer empleos; nuevamente a “recuperar la confianza de la gente”; ahora sí habrá seguridad y la economía mejorará… falsedades disfrazadas con sonrientes rostros que inundan las calles con carteles, volantes y pancartas que sólo ensucian el paisaje urbano. Eso sin contar que tenemos en sus filas a deportistas y personajes de la farándula que seguramente tuvieron una ardua preparación para ejercer el cargo al cual aspiran.

Desde luego esa verborrea ya es más obsoleta que el Atari. ¿Acaso los políticos creerán que la mentalidad de la gente es la misma de hace cinco o diez años? Pues lamento informarles que no, aunque algunos se aferren y sigan escupiendo mentiras.

Pues bien, durante esta semana se ha puesto en debate el llamado “voto nulo”, y a varios sujetos de la clase política comenzaron a temblarles las patitas porque comprobaron la capacidad organizativa de la sociedad para alzar la voz desde el silencio ante los mismos errores de siempre. ¿Querían tratarnos como gente civilizada y pensante no? Pues lo han logrado.

¿A qué le temen entonces? ¿A hacer evidente aquello conocido desde hace años? Y hasta resulta que unos tachan de “peligroso” el voto nulo. Yo pregunto: ¿no es más peligroso el aumento del índice delictivo consecuencia, entre otras cosas, de la pobreza extrema?, ¿no es más peligrosa la creciente pérdida de empleos en el país?, ¿no es peligrosa la inseguridad, la corrupción y los deficientes servicios que por ley deben atender a los ciudadanos? Ah, pero cuando de votos se trata, se debe rogar y ver la manera de llevarlos a sus arcas.

¿Evitar el voto nulo? ¿Quién lo decide? Sólo quienes tengamos en nuestra manos la papeleta podremos hacer con ella lo que nos dé la gana. Lástima por aquellos que despilfarran dinero en campañas y hacen un esfuerzo por presentarse en público —después curiosamente ni se aparecen—, porque muchos comienzan a despertar del letargo y a pocos les convendrá.

Anoche veía un debate donde participaban tres tipos (representantes de los típicos partidos en México), y cada cual se echaba su mejor verbo frente a las cámaras. Y antes de apagar el televisor decidí servirme una botana, destapar un refresco y disfrutar las 40 mentiras por minuto de los sujetos en cuestión. ¡Ni Pinocho lograría semejante hazaña! La verdad me da vergüenza ajena ver cómo se muestran tan convencidos de lo que dicen, y más aún, de la forma en la cual le echan tierra al rival cuando ellos son parte de lo mismo. Y luego preguntan el porqué de la promoción para la nulidad en las boletas.

¿Entonces cuál será nuestra decisión? Piénsale, dice el spot del IFE. Pues su invitación será bien recibida, pero no con el objetivo que ellos plantean. Finalmente el voto nulo no es hacerse el mudo, si fuera así, ¿por qué hace tanto ruido?

martes, 26 de mayo de 2009

Influenza de bronce

En México sobra el dinero, ya lo sabemos. Basta con echar un vistazo a alguna avenida de la ciudad para ver cómo sufre ante la tapizada marca diablo que le ponen con porquería política a propósito de las próxima elecciones: estampas, volantes y postes retacados con rostros que sólo se observan cuando de pedir votos se trata.

Otro caso semejante, a propósito de política y el excelente manejo económico que se le da al dinero en el país, son las estatuas. La lección dicta que debemos exaltar a cuanto personaje nos sea posible para que la memoria histórica no se escurra a través del tiempo sin dejar su huella. Pues hoy se sumó una más a la lista, aunque todavía trato de buscarle su verdadero sentido.

Édgar Hernández se llama nuestro más reciente héroe, y será recordado no por alguna batalla épica en la cual haya arriesgado su vida para salvar a la nación, sino porque fue el primer sobreviviente al tan afamado virus de la influenza humana. Lo curioso es que las autoridades desean promover turísticamente su comunidad gracias a este caso.

Bastaron 70 kilogramos y un metro con 30 centímetros de altura para inmortalizar en bronce al chavito que se salvó del escabroso virus. Y para hacer más sublime el asunto, en su mano derecha tiene una rana, símbolo de una de las plagas del Apocalipsis de la cual sobrevivió (en este instante ya saqué un pañuelo para secarme las lágrimas).

¿Pero en qué piensan las “autoridades”? Primero fue el Fox derribado en 2007 en el mismo puerto jarocho y ahora esto. ¿No habrá cosas más importantes para destinar la lana? ¿Por qué no darle una beca al niño o apoyar a su familia que vive en una comunidad de escasos recursos? No, eso suena muy humano, y la política generalmente finge demencia al respecto. Promover un lugar con base en el argumento del “Niño cero” me parece lamentable. ¿Hacerlo atractivo publicitario es maravillosa idea? ¿Qué pasará el día que alguien se cure de SIDA? ¿Le harán un monumento en Reforma e invitarán al turismo para que se tome fotos en esa avenida?

Primero se alarma a la población por un supuesto virus del cual no se ponían de acuerdo ni en su nombre, y luego se hace del “primer caso” algo heróico para promoción turística. ¿Y Edgar qué se llevará a cambio? Seguramente una palmadita en la espalda y un: “Felicidades, te salvaste de morir”.

A veces no tengo palabras para calificar semejantes actos. ¿Una simple estatua resolverá problemas de fondo? En Veracruz seguramente existen muchos más por atender como para andar adornando las calles en nombre del personaje que salvó su vida gracias a los servicios médicos... ¿no se supone que para eso sirven a los ciudadanos? ¿Cuántos mueren al día por desnutrición y nada se dice de ellos? Pero claro, un asunto así es tan común que ya ni nos asombramos, en cambio la influenza es algo nuevo, de moda.

Insisto, en México sobra dinero para derrocharlo en estatuas sin sentido. Política al fin. Unos acusan, otros dicen, varios más renuevan promesas hechas cada vez que hay elecciones, y al final nada sucede. Miles de millones se van en ese teatrito y un niño de bronce no está mal para variarle un poco. Ahora compruebo mi teoría: la influenza no fue porcina ni mucho menos humana, resultó ser cerebral y personificada en sujetos con falta de neuronas y pretextos de sobra.

martes, 19 de mayo de 2009

Corazón coraza

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

Mario Benedetti

viernes, 15 de mayo de 2009

Qué pequeño es el mundo

Un día cualquiera en un país cualquiera. Aquel hombre curioso y atendiendo a la naturaleza de los instintos acude al puesto de videos para adquirir uno cuyo tema principal es el sexo explícito (en México creo que de esos no existen). Regresa a casa y, con la certeza de que nadie lo observa, se dispone a disfrutar de algunos minutos de gloria terrenal reflejados en la pantalla de su televisor. Las escenas comienzan y algunas parejas se entrelazan en un ambiente de ruidos y posiciones diversas.

La temperatura asciende y, a la par de los minutos, transcurren también secuencias salpicadas de morbo provenientes de una cámara oculta en un hotel anónimo. “La mejor forma de librarse de la tentación es caer en ella”, bien podría pensarse en este caso… y efectivamente así sucedió.

Affairs with Others Wives (“Aventuras con las esposas de otros”) se hacía llamar aquel DVD que puso en práctica la líbido de nuestro protagonista, sin embargo, y muy a su pesar, el título era demasiado sugerente para ser real. El rostro de una mujer, y tal vez algo más, le parecía familiar. Su sospecha pasó a ser evidencia cuando comprobó que, lejos de tratarse de una actriz dedicada a los menjurjes sexuales, se trataba ni más ni menos que de su esposa. Pero para echarle más sabor al caldo —literalmente— también vio que el susodicho elegido para derramar pasión extramarital era uno de sus mejores amigos.

Sí, habiendo millones de filmes candentes, de diversas categorías, con muchos actores y actrices de varias nacionalidades, y además múltiples lugares para adquirir un video (original o pirata)… tenía que toparse justamente con este tan especial. Qué pequeño es el mundo, ¿apoco no?

Les aseguro que no tomé vodka mezclado con tepache o es una historia producto de mi imaginación. La noticia se dio a conocer en Taiwán donde Lee, un carpintero residente en las cercanías de Taipei, fue presa de tal hallazgo que le valió tremendo coraje y una puñalada en el muslo a su “gran amigo” gracias al cual ahora lleva en la frente la leyenda CORNUDO. De su esposa mejor ni hablemos, quién sabe dónde habrá metido la cabeza. Encima de todo, el afectado pagará una condena de seis meses por daños corporales… ¡Maravillosas son las leyes!

Y dicen que Tlalpan y la Merced son la crema y nata de estos asuntos. Ya tienen competencia a varios cientos de kilómetros de aquí y, dicho sea de paso, han establecido el mejor de los pretextos para comprar la cuarta temporada de Playboy en video: sólo para comprobar que no me ponen el cuerno, así tenga que investigarlo en el catálogo completo de la sex-shop o hasta en los puestos afuera del Metro (no por otra cosa, aclaro). Sin embargo, creo que me fui al extremo en comparar a la empresa norteamericana con los casos cotidianos que ocurren de manera clandestina y, a pesar de ello, suelen tener cierta demanda de los consumidores, ¿si no, por qué se venden? Llamémosles pues Las Mejores Guaifs de Pleiboi para que nos entendamos.

Y si un día su esposa llega a casa con una radiante sonrisa diciéndole que será la siguiente protagonista de una película, desconfié un poco de ella, pues si no salió en X-Men o en alguna de Disney, quizás habría que someterla al detector de mentiras… o acudir a la premier en el tercer piso del Hotel Garage.

lunes, 11 de mayo de 2009

El nuevo héroe nacional (e internacional)

¿Es un ave? ¿Es un avión? ¡Nooo… es Super-FeCal! Así es estimados ciudadanos mundiales, un nuevo héroe ha nacido en territorio mexicano. A partir de ahora los 4 Fantásticos, Superman, Batman y las Chicas Superpoderosas son obsoletos y pasados de moda. La humanidad está a salvo de enfermedades extrañas y virus contaminantes que azotan el mundo y aquí, en México, podemos presumir de evitar el apocalipsis.

Ustedes dirán que la inversión térmica estropeó mi imaginación, pero ante lo dicho por el mandatario nacional qué podemos opinar. Y súmele, textual, su siguiente comentario: “Hemos superado invasiones extranjeras, guerras civiles, catástrofes naturales, crisis económicas y políticas, y ninguna de estas amenazas ha podido quebrantar la voluntad de los mexicanos de constituirnos en una nación libre, democrática y soberana”.

Yo creía que la serie de Remi era el extremo de lo sublime y hacía llorar de tanta emoción, pero me equivoqué: siempre habrá algo nuevo por descubrir. Además, ante un “virus jamás conocido” actuamos tan eficazmente que en cuestión de 10 días ya estamos todos sanos nuevamente. ¡Milagro! Nuestras plegarias a San Cubrebocas fueron escuchadas.

Y luego de las vacaciones obligadas por “sugerencia” de las autoridades, a resarcir los daños. ¿Quién les devolverá las ganancias que se fueron por la borda a todos aquellos negocios que se vieron perjudicados? De por sí la economía nacional está tocando las puertas del infierno y con este detallito, Don Diablo ya nos sonríe y guiñe el ojo.

Pero no importa, nada de lo que digamos tiene sentido, ni siquiera la discriminación de la cual fuimos objeto en algunos países (hoy hasta nos hacemos los dignos cuando a un mandatario cubano se le “sugirió” comer e irse, ¿o no tenemos memoria?). Lo importante fue que la humanidad está a salvo gracias a la oportunísima intervención de las autoridades. Somos dignos de Ripley y Guinnes, ¿o quién en sus cinco sentidos acaba con una pandemia —hasta dramáticos salieron algunos— en una semana y media? En México, donde se destina más dinero al futbol, seguramente tenemos laboratorios con tecnología de punta para acabar con cuanta enfermedad se nos ponga enfrente, aunque eso sí, ni los cubrebocas nos alcancen.

Y como el teatro político ya comenzó, propongo actualizar la lista de nuestros héroes nacionales en los libros de texto; Hidalgo y Morelos lucharon en pos de la libertad nacional, pero nunca nadie fue capaz de contener una enfermedad con dimensiones estratosféricas que acabaría con la especie humana. También propongo a Steven Spilberg producir una película llamada “El día que la influenza se detuvo” o “La invasión influenztraterrestre”, sería todo un hitazo (aunque con las restricciones sanitarias no tanto, capaz que un actor estornuda y nos salpica desde la pantalla para contagiarnos).

Hubo un tiempo en el que el chupacabras me impedía salir de noche por el miedo a encontrármelo, ¿y quién estuvo para acudir a nuestro llamado? No importa, hoy las cosas son distintas: me siento seguro y confiado en que estamos a salvo de una epidemia que “acabó con la vida” de 56 personas en un país de más de 103 millones. Perdón, ¿dije epidemia con esa cifra? Más fallecen por enfermedades de tabaquismo (165 diariamente) y ni quién diga algo.

¿Ahora cuál nuevo plan inventaremos?

martes, 28 de abril de 2009

Malas influenzas

Me siento como Dr. House trotamundos, paseando por la ciudad con mi cubrebocas cuya efectividad es casi nula ante el brote epidémico que tomó por rehén al DF. De unos días a la fecha estamos en manos de un virus que ha puesto a temblar a millones de personas, y no me refiero al sismo que ayer nos dio una sacudidita pero al menos sirvió para variarle un poco a las noticias que ya me tienen influenzado.

El ambiente en la ciudad es extraño, ni un toque de queda podría ser tan eficiente para tener a los ciudadanos quietos y casi sin ganas de respirar por miedo a ser contagiados. Lo curioso que observo es la manera en cómo se ha movido la información y se esparce entre la gente: “dicen que”, “un amigo me contó”, “creo que en las noticias escuché”. Algunos comenzaron sus compras de pánico porque la amiga de una vecina le aseguró que a todos nos pondrán en cuarentena. Hágame usted el favor. A este paso, y con semejantes casos de desinformación e ignorancia, lo más seguro es que terminaremos… pero con influenza cerebral masiva.

No falta quien le dé toques políticos y económicos al asunto: pretextos del gobierno para manipular conciencias y arreglar asuntos “en lo oscurito” mientras muchos andan paranoicos con el asunto de la enfermedad; algo se traman después de la visita de Obama a México y nos distraen mientras llevan al cabo sus malévolos planes por debajo del agua. Y por supuesto, los protagonistas del teatrito se sirven de los medios informativos para desinformarnos —valga la expresión— acerca de lo que realmente sucede. Si en 1938 Orson Wells trasmitió por radio un fragmento de La guerra de los mundos y provocó pánico entre la población ante una supuesta invasión extraterrestre, la realidad hoy día no la noto tan distinta por creer todo lo que está a primera mano, y más aún, por el chisme que en territorio tricolor ni se da.

Y mientras unos dicen y otros creen, ahora resulta que en México, además del aguacate michoacano, también se exportan enfermedades a otros países. Yo creía que las películas Exterminio y Rec eran jaladas cinematográficas, pero tal vez habría que darles el beneficio de la duda… claro, sin llegar a extremos de convertirnos en zombis hambrientos de carne humana.

Pero dudas existen, y muchas: si en Oaxaca se dio el primer caso, ¿por qué es en otros estados donde se han presentado más?, ¿cómo llegó el virus hasta el DF y no se contuvo de manera inmediata en territorio oaxaqueño?, ¿qué pasó con los familiares de las víctimas?, ¿están sometidos a algún tratamiento especial?, ¿por qué en los noticiarios no he visto entrevistas con doctores o especialistas que han tratado de forma directa con enfermos de influenza, y en cambio es sólo el Secretario de Salud quien proporciona datos con simples números de “nuevos posibles casos y X número de víctimas”?, ¿acaso no son los médicos directamente involucrados, e incluso los familiares de los enfermos o víctimas, quienes pueden dar un mejor y fiel testimonio de lo que ocurre?, ¿cuál es el tratamiento que se les da a los cadáveres? Y si la emergencia es realmente para preocuparse, ¿por qué no se ha suspendido el servicio del Metro a través del cual se transportan diariamente 4.5 millones de personas en estaciones mayoritariamente subterráneas?

A este paso, la desinformación es nuestro peor enemigo, tal vez más que la misma enfermedad que hoy tiene en jaque a los ciudadanos, su vida cotidiana y su economía. Si conocer la verdad nos lleva al pánico, considero que los rumores esparcidos por doquier son aún más peligrosos. Algunos ya hasta relacionan el tema con terrorismo biológico. Al rato nada más falta que digan que se debe sacrificar a Porky por ser el autor intelectual de semejante epidemia.

Veo además que la lista de los “no” tiene más candidatos que los Óscares hollywoodenses: saludar de beso o mano, acudir a lugares donde se reúnan multitudes, compartir alimentos, y un extenso etcétera que me deprime tanto, que mejor me compraré una burbuja plástica para vivir dentro de ella o 50 metros cuadrados en la luna para habitar lejos de todos. ¿Todas esas son “medidas precautorias”? ¿Entonces si no hubiera influenza no deberíamos lavarnos las manos, y sí estornudar o toser al aire? ¿Tampoco limpiar aparatos y utensilios de uso cotidiano? Total, hay que ser antihigiénicos hasta que ya la veamos venir en serio.

En fin, esperaremos el desenlace del asunto y conocer si realmente tuvo tintes dramáticos dignos de un documental, o si sólo se trató de un complot porcino en contra de la humanidad (donde los cerditos ni culpa tuvieron porque ellos están perfectamente sanos) por alimentarnos de su carne durante años. Mientras tanto, continuemos agotando los cubrebocas de las farmacias —y viendo cómo otros los revenden—, recemos para que un simple estornudo no nos vuelva hipocondriacos, y que un tsunami no ocurra en las playas artificiales del DF… sólo eso nos falta.

jueves, 23 de abril de 2009

Mundo de leyes (segunda parte)

El 17 de agosto de 2007 publiqué en este espacio un post que hacía referencia a leyes tan absurdas como ser decapitado por masturbarse en Indonesia, o fusilado por un pelotón si se conducía ebrio en El Salvador. Cuando leí aquellos casos, la mejor de mis carcajadas brotó de mi boca, aunque después me pensé con los pies en alguno de esos lugares y terminé por esconderme debajo de la cama y rezar para que los antojos sexuales y el sabor de una deliciosa cebada líquida jamás se crucen en mi camino si un día los visito.

Pero ya nada es de sorprenderse. Antes decía: “eso pasa sólo en otros países lejanos, porque en México sí somos racionales y tolerantes”. Sin embargo, ahora con las prohibiciones de las minifaldas “para evitar violaciones“ y besarse en público “porque va contra la moral”, mis afirmaciones hicieron que me creciera la nariz.

Pues para echarle más jocosidad al asunto, nuevamente se dieron a conocer leyes de primer mundo, aquellas que sólo a flamantes y reconocidos personajes se les podían ocurrir en una noche de copas y pasones de hierbas exóticas. The Times las dio a conocer y más vale irse previniendo, no vaya a ser que en una de esas acabemos con cara de what? y nos llevemos una amarga sorpresita.

Empecemos en Italia, donde comer pizza en la calle es un delito, pero además está prohibido que se sienten más de dos personas en las bancas de los parques y hacer castillos de arena en algunas playas. Eso sin mencionar que andar en patineta, podar el césped en verano o sacudir un mantel desde el balcón también son prohibiciones en la tierra del mismísimo coliseo más famoso del planeta.

Pero gringolandia no se queda atrás. En Kentucky está prohibido llevar armas ocultas que excedan los dos metros de largo; en Vermont las mujeres necesitan un permiso firmado por sus maridos para usar dentadura postiza; y en Ohio es ilegal tener un pez borracho.

Y como en territorio mexicano copiamos lo bueno de otros países (realitys shows, telenovelas, series televisivas y demás porquería), no quiero quedarme atrás en el asunto de las leyes, así que ahí les van mis propuestas: dos años de cárcel a todo aquel que coma tacos al pastor sobre la banqueta, y multa de cinco salarios mínimos si lo hace acompañado de una cerveza; tres noches en el bote por andar en avalancha e invadir el carril del metrobús; prohibición total para portar armas de grueso calibre, tales como pistolas de agua o cascarones rellenos de confeti; las mujeres deben solicitar permiso de sus suegras para teñirse el cabello de color rojo o morado, y los hombres requieren aprobación del Congreso para dejarse la barba y el bigote por más de un mes. Lo del pez borracho lo someto a votación, ya que ante la actual escasez de agua, la cerveza puede ser la opción para llenar peceras y después de mantener fresco al Nemo en cuestión, hasta podemos reciclarla para que no se desperdicie.

¿Ya ven? Siempre lo he dicho: tal vez en mi otra vida fui político o representante de la ciudadanía para proponer leyes y así vivir todos en armonía. También es muy cierto que debemos conocer las normas para poder quebrantarlas, pero ya quisiera ver al valiente poniéndose tremenda jarra en tierra salvadoreña o a una bella dama salir con minifalda y señalarla “por faltar a las buenas costumbres y provocar a los violadores”… ah perdón, ésto último sí sucede en México (qué deprimente).

Así que ya saben: ni el verde, ni el amarillo ni el tricolor. Para leyes eficientes, aplicables y divertidas... sólo las mías. Este 5 de julio vota por alo. No te prometo playas artificiales ni terceros pisos en el periférico, únicamente leyes para pasar un buen rato, aunque al final los políticos me las copien y terminen por aplicarlas. ¿Pero serán capaces? No creo.

viernes, 10 de abril de 2009

Tres días michoacanos

Desperté a las 5 y abordé a las 7:30.

Alimenté mis pupilas con siluetas boscosas desde la primera fila de un autobús andante.

Me perdí dos películas proyectadas porque preferí los paisajes que no requerían subtítulos.

Supe que estaba cerca de llegar: Cuitzeo me dio la razón.

Me hospedé en el mismo hotel, en diferente habitación.

Desayuné carnitas, comí corundas y cené 300 ml. de agua mineral.

Subí al mirador y respiré un cielo invadido de tejados rojos.

Tomé 32 fotografías; grabé un video.

Escuché la voz melodiosa de una mujer cantar bajo la regadera vecina.

Dormí en una cama desconocida instalada en medio de un poblado conocido.

Me desvelé escribiendo, apagué el despertador y olvidé la cuenta de los días.

Visité siete iglesias, escuché una misa y hablé con Dios a solas.

Vi danzar a los “viejitos” de 12 años.

Apagué la luz del atardecer y prendí una estrella para alumbrarme.

Viajé en un “urbano” y rebasamos un tractor.

Fui testigo de la fe que, paso a paso de rodillas, se acercó al altar con un bebé entre sus brazos.

Caminé despacio sobre adoquines, empedrados y rechinantes pisos de madera.

Navegué rumbo a la isla y subí 271 escalones para saludar a Morelos.

Me perdí entre las calles a través de un mercado.

Redacté palabras en la terminal de Morelia, en espera de las 4 para regresar a casa.

Aprendí de la nostalgia, extrañé a los que quiero y añoré a quienes aún no conozco.

Vi rayos de sol que bañaban los campos de dorado.

Olvidé muchas cosas, guardé silencio y me reencontré conmigo.

Prometí volver.

lunes, 6 de abril de 2009

Blaze of glory (fragmento)

Each night I go to bed
I pray the lord my soul to keep
No I ain’t looking for forgiveness
But before I’m six foot deep
Lord, I got to ask a favor
And I’ll hope you’ll understand
‘cause I’ve lived life to the fullest
Let this boy die like a man
Staring down the bullet
Let me make my final stand

Bon Jovi

sábado, 28 de marzo de 2009

Anécdota pirañesca-policiaca

Hoy descubrí que soy alérgico a cualquier individuo uniformado que diga llamarse policía, aunque anteriormente presentaba ya los síntomas de alerta ante tal enfermedad social.

La incorporación al periférico desde el centro comercial Gran Sur me confirmó lo sospechado. Ni un minuto había pasado de mi salida del supermercado cuando un sujeto con banda verde en el hombro me pidió orillarme. El cinturón de seguridad no abrazaba mi cuerpo y ese detalle fue suficiente para ver la pirañesca sonrisa del tipo en cuestión. Y antes de meterme en problemas legales por aquello de la multa o mi arrastre al corralón, pensé más bien en llamar a mi hermano para que acudiera en mi ayuda, ya que un veterinario funcionaría mejor por el inevitable miedo de ser mordido por el canino “señor justicia”.

Luego, lo típico: que si mi licencia y tarjeta de circulación, el bla-bla-bla del librito para la infracción, y los cinco días de salario mínimo para cubrir mi falta. Por un momento olvidé que un policía es como los papás que supuestamente están de vacaciones mientras haces de tu habitación el mejor pretexto para compartir con tu pareja: te caen cuando menos lo esperas.

Aunado a lo anterior, mi poca paciencia y tolerancia ante la amabilidad policiaca y sus mágicos argumentos para sacarte dinero hicieron que mi papá fungiera como mediador entre un tipo cuya epidermis comenzaba a tomar tintes al estilo Hulk (yo) y una pared cuya naturaleza es la de nunca entender motivos racionales (policía).

“¿Tienes multas previas?”, me preguntó el sujeto, a lo que respondí: “Negativo señor, negativo” —debía hablar el mismo idioma—, para luego, como haciéndome el favor, me dijo que lo revisaría a ver si me daba una oportunidad. Al menos le debo un deseo no cumplido en mi infancia a aquel poli, porque nunca fui al programa de Chabelo pero en esta ocasión me sentí como en la catafixia gracias a su detallazo. Para entonces ya me salía fuego por la boca a cinco metros de su patrulla y recordé 50 madres por minuto, récord personal jamás imaginado.

Asumo pues mi responsabilidad del cinturón de seguridad, pero lo patético es la manera en que los policías manejan el asunto. El que me tocó mencionó tajantemente que la infracción procedía, y más aún porque a él se la pedían. Después, al esperar de regreso mi licencia, observé pasar al menos a tres conductores sin el cinturón colocado y se lo hice ver, pero con una sonrisa de cállate-o-te-chingo-más dijo que no podía estar en todos lados, pero su compañero estaba tomando el sol en el mismo lugar que a mí me paró y sin mover un solo dedo (sin mencionar el que me topé hace unos días en el sur de la ciudad que conducía mientras hablaba por celular), ¿entonces de qué se trata?

Minutos antes de mi sublime experiencia había circulado afuera del estadio Azteca y veía al menos a 15 revendedores haciendo de las suyas mientras un grupo de policías observaba (y otros más platicaban con ellos). ¿Esa es la gente que nos cuida de lo que supuestamente está fuera de la ley? Pero claro, apenas te subas al auto y avances 20 metros sin el cinturón de seguridad, las pirañas ya tienen afilados los dientes, y pídeles una dosis de flexibilidad… ja, ja, ja, qué inocente me escuché, creo que tengo mejor comunicación con los muros de mi casa.

¿Cuidarte del que debe cuidar tu seguridad? Sólo en México pasa. Deberíamos estar orgullosos de eso, no en todos los países sucede (ni en los de primer mundo). Propongo pues que se descontinúe socialmente la idea del “viejo del costal” para asustar a los niños que se portan mal. Ahora deberá llamarse “el viejo de la patrulla” o “el policía del costal”… si de chavito me hubieran espantado con eso, seguramente ahorita tendría un severo trauma.

En fin, así se vive en esta ciudad —dicen—, aunque mi hipótesis apunta más bien a que existen muchas especies en peligro de extinción pero, muy a nuestro pesar, una se expande como gremlins a los que les cae agua: la policía. Por favor llamen a Green Peace para promover un control de tan afamadas celebridades. Salvemos a las focas y a las ballenas… ¿pero quién nos salvará de este plaga? Y no pensemos en El Chapulín Colorado porque está de vacaciones y, sin ser pesimista para asuntos de esta magnitud, no contamos con su astucia.

Metro-política (o la nostalgia de un par de estaciones)

Todavía no termino de creer lo que mis ojos leyeron hacer unos minutos, y no por las barrabasadas políticas que ya son costumbre en el DF, sino por el grado absurdo de simplonería con que se manejan algunos asuntos.

Resulta que un buen día las autoridades capitalinas amanecieron con la firme decisión de promover un verdadero cambio en la ciudad y se pusieron a analizar a fondo los problemas y sus posibles soluciones. En su agenda revisaron los diversos tópicos y, entre otros, se dieron cuenta que existían varios por atender: inseguridad, desempleo, educación y corrupción. Sin embargo, todos ellos, al ser una mera utopía porque el paquete les queda muy grande, decidieron atender otro más sencillo: cambiarle de nombre a dos estaciones del Metro.

Sí, es cuestión de días para que “Etiopía” y “Viveros” sean rebautizados por obra y gracia de los que se dicen representantes de la sociedad para resolver problemas. Ahora se apodarán “Plaza de la Transparencia” y “Derechos Humanos” respectivamente… aún me pregunto si este asunto es una broma, pero creo que con nuestras flamantes autoridades cualquier tontería se puede esperar.

El chistecito fue sugerido por el Instituto de Acceso a la Información y la Comisión de Derechos Humanos del DF porque la susodicha Plaza y el edificio ese tendrán su sede cerca de aquellas estaciones del Metro. ¡Mejor explicación no podría haber! ¡Es brillante la idea, no deja de sorprenderme! ¿Se habrán pasado toda la noche analizando a fondo su propuesta? Y como en esta ciudad sobra el dinero, el cambio de look para los ahora extintos Etiopía y Viveros —para mí siempre se llamarán así— será de 120 mil pesos. ¡Sí señores, hay que derrochar mucha lana en estupideces, todo sea en nombre del absurdo político!

Y con el debido respeto que me merece el ombudsman, quien indicó la importancia de que una estación se llame “Derechos Humanos” para ayudar a que la idea se quede en el imaginario colectivo de la gente, le diría que un simple cambio de nombre a un túnel con vagones naranjas y miles de personas circulando a través de ellos no resolverá asuntos de verdadera importancia, ¿o acaso un secuestrador, violador o asaltante se persignará y evitará hacer de las suyas al pasar frente a esta estación?

Además el cuento no termina ahí. Se pretende hacer también un túnel para conectar a la estación con la nueva sede de la comisión, el cual saldrá en 80 millones de pesos. Digo, un pellizquito al presupuesto para el capricho de unos cuantos, no está mal. Y uno quejándose de la crisis y la falta de recursos. Pregúntenles a ellos, verán que la mayoría de los ciudadanos somos los que estamos mal.

Ya para rematar mi post, citaré textual a un participante de un foro donde su opinión me pareció creativamente acertada. El ciudadano que las plasmó se dice llamar “Marcelo y su carnal”, y explica atinadamente una propuesta de fondo. Yo votaría por él:

En este controvertido afán de llamar a las cosas por lo que no son que tienen las autoridades del Metro perredista, les sugiero cambiar los nombres de las siguientes estaciones por sus verdaderos nombres: Estación Tacuba por Deshonestidad Valiente; Merced por Irresponsabilidad Demagógica; Colegio Militar por Retraso de Obras; Bellas Artes por Antivalores Familiares; Mixcoac por Indecencia Congénita; Auditorio por Insensibilidad Social; Santa Anita por Crítica Política Destructiva; Jamaica por Incomunicación Social; Camarones por Falta de Servicios Eficientes; Guerrero por Arrogancia Petulante; Balderas por Voluntad Arbitraria; Aeropuerto por Ingratitud Permanente; Pantitlán por Falta de Derechos de los No Natos; Viveros por Desamor Humano; Copilco por Incomprensión Ciudadana; San Joaquín por Imprudencia Persistente; Chabacano por Inseguridad Pública; Mixiuca por Derroche Injustificado; y San Cosme por Falta de Empleos. No importa lo que cueste cambiar los nombres tradicionales de esas estaciones, pues a ustedes les sobra el dinero. Y créanme que no soy azul ni tricolor, sólo un ciudadano ya cansado de tantas puntadas sin sentido ni razón.

martes, 3 de marzo de 2009

Ligando y votando

Hablar de política en México me resulta un tanto escabroso, y no me refiero a los rostros de algunos personajes que bien podrían protagonizar algún filme de terror, sino a todas aquellas artimañas de las cuales se valen nuestros representantes para atascar las urnas con votos a su favor, y luego, atascarse los bolsillo de dinero cuando llegan al poder.

Ya nos sabemos aquello de las promesas disfrazadas de bolsas para mandado, gorras, plumas, banderines, playeras, y demás artículos innecesarios dignos del mejor relleno sanitario que habite en las afueras del DF. Es lo típico, lo de siempre. En una ocasión me enfermé del estómago por comer tortillas, pero jamás supe si fue porque su fecha de caducidad había pasado o porque estaban envueltas en una servilleta con unos colores partidistas disque “para mantenerlas calientitas” (creo que ni lo transgénico resulta tan dañino). Ya sólo falta que nos regalen el remedio para el mal que ellos mismos han creado, por ejemplo, si dan despensas, deberían incluir una caja con pastillas de PRIracetamol para desparasitar o hacer un efectivo lavado de estómago.

De verdad no sé cómo mucha gente se sigue creyendo la misma faramalla. Hace unos días me sorprendió ver la forma en que varios trabajadores podaban árboles y pintaban banquetas en la unidad habitacional donde vivo. Barrían, limpiaban y arreglaban de manera estupenda el paisaje urbano, sin embargo, un par de días después caí en la cuenta: una señora (de quien no sé ni su nombre pero en sus carteles tiene seguramente la foto de cuando salió de una pachanga a las cuatro de la mañana) fue a echar su verbo blanquiazul. Sólo así se acuerdan del lugar donde uno vive, pero mientras ningún representante ponga sus pies en aquellos rumbos, ellos ni en cuenta.

Pues bien, para variar un poco las mañas partidistas y así ganarse adeptos, en estos días un partido de los llamados “clásicos” puso en su página web algunas secciones que seguramente le tumbarán el raiting a Google o Yahoo. Por mencionar algunas: Recetario, Juegos y Descargas, y Busca Pareja. ¡Sorprendente! ¡Sensacional! ¡Estupendo!, o mejor dicho… ¡Maravilloso populismo!

Ahora resulta que la política se está convirtiendo en una miscelánea barata donde las verdaderas propuestas quedan relegadas a segundo —o tercer— término, porque es más fácil invitar a los chavos (sector mayoritario de la población y tal vez el más moldeable) a ligarse a alguien por internet, que enseñarlos a pensar. ¿Qué es más sencillo para ganarse un voto? Si las mentiras de siempre ya pocos se las creen, pues qué mejor que darle un giro “creativo” a su forma de llegarle a la gente.

Imagino el discurso partidista: “Estimadas ciudadanas, porque ustedes son parte fundamental de nuestro país, les propongo para hoy lunes preparar unos deliciosos chiles en nogada; y porque sus hijos también son muy importantes para nosotros, a ellos les regalaremos horas de sana diversión con los juegos de nuestra exclusiva página web; y chavos, nunca nos olvidamos de sus necesidades primordiales, por eso les daremos acceso libre a nuestra sección de ligues, verán cómo sus problemas se acabarán con sólo un clic. ¡Porque México lo merece y lo reclama, su gente es primero!”.

Caray, me doy miedo al escribir así. Hasta yo mismo me convencí de mis palabras. Juro que al terminar de redactarlas me puse de pie y me aplaudí a más no poder. ¿Y si me lanzo de candidato? Digo, viajecitos, celulares, auto, chofer y unos cuantos billetes rebosando de mi cartera no estarían nada mal… pero temo algún día quemarme en el infierno.

Segunda temporada

La última vez que visité este espacio personal-literario fue el 9 de febrero del año en curso. Y a falta de buena memoria, confiaré en el calendario bloguero para no mentir.

Confieso que decidí darle descanso a las letras por casi un mes, aunque a decir verdad, tal vez fue al revés. Sin embargo, no estuve del todo alejado de ellas. Me sucedió algo similar a cuando le pides “tiempo” a tu pareja a sabiendas de que, si en verdad la amas, gran parte de ese tiempo estarás pensando en ella. No pretendí jamás engañarme de semejante forma, pero diré que estuve trabajando en la edición impresa de mi blog auspiciada por la brillante idea de algunos amigos-lectores y, debo decirlo, fue una grata experiencia.

“Hacer un libro es como parir un hijo”, me dijo alguna vez una maestra. Hoy no pongo en tela de juicio su afirmación, porque cuando realizas algo por puro gusto (poniendo en su justa dimensión la diferencia entre hacer un hijo y hacer un libro), ver el resultado en tus manos, luego de una buena dosis de esfuerzo y dedicación, otorga una enorme satisfacción. Así me ocurrió a mí.

Y para los que no alcanzaron ejemplar impreso, no se preocupen que aquí les hago el recuento de su contenido (además el tiraje en la imprenta “Epson Stylus” de mi casa fue de cuatro ejemplares): un total de 110 títulos, con introducción y conclusión inéditas, así como también siete post más que por alguna extraña razón jamás plantaron sus pies en este espacio electrónico.

En fin, a partir de este post inauguro la segunda temporada de Crónicas bloggeras. Ya planté un árbol, ya escribí dos libros… algo me falta, algo me falta, ah sí, procrear un bello criaturo para multiplicar la especie humana. ¡Pero juro por mis hijos que aún soy virgen!

lunes, 9 de febrero de 2009

Nunca te quejes

Nunca te quejes de nadie ni de nada, porque fundamentalmente tú has hecho lo que querías en tu vida.

Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote.

El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error.

Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala. De una manera u otra, es el resultado de tus actos y prueba de que tú siempre has de ganar.

No te amargues de tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro; acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño. Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.

No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, así como la causa de tu futuro será tu presente.

Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a pesar de todo.

Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo, y tus problemas, sin eliminarlos, morirán.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos; mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte, y dejarás de ser un títere de las circunstancias, porque tú mismo eres tu destino.

Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer.

Tú eres parte de la fuerza de tu vida, decídete y triunfarás en la vida; nunca pienses en la suerte, porque la suerte es: el pretexto de los fracasados.

Pablo Neruda

viernes, 16 de enero de 2009

Adiós a los besos

En México tenemos multas por todo: por estacionarse en doble fila, por pasarse la luz roja del semáforo, por manejar con varios grados de alcohol encima y hasta por besarse en la vía pública. Sí, ahora resulta que en territorio guanajuatense aquellas parejas que derramen miel a la vista de todos podrían ser multadas hasta con 1,560 pesos o pasar un rato tras las rejas. Lo anterior por decreto del bando de policía y buen gobierno de la entidad. ¿Pues a quién más podría ocurrírsele tan brillante idea sino a algún político mexicano?

Entonces si usted pretende pasar un fin de semana o unas merecidas vacaciones en compañía de su pareja en la mismísima tierra natal de las momias más famosas del país, tiene dos opciones: llevar la cartera dispuesta para pagar la ridícula multa, o bien, irse mentalizado para disfrutar algunas horas en una cómoda celda. ¿Verdad que ningún paquete turístico le ofrece tanto por destilar amor en las banquetas?

Pero claro, las autoridades siempre piensan en la “buena moral” y eso de besarse en público les resulta incómodo y obsceno. Lo malo del caso es que el Callejón del Beso deberá ser clausurado e incluso se le tendrá que cambiar de nombre. Ya me imagino unas cintas amarillas acordonando sus balcones con la leyenda: CENSURADO POR DECRETO OFICIAL.

Sin embargo, tal vez no todo resulte tan malo. Puede ser que al prohibir besarse en público, los hoteles tengan mayor demanda y eso sí beneficiaría al ramo turístico. “Lo que usted no puede hacer allá afuera, aquí puede practicarlo cuantas veces quiera”, diría el eslogan de uno de ellos. “No pague multa, aquí por menos dinero lo prohibido es no besarse”, rezaría otro más.

¿Pues en qué piensan las autoridades? ¿Acaso besar a la pareja es considerado ya un delito? ¿Qué sigue… una multa de 30 días de salario mínimo a quien se tome de la mano o se abrace? A mi entender, este intento de ley padece de moralitis aguditis al grado extremo de dar risa. Y como la gente no se quedó callada respecto al tema, el alcalde de aquel lugar dijo que todo había sido mal interpretado y era un simple chascarrillo. Se me hace que el señor aún tiene la cruda decembrina porque no se ha dado cuenta que el día de los inocentes ya pasó.

Y yo planeaba invitar a una bella mujer a Guanajuato para declararle mi amor y bajarle la luna y las estrellas luego de una amena callejoneada cuya conclusión hubiera sido un beso en el callejón del mismo nombre… pero mejor no, el chistecito podría salirme muy caro. Ya ven, la política y una que otra estúpida norma social nos corta la inspiración y asesina todo intento de romanticismo.

Anuncio pues la subasta de una taza que adquirí hace siete años en Guanajuato cuyo dibujo hace referencia al Callejón del Beso. Ahora que estará prohibido usar la boca para otras cosas que no sea hablar, seguramente su valor se elevará estratosféricamente. El precio inicial es de 100 pesos… ¿quién da más?

Líos de (mini) faldas

Las minifaldas dieron nuevamente de qué hablar. Pero no fue en un desfile de modas al más puro estilo europeo y presumidas por mujeres talla cero dictadoras de la moda, ni tampoco en un antro cuyos pasillos fueron improvisados como pasarela. Resulta que nuevamente la Iglesia católica, a través de algunos de sus representantes terrestres enfundados en sotana, acusó a la mujer de ser la principal responsable por los ataques sexuales recibidos gracias a su “provocadora” forma de vestir.

¿Ya ven? ¿Quién las manda a vestirse así? ¿Acaso no ven que el pudor y el recato es lo de hoy? Nada les cuesta ponerse faldas que lleguen a los tobillos y blusas de mangas extra largas con cuello de tortuga. Sólo así los hombres no voltearán a verlas y mucho menos pensarán en acosarlas.

¿No habrá otros asuntos más importantes por resolver en terrenos religiosos? Para no ir más lejos, tenemos el caso de pederastas que seguramente fueron “provocados” por la playera de Mickey Mouse, el pantalón marca Baby Crazy y los tenis Bubbleggumers de los niños para cometer sus patéticas travesuras. Seguramente los infantes fueron los culpables por tener semejantes prendas, y más aún, acusemos a sus padres por comprárselas.

Pero no hay que ser tan alarmistas. El Episcopado Mexicano reconoció en 2007 únicamente 50 casos de este tipo. Para los miles de religiosos del país, la cifra sólo pone en evidencia una que otra “aventurilla envuelta en líos de sotanas”. Digo, cualquiera tiene un desliz. Pero si volteamos a las cifras proporcionadas por la organización civil Departamento de Investigaciones de Abusos Religiosos de México, vemos que alrededor del 30% de los 19 mil curas mexicanos han caído en la tentación (para entendernos en términos religiosos), es decir, un poco más de 5 mil casos… entonces sí hay que ser alarmistas.

Al respecto, dos casos para el anecdotario: en San Luis Potosí, y luego de cuatro meses de haber hecho sus votos sacerdotales, un padre fue acusado de violar a una niña de 14 años (vaya forma de estrenar su nuevo puesto), y cuando los cargos estaban en su contra “salió de vacaciones” una semana… ¿no que el que nada debe nada teme?; y el segundo, ubicado en Veracruz, trata de la Madre Martha, quien presuntamente llevaba niños al sacerdote para hacer de las suyas, pero además lo extraordinario es que la identificada bajo el nombre de María Guadalupe Zaragoza era una maestra fallecida hace nueve años.

Ya me espanté. Ahora resulta que los votos sacerdotales no se estrenan con una misa y rezando, sino con actos más privados y lujuriosos, y peor aún, no sabía que los muertos regresaban del más allá para conseguir niños a los padrecitos y así mostrarles el camino del mal. Más bien creo que lo primero, por la bajeza del acto en sí, no tiene nombre, pero lo segundo se llama delito de robo de identidad... ¿qué es más reprobable?

Y unos acusando a las minifaldas de traición sexual. Habría que ver si un violador se guía exclusivamente por un trozo de tela arremangado o le da lo mismo unos jeans o unos pants, un suéter o un abrigo. ¿Acaso vestir de manera “recatada” asegurará a una mujer no ser víctima de un acoso de esta magnitud? ¿Por qué adjetivarlas de villanas cuando han sido las víctimas durante años?

Veo entonces que los 10 mandamientos ya se quedaron tan cortos como la prenda de vestir que hoy está sentada en el banquillo de los acusados (con todo y su portadora). Si Eva puso el ejemplo, ¿ahora resulta que siempre no? Por eso he de decir: para mí, las minifaldas no son objeto de discusión, sino más bien de admiración.

Siempre

Solía amortiguar la rutina en mi trinchera de letras que almacenaba en este rincón electrónico desde donde malabareaba con frases, párrafo...