lunes, 15 de diciembre de 2008

Ratas de dos patas

El pasado 11 de diciembre puse en este espacio un post basado en el editorial de El Universal donde se hacía mención de los exorbitantes sueldos de los diputados mexicanos. Ese día prometí escribir sobre asuntos más amenos porque es época navideña, cuando todo mundo sonríe (o al menos lo intenta), excepto los pavos que caen en extrema depresión. Ya hasta pensaba escribir mi carta a los Reyes Magos y tapizar mi casa de adornos… pero no. Otra de políticos acabó con mis buenas intenciones literarias. Ni modo, en este país esos temas terminan por provocar diarrea o carcajadas para luego mentar madres al por mayor.

Las líneas universales de hoy dicen: “Los 32 gobernadores de este país recibirán más de 8 millones 500 mil pesos por aguinaldo y sueldo, el equivalente al ingreso de unas 3 mil 700 personas que ganan el salario mínimo. Los diputados de Coahuila se llevarán a su casa, cada uno, 500 mil pesos, más que el gobernador de su estado y los legisladores federales”. ¿Le sigo? ¿Verdad que no es nada gracioso ver a tipos llenándose los bolsillos de esa manera mientras otros miles se truenan los dedos sin saber si su familia comerá mañana?

Explíquenme entonces cómo se supone que funciona la política mexicana. Según sé, cada determinado tiempo unos señores de saco y corbata fingen sonrisas frente a millones de personas para ganarse su simpatía, les hacen promesas tan falsas como un billete de 3 pesos y muchos caen (obligados por la necesidad), después gastan millones en publicidad contaminante cuyo destino es un lugar que debería ser su origen: la basura, y finalmente entra en acción el teatro electoral con la moral que nos dicta acudir a las urnas para elegir a nuestros gobernantes… el resultado: las mismas patrañas enfundadas en distintos nombres y colores partidistas.

En mi diccionario de los peores adjetivos no encontré uno para calificar a estos raterazos y los rebautizara a partir de hoy. Lo peor del caso es que los únicos capaces de mover la ley para hacer menos escandaloso el asunto son ellos mismos. ¿Qué curioso verdad? Deberíamos confiar en su honestidad y ética profesional para lograrlo (¿me escuché muy iluso e inocente?).

¡Pero viva nuestra democracia! Para eso hay que votar y sentirnos orgullosos de nuestros representantes. No cualquiera roba tan “constitucionalmente” como ellos, además en la tele salen muy elegantes y con discursos tan sublimes que cuando los veo hasta me dan ganas de llorar. Perdón, ya debrayé un poco, seguramente la comida me hizo daño.

En fin, sigamos admirando y solapando a estos seres de nuestra entrañable y muy querida política mexicana. Yo creía que las ratas de dos patas existían sólo en las canciones de Paquita la del Barrio, pero semejante rola seguramente está basada en historias verdaderas. Neta, qué duro es crecer. Con el tiempo dejas de creer en muchas cosas: Santa Clos, la selección de futbol, la televisión, Superman, los horóscopos del TV y Novelas, y hasta en los políticos. Habrá que inventarse nuevos héroes o por lo menos alguien en quién confiar.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Viernes por la noche, aquí

Algunos detestan la soledad, tal vez porque hace reflexionar y pocos lo desean realmente. Hoy, bajo esta noche de viernes, me encuentro instalado en esa sintonía personal, aunque hasta ahora el saldo no es del todo negativo. Hace meses había buscado algún día que me hiciera escapar de la rutina e irme lejos, adonde fuera, únicamente conmigo mismo y la mejor de las intenciones para exorcizar cuanto mal me aquejaba. Pero las semanas pasaban y aquí seguía, estacionado en la misma intención y casi con raíces atadas a mis pies.

Curiosidades del destino: tanto intenté huir que nunca lo logré, y hoy todos se han ido de casa menos yo. Con volumen tenue escucho canciones dignas del mejor cortón de venas, pero no hacen mella en mis sentidos. Quizá sea inmunidad o simple resignación, no lo sé y tampoco quiero averiguarlo. Hace un par de horas recorrí el circuito universitario en bicicleta y era el único mortal rondando por ahí, en medio de la oscuridad. Se supone que salí para no encontrarme conmigo mismo y aún así no pude lograrlo. Segundo intento fallido.

Página 27 del mismo libro repasado por cuarta vez: “¿de qué sirve pasarse toda la noche huyendo de ti mismo si, al final, consigues darte alcance en tu propio domicilio?”... Beigbeder me caía bien, pero ya no me hace tanta gracia... Página 55: “la vida siempre se las apaña para complicarlo todo, ¿o somos nosotros los que nos buscamos las complicaciones?”. Suficiente. He decidido cerrar el texto. Soledad o reflexión, habrá que escoger una a la vez, porque ambas son como mezclar tequila y vodka en la misma borrachera.

Pero decía que el saldo no es del todo negativo. Ya no me asalta la ansiedad puberta de los fines de semana para amanecer en cualquier lugar que no sea en casa y junto a personas conocidas de una sola noche. ¿Sobriedad a los 28 o vejez antes de los 30? Tampoco deseo ahondar en ese asunto. La reflexión me persigue pero yo seré más rápido que ella.

Tengo sueño. Al menos el ejercicio sirvió para relajarme. El celular ha enmudecido, los vecinos también. Por hoy no seré el escandaloso cotidiano para evitar que los fusibles de mi casa terminen fuera de su lugar y en manos de otros. Todo está en calma, incluso yo. Sin embargo, y para no variar respecto al tema de este post, el tema 14 del mismo CD nuevamente me hace reflexionar: “si decides verte bien pórtate mal, y de portarte mal, avísame”.

Dicen que la noche se inventó para dormir, pero puede haber excepciones... averiguaré si esta premisa es verdad o no. Ahuyentaré un rato el sueño, tal vez al perderlo gane algo.

jueves, 11 de diciembre de 2008

¿Cuál crisis?

Copiaré textualmente tres párrafos tomados del editorial publicado hoy en El Universal on line, después pasaré a dar mi punto de vista. Chéquense nomás:

Los diputados federales ganan, cada uno, 152 mil pesos al mes, 79 mil pesos al año en medicinas y consultas particulares y 4 mil 500 pesos de “ayuda” para su cena de Navidad. ¿Le parece mucho? A ellos no, por eso van a pagar con dinero de usted, contribuyente, los 38 mil pesos que se les descuentan de impuestos por su aguinaldo de 101 mil pesos. Aunque sea increíble, son esos “representantes populares” quienes aprueban los impuestos de todos, asignan dinero público a las instituciones del Estado y dicen “México manda” en spots de televisión.

Tendrán el próximo año 570 millones de pesos para viáticos, telefonía, viajes, entre otros “servicios oficiales”; un seguro médico de gastos mayores por casi 30 millones de pesos; más de 100 millones de pesos para “gastos de difusión e información de mensajes y actividades legislativas”; 8 millones de pesos para vehículos y equipo de transporte; y 90 millones de pesos para que los diputados de la siguiente Legislatura remodelen una vez más sus oficinas a gusto de sus coordinadores parlamentarios.

Ya desde antes los diputados se apartaban de la realidad nacional. Además de los sueldos, prestaciones y gratificaciones que reciben mes con mes, los legisladores accedieron a préstamos personales provenientes del dinero público. Los préstamos concedidos tienen una tasa de interés de apenas 3% anual, muy por debajo del 40% o 50% que cobra la banca comercial a los ciudadanos comunes, víctimas del sistema bancario más caro de América Latina. ¿Y los intereses que generan esos préstamos? También se reparten entre los diputados.

Y la opinión personal dice… ¡Qué bonita es la política de mi país! ¿Apoco no? Deberíamos estar orgullosos de estos representantes de primer mundo que manejan los hilos de nuestro mexicanísimo tercer mundo. Más humildes no pudieron salir. Pero eso sí, a la hora de los votos andan de lambiscones y una vez llegado el hueso les roban y dan la espalda a la gente que confió en ellos.

No concibo el momento económico actual con miles de despidos laborales mientras estos distinguidos personajes se llenan los bolsillos a costa de los ciudadanos. Hace un par de días escuchaba en la radio que un chavo de 17 años vendía discos pirata para procurarse sus estudios —según dijo— y lo tacharon de infractor a la ley, ya hasta querían entambarlo. Entonces me pregunto: ¿quién es más delincuente? Pongamos todo en su justa dimensión. Si a un tipo que se gana 40 pesos por mover CD's copiados se lo quieren comer vivo, ¿qué será para estos sujetos de saco y corbata?

Sin embargo, nada de esto es para espantarse. Años van, años vienen y el show es el mismo. ¿Ya ven por qué es urgente pagar impuestos? No vaya a ser que estos pobrecitos se queden sin cena navideña, aguinaldo, regalos y viajes.

Ahora entiendo perfectamente los anuncios donde nos quieren lavar el cerebro haciéndonos pensar que trabajan arduamente para combatir la pobreza. El pequeño detalle está en el guión de quien los escribe. La versión real se refiere a la fórmula para combatir SU pobreza… los demás (y a veces odio incluirme) que se jodan en el inframundo cotidiano.

martes, 9 de diciembre de 2008

La vida está de luto

Hay un sordo en la disquera escogiendo el repertorio
Un condón en la cartera condenado al envoltorio
Hay un simio en el congreso, hay un genio en bancarrota
Hay un violador confeso invitándote a una copa
Hay lagartos con zapatos y hay zapatos de lagarto
Hay amores inmediatos y otros que son peor que un parto
Otros que son peor que un parto

Hay un muro en la frontera zigzagueándose en el mapa
La patrol siempre a la espera como trampa para ratas
Hay un pinche paparazzo columpiándose en la rama
Una
monja con retraso y un amante con sotana
Hay mas chismes en la tele que canciones en la radio
Hay
noticias que no duelen y hay de idiotas un estadio
Hay de idiotas un estadio

Y todos viven aquí como si nada
Jugando siempre al faquir en desbandada
Tratando de ir y venir con el afán de cumplir
Lo que les dicta una ley de marionetas suicidas
Sumisos en estampida

Hay un príncipe heredero de coronas obsoletas
Hay un toro en el potrero exigiendo la coleta
Hay
velorio en el congreso por la muerte de un decreto
Una idea es un exceso como un bosque en el concreto
Yo conozco un abogado que es un buitre de corbata
Con un libro a su costado es la ley y está en barata
Es la ley y está en barata

Y todos viven aquí como si nada
Jugando siempre al faquir en desbandada
Tratando de ir y venir con el afán de cumplir
Lo que les dicta una ley de marionetas suicidas
Sumisos en estampida
Sumisos en estampida

La vida está de luto
El llanto está de moda
Se salva el que es astuto
Se joda el que se joda

Y todos viven aquí como si nada
Jugando siempre al faquir en desbandada
Tratando de ir y venir con el afán de cumplir
Lo que les dicta una ley de marionetas suicidas
Borregos en estampida
Como si nada
En desbandada

Ricardo Arjona

jueves, 4 de diciembre de 2008

Anoche

Anoche le regalé a mi voz tu nombre mientras algunas canciones asaltaban mis sentidos. Las manecillas del reloj apuntaban hacia lo más alto de su límite vertical, y tú, distante, seguramente dormías rodeada del silencio sin saber que alguien más lo aprovechaba de distinta forma.

El frío que me cobijaba no bastó para derrotarme porque el trazo exacto de tu silueta en mi mente pudo más. Sobrado en sentimiento y falto de ti, me reconforté en los brazos de tu recuerdo para saberte cerca. Entonces me atreví a cambiarle el sentido verbal a Neruda: “Cómo no amar tus grandes ojos fijos”, pensé.

Y es que contigo vivir y revivir se vuelve muy sencillo, pero sin ti no lo es del todo. Cada día, después de cada noche, así funciona la fórmula que quizás no tenga sentido pero es una probada solución. Quiero pensar que así será por mucho tiempo más para no pedirle a la incertidumbre que te eche de menos.

Confieso que al pensar en ti quise escribirlo todo, pero los poemas se quedaron cortos, las palabras estaban sobradas, los párrafos se minimizaban uno a uno, y yo, el principal detractor de las cursilerías amorosas, por hoy decidí otorgarles el beneficio de la duda. Ahora sólo puedo culpar al perfecto azar de la vida por haberte puesto frente a mí. Algunos le llamarían destino, otros le apodarían suerte… yo simplemente lo bautizaría con tu nombre.

lunes, 1 de diciembre de 2008

El peor post de mi blog

El despertador me odia porque, en vez de dejarlo hacer su trabajo, le robo horas de sueño al desactivarlo antes de lo previsto… mañana prometo darle otra oportunidad.

El sol no se asoma en mi ventana a temprana hora porque es la oscuridad quien me despierta sin necesidad de irradiar luz alguna… lo acepto, mis días comienzan de noche.

Los vecinos no soportan el volumen 25 de mi estéreo, quien también me detesta porque sus bocinas están a punto de estallar… de mis oídos mejor ni hablemos.

El nutriólogo ya me hubiera regañado porque comer en 10 minutos, dos veces al día, no es alimentarse debidamente… ¿las dietas involuntarias también funcionarán?

El entrenador deportivo me vería con ojos amenazantes porque dormir cinco horas los fines de semana, acompañados por algunas cervezas y tequila, no es lo mejor para llegar de pie a la meta en las carreras... me pregunto si habrá entrenamientos alternativos.

Mis tenis me reclaman correr, pero les respondo abandonándolos debajo de la cama para que vivan acompañados del olvido… el polvo les tapará la boca.

El psicólogo me tendría en terapia intensiva, pero hay mejores formas de gastar el dinero… la crisis existencial también redunda en crisis monetaria.

El diablito, a mi costado derecho, me pide decir y hacer, y el angelito, volando a mi izquierda, me sugiere todo lo contrario… a ambos los mandé al carajo.

Quiero volverme loco... o cuerdo, ¿qué será peor?

La aburrición se aburrió de mí, pero me importa un bledo, antes de eso ya le era indiferente… yo la jodí primero.

A veces la música saca de apuros, pero uno insiste en el masoquismo… ¿quién demonios inventó el botón PREV del control remoto?

Las palabras me exigen ser escritas, pero mi mejor argumento es la indiferencia puesta en la hoja en blanco… si me reclaman, les estamparé un sello de clausura.

La inspiración me sacó la lengua y me dejó aquí sentado… pero la venganza literaria le llegó al aplicarle esta sarta de líneas maltrechas.

Al chutarme estos párrafos no tengo el mínimo grado de frustración o enojo… ¡¡¡Y HAY DE AQUEL QUE LO ME RESTRIEGUE EN LA CARA!!! (tampoco suelo gritar).

He llegado a pensar que odio ser sarcástico… ajá.

Por hoy me retiro de la computadora, no vine para delatarme, y menos decirle a alguien que me gusta con una pequeña dosis de exceso, pero claro, en ocasiones uno no puede abrir la boca porque… ¡cállate estúpida conciencia, vete a molestar a otra parte! (¿Por qué mandé al carajo al diablito que me susurraba al oído?).

Siempre

Solía amortiguar la rutina en mi trinchera de letras que almacenaba en este rincón electrónico desde donde malabareaba con frases, párrafo...