lunes, 15 de diciembre de 2008

Ratas de dos patas

El pasado 11 de diciembre puse en este espacio un post basado en el editorial de El Universal donde se hacía mención de los exorbitantes sueldos de los diputados mexicanos. Ese día prometí escribir sobre asuntos más amenos porque es época navideña, cuando todo mundo sonríe (o al menos lo intenta), excepto los pavos que caen en extrema depresión. Ya hasta pensaba escribir mi carta a los Reyes Magos y tapizar mi casa de adornos… pero no. Otra de políticos acabó con mis buenas intenciones literarias. Ni modo, en este país esos temas terminan por provocar diarrea o carcajadas para luego mentar madres al por mayor.

Las líneas universales de hoy dicen: “Los 32 gobernadores de este país recibirán más de 8 millones 500 mil pesos por aguinaldo y sueldo, el equivalente al ingreso de unas 3 mil 700 personas que ganan el salario mínimo. Los diputados de Coahuila se llevarán a su casa, cada uno, 500 mil pesos, más que el gobernador de su estado y los legisladores federales”. ¿Le sigo? ¿Verdad que no es nada gracioso ver a tipos llenándose los bolsillos de esa manera mientras otros miles se truenan los dedos sin saber si su familia comerá mañana?

Explíquenme entonces cómo se supone que funciona la política mexicana. Según sé, cada determinado tiempo unos señores de saco y corbata fingen sonrisas frente a millones de personas para ganarse su simpatía, les hacen promesas tan falsas como un billete de 3 pesos y muchos caen (obligados por la necesidad), después gastan millones en publicidad contaminante cuyo destino es un lugar que debería ser su origen: la basura, y finalmente entra en acción el teatro electoral con la moral que nos dicta acudir a las urnas para elegir a nuestros gobernantes… el resultado: las mismas patrañas enfundadas en distintos nombres y colores partidistas.

En mi diccionario de los peores adjetivos no encontré uno para calificar a estos raterazos y los rebautizara a partir de hoy. Lo peor del caso es que los únicos capaces de mover la ley para hacer menos escandaloso el asunto son ellos mismos. ¿Qué curioso verdad? Deberíamos confiar en su honestidad y ética profesional para lograrlo (¿me escuché muy iluso e inocente?).

¡Pero viva nuestra democracia! Para eso hay que votar y sentirnos orgullosos de nuestros representantes. No cualquiera roba tan “constitucionalmente” como ellos, además en la tele salen muy elegantes y con discursos tan sublimes que cuando los veo hasta me dan ganas de llorar. Perdón, ya debrayé un poco, seguramente la comida me hizo daño.

En fin, sigamos admirando y solapando a estos seres de nuestra entrañable y muy querida política mexicana. Yo creía que las ratas de dos patas existían sólo en las canciones de Paquita la del Barrio, pero semejante rola seguramente está basada en historias verdaderas. Neta, qué duro es crecer. Con el tiempo dejas de creer en muchas cosas: Santa Clos, la selección de futbol, la televisión, Superman, los horóscopos del TV y Novelas, y hasta en los políticos. Habrá que inventarse nuevos héroes o por lo menos alguien en quién confiar.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Viernes por la noche, aquí

Algunos detestan la soledad, tal vez porque hace reflexionar y pocos lo desean realmente. Hoy, bajo esta noche de viernes, me encuentro instalado en esa sintonía personal, aunque hasta ahora el saldo no es del todo negativo. Hace meses había buscado algún día que me hiciera escapar de la rutina e irme lejos, adonde fuera, únicamente conmigo mismo y la mejor de las intenciones para exorcizar cuanto mal me aquejaba. Pero las semanas pasaban y aquí seguía, estacionado en la misma intención y casi con raíces atadas a mis pies.

Curiosidades del destino: tanto intenté huir que nunca lo logré, y hoy todos se han ido de casa menos yo. Con volumen tenue escucho canciones dignas del mejor cortón de venas, pero no hacen mella en mis sentidos. Quizá sea inmunidad o simple resignación, no lo sé y tampoco quiero averiguarlo. Hace un par de horas recorrí el circuito universitario en bicicleta y era el único mortal rondando por ahí, en medio de la oscuridad. Se supone que salí para no encontrarme conmigo mismo y aún así no pude lograrlo. Segundo intento fallido.

Página 27 del mismo libro repasado por cuarta vez: “¿de qué sirve pasarse toda la noche huyendo de ti mismo si, al final, consigues darte alcance en tu propio domicilio?”... Beigbeder me caía bien, pero ya no me hace tanta gracia... Página 55: “la vida siempre se las apaña para complicarlo todo, ¿o somos nosotros los que nos buscamos las complicaciones?”. Suficiente. He decidido cerrar el texto. Soledad o reflexión, habrá que escoger una a la vez, porque ambas son como mezclar tequila y vodka en la misma borrachera.

Pero decía que el saldo no es del todo negativo. Ya no me asalta la ansiedad puberta de los fines de semana para amanecer en cualquier lugar que no sea en casa y junto a personas conocidas de una sola noche. ¿Sobriedad a los 28 o vejez antes de los 30? Tampoco deseo ahondar en ese asunto. La reflexión me persigue pero yo seré más rápido que ella.

Tengo sueño. Al menos el ejercicio sirvió para relajarme. El celular ha enmudecido, los vecinos también. Por hoy no seré el escandaloso cotidiano para evitar que los fusibles de mi casa terminen fuera de su lugar y en manos de otros. Todo está en calma, incluso yo. Sin embargo, y para no variar respecto al tema de este post, el tema 14 del mismo CD nuevamente me hace reflexionar: “si decides verte bien pórtate mal, y de portarte mal, avísame”.

Dicen que la noche se inventó para dormir, pero puede haber excepciones... averiguaré si esta premisa es verdad o no. Ahuyentaré un rato el sueño, tal vez al perderlo gane algo.

jueves, 11 de diciembre de 2008

¿Cuál crisis?

Copiaré textualmente tres párrafos tomados del editorial publicado hoy en El Universal on line, después pasaré a dar mi punto de vista. Chéquense nomás:

Los diputados federales ganan, cada uno, 152 mil pesos al mes, 79 mil pesos al año en medicinas y consultas particulares y 4 mil 500 pesos de “ayuda” para su cena de Navidad. ¿Le parece mucho? A ellos no, por eso van a pagar con dinero de usted, contribuyente, los 38 mil pesos que se les descuentan de impuestos por su aguinaldo de 101 mil pesos. Aunque sea increíble, son esos “representantes populares” quienes aprueban los impuestos de todos, asignan dinero público a las instituciones del Estado y dicen “México manda” en spots de televisión.

Tendrán el próximo año 570 millones de pesos para viáticos, telefonía, viajes, entre otros “servicios oficiales”; un seguro médico de gastos mayores por casi 30 millones de pesos; más de 100 millones de pesos para “gastos de difusión e información de mensajes y actividades legislativas”; 8 millones de pesos para vehículos y equipo de transporte; y 90 millones de pesos para que los diputados de la siguiente Legislatura remodelen una vez más sus oficinas a gusto de sus coordinadores parlamentarios.

Ya desde antes los diputados se apartaban de la realidad nacional. Además de los sueldos, prestaciones y gratificaciones que reciben mes con mes, los legisladores accedieron a préstamos personales provenientes del dinero público. Los préstamos concedidos tienen una tasa de interés de apenas 3% anual, muy por debajo del 40% o 50% que cobra la banca comercial a los ciudadanos comunes, víctimas del sistema bancario más caro de América Latina. ¿Y los intereses que generan esos préstamos? También se reparten entre los diputados.

Y la opinión personal dice… ¡Qué bonita es la política de mi país! ¿Apoco no? Deberíamos estar orgullosos de estos representantes de primer mundo que manejan los hilos de nuestro mexicanísimo tercer mundo. Más humildes no pudieron salir. Pero eso sí, a la hora de los votos andan de lambiscones y una vez llegado el hueso les roban y dan la espalda a la gente que confió en ellos.

No concibo el momento económico actual con miles de despidos laborales mientras estos distinguidos personajes se llenan los bolsillos a costa de los ciudadanos. Hace un par de días escuchaba en la radio que un chavo de 17 años vendía discos pirata para procurarse sus estudios —según dijo— y lo tacharon de infractor a la ley, ya hasta querían entambarlo. Entonces me pregunto: ¿quién es más delincuente? Pongamos todo en su justa dimensión. Si a un tipo que se gana 40 pesos por mover CD's copiados se lo quieren comer vivo, ¿qué será para estos sujetos de saco y corbata?

Sin embargo, nada de esto es para espantarse. Años van, años vienen y el show es el mismo. ¿Ya ven por qué es urgente pagar impuestos? No vaya a ser que estos pobrecitos se queden sin cena navideña, aguinaldo, regalos y viajes.

Ahora entiendo perfectamente los anuncios donde nos quieren lavar el cerebro haciéndonos pensar que trabajan arduamente para combatir la pobreza. El pequeño detalle está en el guión de quien los escribe. La versión real se refiere a la fórmula para combatir SU pobreza… los demás (y a veces odio incluirme) que se jodan en el inframundo cotidiano.

martes, 9 de diciembre de 2008

La vida está de luto

Hay un sordo en la disquera escogiendo el repertorio
Un condón en la cartera condenado al envoltorio
Hay un simio en el congreso, hay un genio en bancarrota
Hay un violador confeso invitándote a una copa
Hay lagartos con zapatos y hay zapatos de lagarto
Hay amores inmediatos y otros que son peor que un parto
Otros que son peor que un parto

Hay un muro en la frontera zigzagueándose en el mapa
La patrol siempre a la espera como trampa para ratas
Hay un pinche paparazzo columpiándose en la rama
Una
monja con retraso y un amante con sotana
Hay mas chismes en la tele que canciones en la radio
Hay
noticias que no duelen y hay de idiotas un estadio
Hay de idiotas un estadio

Y todos viven aquí como si nada
Jugando siempre al faquir en desbandada
Tratando de ir y venir con el afán de cumplir
Lo que les dicta una ley de marionetas suicidas
Sumisos en estampida

Hay un príncipe heredero de coronas obsoletas
Hay un toro en el potrero exigiendo la coleta
Hay
velorio en el congreso por la muerte de un decreto
Una idea es un exceso como un bosque en el concreto
Yo conozco un abogado que es un buitre de corbata
Con un libro a su costado es la ley y está en barata
Es la ley y está en barata

Y todos viven aquí como si nada
Jugando siempre al faquir en desbandada
Tratando de ir y venir con el afán de cumplir
Lo que les dicta una ley de marionetas suicidas
Sumisos en estampida
Sumisos en estampida

La vida está de luto
El llanto está de moda
Se salva el que es astuto
Se joda el que se joda

Y todos viven aquí como si nada
Jugando siempre al faquir en desbandada
Tratando de ir y venir con el afán de cumplir
Lo que les dicta una ley de marionetas suicidas
Borregos en estampida
Como si nada
En desbandada

Ricardo Arjona

jueves, 4 de diciembre de 2008

Anoche

Anoche le regalé a mi voz tu nombre mientras algunas canciones asaltaban mis sentidos. Las manecillas del reloj apuntaban hacia lo más alto de su límite vertical, y tú, distante, seguramente dormías rodeada del silencio sin saber que alguien más lo aprovechaba de distinta forma.

El frío que me cobijaba no bastó para derrotarme porque el trazo exacto de tu silueta en mi mente pudo más. Sobrado en sentimiento y falto de ti, me reconforté en los brazos de tu recuerdo para saberte cerca. Entonces me atreví a cambiarle el sentido verbal a Neruda: “Cómo no amar tus grandes ojos fijos”, pensé.

Y es que contigo vivir y revivir se vuelve muy sencillo, pero sin ti no lo es del todo. Cada día, después de cada noche, así funciona la fórmula que quizás no tenga sentido pero es una probada solución. Quiero pensar que así será por mucho tiempo más para no pedirle a la incertidumbre que te eche de menos.

Confieso que al pensar en ti quise escribirlo todo, pero los poemas se quedaron cortos, las palabras estaban sobradas, los párrafos se minimizaban uno a uno, y yo, el principal detractor de las cursilerías amorosas, por hoy decidí otorgarles el beneficio de la duda. Ahora sólo puedo culpar al perfecto azar de la vida por haberte puesto frente a mí. Algunos le llamarían destino, otros le apodarían suerte… yo simplemente lo bautizaría con tu nombre.

lunes, 1 de diciembre de 2008

El peor post de mi blog

El despertador me odia porque, en vez de dejarlo hacer su trabajo, le robo horas de sueño al desactivarlo antes de lo previsto… mañana prometo darle otra oportunidad.

El sol no se asoma en mi ventana a temprana hora porque es la oscuridad quien me despierta sin necesidad de irradiar luz alguna… lo acepto, mis días comienzan de noche.

Los vecinos no soportan el volumen 25 de mi estéreo, quien también me detesta porque sus bocinas están a punto de estallar… de mis oídos mejor ni hablemos.

El nutriólogo ya me hubiera regañado porque comer en 10 minutos, dos veces al día, no es alimentarse debidamente… ¿las dietas involuntarias también funcionarán?

El entrenador deportivo me vería con ojos amenazantes porque dormir cinco horas los fines de semana, acompañados por algunas cervezas y tequila, no es lo mejor para llegar de pie a la meta en las carreras... me pregunto si habrá entrenamientos alternativos.

Mis tenis me reclaman correr, pero les respondo abandonándolos debajo de la cama para que vivan acompañados del olvido… el polvo les tapará la boca.

El psicólogo me tendría en terapia intensiva, pero hay mejores formas de gastar el dinero… la crisis existencial también redunda en crisis monetaria.

El diablito, a mi costado derecho, me pide decir y hacer, y el angelito, volando a mi izquierda, me sugiere todo lo contrario… a ambos los mandé al carajo.

Quiero volverme loco... o cuerdo, ¿qué será peor?

La aburrición se aburrió de mí, pero me importa un bledo, antes de eso ya le era indiferente… yo la jodí primero.

A veces la música saca de apuros, pero uno insiste en el masoquismo… ¿quién demonios inventó el botón PREV del control remoto?

Las palabras me exigen ser escritas, pero mi mejor argumento es la indiferencia puesta en la hoja en blanco… si me reclaman, les estamparé un sello de clausura.

La inspiración me sacó la lengua y me dejó aquí sentado… pero la venganza literaria le llegó al aplicarle esta sarta de líneas maltrechas.

Al chutarme estos párrafos no tengo el mínimo grado de frustración o enojo… ¡¡¡Y HAY DE AQUEL QUE LO ME RESTRIEGUE EN LA CARA!!! (tampoco suelo gritar).

He llegado a pensar que odio ser sarcástico… ajá.

Por hoy me retiro de la computadora, no vine para delatarme, y menos decirle a alguien que me gusta con una pequeña dosis de exceso, pero claro, en ocasiones uno no puede abrir la boca porque… ¡cállate estúpida conciencia, vete a molestar a otra parte! (¿Por qué mandé al carajo al diablito que me susurraba al oído?).

viernes, 7 de noviembre de 2008

Día cero

Veo lo que creo ver y no veo más
De lo que pueda contar no recuerdo nada
No hay necesidad de hablarlo más

Creo creer, temo temer que esto es verdad
La vida se nubló en su totalidad
Estoy perdido
Y no sé mirar lo que dejé allá atrás

En ese camino largo
Que un día me vio caminar
Nació esta ciega herida
Que borró hoy día mi ayer

Personas extrañas hablan de quién fui
Pretenden darme valor sin que sepa nada
No hay necesidad ni siquiera
De llorar por estar así
Mi amnesia me dice absolutamente nada más
Que esa sensación de ansiedad

En ese camino largo
Que un día me vio caminar
Quemé una biografía
Y soplé cenizas del ayer
No intenten enseñarme quién me quiso
Y a quién debo amar
Comienza el día cero
Y mañana su continuidad

Y soplé cenizas del ayer
Y soplé cenizas de mi ayer
No intenten enseñarme
Quién me quiso
Y a quién debo amar
Quién me quiso
Y a quién debo amar

La Ley

100 a los 28

Hoy tengo dos motivos para escribir. El primero de ellos, literario, responde a que el presente post es el número 100 del blog nacido hace casi un año y medio; la segunda razón, personal, es para evidenciar que justamente hoy el calendario me ha favorecido al regalarme 365 días más de vida.

Mucho puedo decir acerca de este espacio donde miles de letras han brotado, consecuencia de una inspiración de la que aún me pregunto por su origen. Hoy sólo sé que formar palabras para darles cierto sentido se ha convertido en una necesidad y el blog funciona para experimentar con ello. El coctel de elementos que lo conforman (llámense risas, llanto, desvelos, ironía, música, poesía y un pequeño gran etcétera) me hacen pensar que bien ha valido la pena fijar la vista en el monitor y los dedos en el teclado, pues al menos este ejercicio me ha ahorrado una buena lana en terapias psicológicas.

No me pondré nostálgico ni pasearé por la alfombra roja para luego recibir un premio al más puro estilo telenovelero por haber llegado hasta aquí, sin embargo, me siento afortunado al decir que los personajes involucrados en esta trama literaria —me incluyo en ellos—, voluntaria o involuntariamente, han ayudado a entretejer historias que hoy recuento con una sonrisa reflejada en los labios.

Si hace dos años alguien me hubiera dicho que yo sería el autor de tanto rollo, mi respuesta habría sido que era más fácil ser astronauta y viajar a la luna con cinco pesos… afortunadamente la equivocación me hubiera golpeado. Hoy día no sé hasta dónde llegaré con este blog. Tal vez las musas en algún momento agoten sus palabras y deseen suicidarse antes que darme más argumentos, o quizás muestren un mínimo interés para seguirme alimentando. Ojalá sea lo segundo.

¿Cuál ha sido mi post favorito? Ni yo tengo la respuesta. Tal vez todos, quizás ninguno, o puede ser el que aún no escribo. Aquí no se trata de elección sino de regalarme el gusto de hacer algo que me inyecta una dosis de emoción y compartirlo con los demás. En un día como hoy sin duda éste es uno de mis mejores regalos.

Finalmente, sólo quiero agradecer a las palabras y a aquellos que me han motivado a escribirlas, ante su ausencia seguramente hubiese dedicado mi tiempo a otra cosa con resultado menos positivo. Por los que estuvieron en ellas, los que todavía están y los que estarán, puedo asegurarles que aquí seguiré dando lata con mis letras...

lunes, 3 de noviembre de 2008

A lo lejos

Alquilé una dosis de alzheimer por cuatro días y me subí a este autobús. Cinco horas me separan de la lejanía donde pretendo exorcizar la rutina urbana, allá donde la prisa corre muy despacio y el andar cotidiano se refugia en el olvido.

A través de la ventana avanzan los kilómetros a la par de los paisajes, y cuando el reloj cumple su cometido, desciendo para reencontrarme con esta tierra que a menudo visualizo en mis recuerdos. Entonces me interno en el poblado y respiro un aire diferente. Pátzcuaro me recibe entre sus brazos.

El jueves se esfuma en medio de un atardecer exacto y la noche llega plena entre luces de faroles. En la esquina de Lloreda y Ahumada me atrinchero en el silencio y espero ver llegar un nuevo amanecer...

Cuando el frío me cobija y el sol se asoma tímido comienzo mi andar y, luego de dar gusto al paladar, observo la imponente vista desde lo alto de las Yácatas. Estoy parado aquí, donde el imperio purépecha tuvo su máximo esplendor en manos de Tata Vasco y sus pobladores, y hoy, después de siglos de historia, soy testigo de la grandeza de su territorio que llena mis pupilas y vacía mis ganas de irme. Hoy fue Quiroga y Tzintzuntzan, mañana Janitzio me espera...

El rumbo es la isla. Día limpio, vista perfecta; no puedo pedir más. Las plazas y los lugareños comienzan a prepararse para recibir la Noche de Muertos que está más viva que nunca. El ambiente se transforma. Al caer la noche, un manto estelar nos cubre y el motor de la embarcación se escucha. Miles van y vienen. En lo alto, el monumento a Morelos pasa la noche más decepcionante del año al verse rodeada de turistas que poco saben de la tradición y hacen del alcohol su mejor pretexto. Nada ha cambiado desde hace años. ¿Autoridades? Sobra preguntar por ellas. La justificación económica pone de rodillas a la tradición y los nativos pagan el alto precio de ver comercializada su identidad y su fe. Abajo, el cementerio se tiñe de color anaranjado y las llamas iluminan el regreso de los muertos a este mundo. La madrugada exige descanso. Entre las veredas isleñas me abro paso y el inminente regreso llega...

La dosis de alzheimer alquilada agoniza. Seis horas me llevan de vuelta al lugar de origen de esta historia y el mismo número de párrafos me es insuficiente para atestiguar todo lo vivido en territorio michoacano. Se fue el Día de Muertos y aquí los vivos continuamos.

lunes, 27 de octubre de 2008

Calavera corredora

Entre la bruma del Desierto de los Leones
Apareció un animoso trío de corredores
A su lado muy atenta la catrina
Cuidaba de su andar y les decía:
Ustedes son muy lentos
No me sirven para el maratón
Si siguen a ese paso
Me los llevaré para el panteón
¡Qué te pasa!, respondieron
Por hoy sólo entrenamos
Para echarnos la de Avón

Pues alcánzanos si puedes
Le dijeron a Doña Huesos
A ver si muy buena para esto de los retos
Ni aunque tomes anabólicos nos ganarás
Y verás cómo a los diez minutos
Por un Gatorade y un descanso implorarás

Entonces corre y corre empezaron la subida
Mientras ella de su cansancio se reía
Y al llegar a las cabañas
Ya tenía bien afilada la guadaña
¡Terminó el calentamiento!, dijo una de ellas
Ahora sí huesuda, amárrate las agujetas
Veremos si en verdad le ganas a este trío de atletas

Una hora más y ellos seguían enteros
Pero la pobre calaca ya sentía quebrar sus huesos
A estas alturas la parca se sentía intimidada
Y la niebla de la montaña le nublaba la mirada
No había aguantado ni la mitad del entrenamiento
Y su paso cada vez era más lento

Creo que de una vez me voy resignando
Porque con ustedes no tengo para cuándo
Ya veo que sí son verdaderamente unos atletas
Mejor vamos a los puestos e invítenme unas quecas

No aguantas nada, le dijeron
Has de correr la subidita de CU
Verás cómo a estos asuntos renuncias tú
Así que por nosotros ni te preocupes
Y si quieres otras carreritas
Ya sabemos quién es la lenta
Pues cuando tú apenas arrancas
Nosotros te estaremos esperando ya en la meta

miércoles, 22 de octubre de 2008

Un año con tu recuerdo... y te extraño

Love - devotion
Feeling - emotion
Don't be afraid to be weak
Don't be too proud to be strong
Just look into your heart my friend
That will be the return to yourself
The return to innocence

If you want, then start to laugh
If you must, then start to cry
Be yourself don't hide
Just believe in destiny

Don't care what people say
Just follow your own way
Don't give up and use the chance
To return to innocence

That's not the beginning of the end
That's the return to yourself
The return to innocence

"Return to innocence", Enigma

martes, 21 de octubre de 2008

Cómo hacer

Dime cómo debo hacer
Para que la luz permanezca unida
A mi corazón y a mi centro
Para que pueda volver a soñarte
Cada noche sin dormir

Dime cómo debo sentir el sol
Si lo que me quema son tus caricias
Cómo es el aire que respiro
Si me pierdo en tu aroma

Dime cómo debe de ser la luna
Cuando miro a través de tus ojos
Para que empiece a correr tras de ti
Nuevamente en cada amanecer

Alma Delia Sánchez Fonseca

miércoles, 15 de octubre de 2008

Educación al estilo Hummer

Tanto alboroto por unas camionetas. ¿Acaso no se dan cuenta que es para transportar a los maestros a zonas de difícil acceso en las lejanas serranías? ¿Por qué dudar de los argumentos de la vitalicia maestra cuando dice que no son regalos, sino parte de una rifa para mejorar la educación en México? Si sólo se gastaron 22 millones de pesos, porque las susodichas Hummer son versión austera, ni blindaje tienen, ¿cuál de lujo? No exageren.

Pues así se las gastan algunos personajes de la farándula política en México, donde todo pasa y nada sucede. Lo que es de llamar la atención es el toque de cinismo con que se hace lo que antes se procuraba tener más escondidito. Ya no sé si llorar o reír. Desde luego es un insulto ser testigo de tales detallazos mientras otros rubros sociales se caen a pedazos, si no es que ya están por los suelos.

Pero no menos se puede esperar de algunos servidores públicos que, con tal de mantener fieles a sus allegados, son capaces hasta de decir lo que no dijeron, total, los medios de comunicación siempre tienen la culpa. Ajá, cómo no, ¿y nosotros nos chupamos el dedo? Eso de andar de espléndida para luego cambiar la versión de que “son para una rifa” que se lo crean en su pueblo (aunque incluso en las provincias más recónditas ya no son tan inocentes) ¿Acaso es absolutamente necesario transportarse en camionetas Hummer? ¿No valdría más apoyar a niños que deben caminar varios kilómetros para ir a la escuela en zonas marginadas?

Curiosamente quien se da esos lujos es la jefa de jefas en el ámbito de la educación nacional donde, dicho sea de paso, predomina un nivel paupérrimo y el inframundo nos queda muy grande. ¡Bravo maestra, usted sí sabe predicar con el ejemplo! Me pregunto si algún día las futuras generaciones conocerán a través de los libros de texto su admirable labor social entregada a los mexicanos.

No nos alarmemos pues. Mejor fumemos un buen habano mezclado con hierbas exóticas e imaginemos un México donde las plazas laborales se ganan y no se venden; un país en el que la educación se codea con la de primer mundo porque sus líderes son capaces de rifársela antes que ser fieles como perritos falderos y doblar las manos ante una “limosna material bien merecida”.

Respecto al asunto, hoy leí algunos foros en distintas páginas web, y la gente concordaba en que el “caso Hummer” es sólo un eslabón más de la corrupción que en México anda muy de moda. Y me uno a la voz de muchos más para denunciar lo patético que es ver a millones necesitados mientras a un puñado de sujetos —que dicen llamarse servidores públicos— se les desbordan los billetes de los bolsillos y hacen gala de ellos de maneras vergonzosas. Me imagino que han de ser sus ahorros de años de trabajo... cómo no.

Por cierto, y a propósito de tanto teatro social aberrante donde participan actores y actrices de muy extraña estirpe, una opinión en particular llamó mi atención. Era una persona que, estacionada en el hartazgo a causa de los detalles negativos que se viven actualmente en el país, reflexionaba acerca de fechas históricas sucedidas cada 100 años, donde las revueltas han promovido un cambio social radical: 1810, independencia de México; 1910, revolución mexicana; ¿2010? Faltan menos de dos años, y como está la situación...

viernes, 10 de octubre de 2008

A michas

“El divorcio es una pérdida de la virginidad mental”, leí en una ocasión. Y a pesar de que nunca he llegado a esa instancia con alguna pareja, supongo que tener un acuerdo en medio del desacuerdo debe resultar un tanto complicado: repartición de bienes materiales, patria protestad, pensiones alimentarias y visitas a juzgados donde le ves la cara por obligación a quien antes se la veías por puro gusto.

Al respecto, hoy encontré una nota que me sorprendió gratamente. La moraleja de esa historia es que sí se puede llegar a buenos términos en esos asuntos. Sucedió allá por los rumbos de Camboya, donde una pareja permaneció unida durante 18 años, pero finalmente se dieron cuenta que vivir bajo el mismo techo era más tortura que placer. Así fue como decidieron terminar su relación mediante el divorcio y empezó el final del cuento de hadas golpeado por la realidad.

Cobijados por una casa de madera durante un buen rato de su vida, Moeun Sarim y su hoy ex esposa Vat Navy se dijeron adiós luego de casi dos décadas de compartir miradas cómplices y besos inundados de ternura*. Pero les llegó un qué sé yo en esos andares y faltaron a su promesa del amor eterno. Total, que el señor, dentro de todo el asuntito, fue compartido y pensó en su mujer aún después de acabada la relación.

Ignoro si se fueron “a michas” con los muebles o si se pelearon por ver quien se quedaba con la televisión o el DVD, pero lo que sí fue seguro es que la casa se la repartieron a medias… literalmente. Bastó un serrucho para solucionar el conflicto y el hogar no fue más tema de conflicto.

¿Coraje, despecho o simplemente ganas de fastidiar al prójimo (o prójima)? Ya me imagino la escena: “Por decreto legal, al señor Sarim le corresponde el baño, una recámara y la sala, y a la señora Navy, una habitación, el otro baño y la cocina... ¡a cortar se ha dicho!"

Repito, jamás he vivido una separación de tal magnitud, pero si así fuera, ¿no se supone que sería para no ver más a tu ex pareja? Si 18 años no fueron suficientes para aguantarse, ¿qué necesidad hay de vivir como vecinos? ¿Y si un día alguno de los dos decide mudarse, el letrero dirá: “Se vende media casa” o “A mitad de precio”? Por si alguien dudaba que por amor hacemos tonterías, pues también por desamor se hacen otras tantas.

Ahora entiendo porqué se responsabiliza a la pareja de ser la “media naranja”. En ese sentido no quisiera escuchar decir a alguien: “Eres la mitad de mi corazón”, capaz que a la hora del divorcio se lo toman muy en serio y la situación acaba en un asunto snuff. ¿Y qué tal si tienen solamente un hijo?... Mejor ya no le sigo, esto de las mitades me está afectando un poco.

* Elementos cursis que el autor de este blog añadió para matizar un poco el tema aquí expuesto.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

¡Vivan los héroes que nos dieron... ¿libertad?

La noche del 15 de septiembre de este año fue para mí una más. No me puse tremenda guarapeta con el tequila, tampoco escuché al mariachi hasta las tres de la mañana para luego archivarlo el resto del año, y mucho menos desempolvé el sombrerote con el objetivo de portarlo en mi cabeza con su típica leyenda: “Viva México cab…”. Y no es que el sentimiento patriótico se haya esfumado de mi persona, pero después de escuchar el grito desde Palacio Nacional, creí que aquellos personajes a quienes responsabilizamos de darnos patria y libertad sin duda regresarían a sus tumbas ante la situación prevaleciente en el país.

¿Libertad? ¿Qué es eso? La palabra no existe más luego que en Morelia un festejo público familiar se tiñó de rojo y, lo peor del caso, tomando como pretexto a la sociedad civil. Qué bajo hemos caído. El caos ya nos está ganando la partida y el paquete resulta bastante grande para las autoridades. Lástima que en un país como México el escenario se torne así.

Comienzo a perder las esperanzas y creo que este mal nos come día con día. Miles marchan vestidos de blanco, cientos encienden veladoras con la fe puesta ante todo, otros más se llenan la boca de discursos y varios claman por sus familiares secuestrados… ¿y dónde están las respuestas? ¿Esa es la libertad tan vitoreada un 15 de septiembre?

Todavía hace un par de años pensaba que la situación del país podía mejorar, al menos en lo mínimo necesario para no ver manchadas de sangre las páginas de los diarios y evitar que mis primos, menores de edad, se sentaran a comer en la mesa acompañados de los noticiarios con sus ejecuciones del día.

Antes era optimista, hoy seré realista. Estoy convencido que las autoridades son sólo un títere más en esta puesta en escena bastante grotesca y fuera de control, así que confiaré más en la gente de buena voluntad que en aquellos que echan su mejor verbo ante las cámaras sin saber siquiera por dónde comenzar a accionar.

Ejemplos en los cuales la sociedad civil es un mero y vulgar argumento para acabar con vidas inocentes tenemos de sobra: en España los atentados con coches-bomba suelen dar la nota roja de vez en cuando; las Torres Gemelas en Estados Unidos sucumbieron en manos de intereses ajenos a los ciudadanos; y hoy, en México, parece que alguien se está contagiando de semejante epidemia y desea hacer sus pininos terroristas con un par de granadas arrojadas en una plaza cívica (paradójicamente ubicada a tres cuadras de la casa natal de José María Morelos). Triste realidad. Si eso es el primer mundo, renuncio a él.

Entonces, ¿que vivan los héroes que nos dieron patria y libertad? Mejor no, porque seguramente más de uno se volvería a morir al ver que México no es ni siquiera un mínimo porcentaje de lo que ellos tenían planeado. Un país dividido por colores partidistas e intereses personales nos ha dejado esto como consecuencia, y ahora, como siempre, a buscar criminales en vez de evitar su formación.

¿Hasta cuándo?

martes, 9 de septiembre de 2008

Sospechosismo olímpico

Más de una vez he pensado que el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano, y hoy, lamentablemente, creo haber confirmado mi teoría: luego de que el taekwondoín Guillermo Pérez acabó con la anemia dorada que México padecía en el medallero olímpico, ahora el presidente de ese deporte en territorio tricolor declaró que se invirtió un millón de pesos para “convencer” a los jueces de hacerlo subir a lo más alto del podium.

¿Envidia o coraje? La verdad me resulta de lo más bajo acusar a alguien de esa manera cuando fuimos testigos de cómo el muchacho se partía el alma a base de aguantar golpes y patadas para darle un mínimo gusto a sus paisanos muy lejos de su tierra natal, para que otro, desde su escritorio y cruzado de brazos, invente tales afirmaciones. Seguramente el señor ya conoce los terrenos corruptos de su medio y cree que todos son de la misma especie, desafortunadamente para su causa no es así. ¿Se sabrá el programa de entrenamientos para llegar a ese nivel? ¿Conocerá la rutina de un deportista olímpico y los sacrificios que se hacen para poner los pies en esos territorios? A mí se me hace que no.

Pero claro, algunos de pantalón largo, camisa y corbata ven que alguien sobresale en el deporte y ya quieren acaparar la atención y sacar de la chistera pretextos para hacer quedar mal, justamente, con quien ahora deberían quedar mejor.

En fin, a algunos no les toca —y nunca debería tocarles— ni un gramo de polvo de esa medalla que con justicia se colgó Guillermo. Además yo no me le ponía al brinco porque no vaya a pasar lo del cubano que repartió candela por una decisión errónea de los jueces, según él.

Y ya que andamos con esto de las “mordidas” y los millones de pesos, ¿no sería mejor aplicarlo con la selección de futbol? Si es el deporte que más dinero deja en México, un chequecito firmado con varios ceros entregado por debajo del agua a los árbitros no estaría mal para verlos “ganar” por lo menos una Copa América, total, para los federativos sería un pellizquito económico en ese rubro.

¿Verdad que en ocasiones no es muy agradable soltarle la correa a la lengua? Insisto, el anti-doping debería ir más allá de los terrenos deportivos, ahí seguramente encuentran más tela de donde cortar.

Imperfección matemática

Tres amigos pasaron un fin de semana fuera de la ciudad y decidieron hospedarse en un hotel para su breve estancia.

—El costo por habitación es de 30 pesos —les indicó el gerente.

—De acuerdo, nos toca de 10 pesos por persona —dijo uno de ellos.

Firmada la reservación, subieron por el ascensor a su cuarto. Minutos después, el gerente vio que la habitación que les había dado tenía un precio menor, exactamente de 25 pesos.

—Por favor ve con ellos y regrésales los 5 pesos sobrantes —le pidió a su empleado.

El joven, mientras iba en el elevador, pensó:

—Les diré que el costo de su hospedaje es de 27 pesos, así les regreso sólo 3 y yo me quedo con 2, al fin que el gerente no se enterará.

Al llegar, tocó la puerta y uno de los muchachos salió a recibirlo:

—Qué tal —dijo el empleado del hotel—, vengo de parte del gerente, quien me pidió regresarles 3 pesos, ya que el precio de esta habitación es de 27 y no de 30 como originalmente les cobró.

Dicho lo anterior, los tres amigos concluyeron que en vez de tocarles pagar 10 pesos por persona, la cifra real que puso cada uno a causa de los 3 pesos devueltos fue de 9 pesos (lo que da una suma de 27), más 2 que el empleado se guardó sin decirles, da un total de $29... ¿Dónde quedó el peso restante?

jueves, 4 de septiembre de 2008

Cuente hasta 10

Una mañana cualquiera de jueves. Me desprendo las cobijas, visito la regadera, ingiero la dosis recomendada de cereales y salgo con el mejor de los pretextos laborales.

Vehículo en marcha. La luz verde en el semáforo me hace pisar el acelerador cuando frente a mí, a escasos 10 centímetros, se atraviesa un taxista que se pasó el alto en pleno crucero. Le hago un gesto y murmullo algunas maldiciones. Mi papá, desde el lugar del copiloto, me pregunta para qué me pongo en ese plan, si sabemos de antemano que muchos amigos del volante son de esa estirpe. “Por gente como esa es que estamos jodidos”, le contesto. Supuse que su silencio como respuesta me dio la razón.

Minutos después, el GPS mental me conduce al trabajo. Al llegar, reviso mis bolsillos y nada, verifico en cuanta bolsa tiene la mochila que pende de mi hombro y tampoco… entonces la puerta, postrada frente a mí, se burla ingratamente: había olvidado la llave para entrar a la oficina. Aquellos minutos que gané para llegar temprano, ahora los perdería de regreso a casa por el trozo metálico con dientes que ayer se quedó escondido en algún rincón de mi chamarra.

De regreso, lo que faltaba: periférico con su interminable fila de autos y ahí, a 15 metros sobre mi costado derecho, un par de uniformados persigue a algunos chavos cuyo delito ignoro aunque tampoco me interesa. Se escuchan balazos, dos para ser exactos, y el mismo número de sujetos huye de los policías mientras uno de ellos es asegurado y amablemente subido a una patrulla. “¿Podrían apuntar lejos de aquí?”, casi les grito, no es opción ser blanco de alguna bala perdida porque tengo bastante trabajo y mucho me temo que llegaré tarde por mi pequeño descuido.

Avanzan los vehículos. Llego a casa y en el clóset esculco las bolsas de la prenda que resguardó indebidamente la susodicha llave. Invoco el espíritu de Schumacher y ahí voy de nuevo, con el acelerador a fondo pero… momento. Bajo un poco la mirada y frente a mis ojos, una aguja se muestra débil: media reserva de gasolina me implora se le abastezca cuanto antes.

Próxima escala: gasolinera. ¡Con lo que significan cinco minutos en este preciso instante! Delante de mí, otro taxista —para variar— se detiene un momento y comienza a observar, una por una, cuál será la bomba donde entrará para darle de beber a su vehículo. “Pareces niño en panadería que no sabe si elegir dona, concha o bolillo”, pensé. Entonces lo rebaso y me reclama mediante el claxon y una mirada amenazante de telenovela… ya no entiendo a esta gente.

Bomba dos, sí. Es un Chevy y lo despachan rápido. El uniformado café saca la manguera del auto pero habla mucho con el conductor quien resultó ser su amigo. Se saludan, platican y el empleado se recarga en la unidad motora para continuar su charla. ¡Muy bien Alejandro, has elegido la “bomba de los compadres” en la hora feliz! Suena la reversa y me mudo con la vecina. Se escucha el glu, glu, glu y el tapón clausura la toma completa. Hora de partir. Primera, segunda, tercera… curvas, topes, puentes, vía rápida… direccionales, freno, acelerador.

Diez minutos, poco menos. Récord personal. Me estaciono. Creo que tengo mareo estomacal, el excusado me lo confirma. No importa. Llegué de pie al escritorio y suena el teléfono. Una voz relajada del otro lado de la línea inaugura mi día laboral mientras pienso en un delicioso coctel de Dalay con dos cucharadas de Pepto y electrolitos orales. Lástima, ninguno de los tres ingredientes los tengo a la mano.

¿Y si mejor cuento hasta 10, otra vez?

martes, 2 de septiembre de 2008

Loco

Fue tan tremenda la secuela
De aquel golpazo en la escuela
Que te mandó a otro mundo
Cambió tu vida en un segundo
Justo a la hora del recreo
Lo que siguió fueron todos hospitales
Especialistas en deficiencias mentales
Metiendo cubos en triángulos
Buscándole al círculo ángulos
Y te diagnosticaron locura
Te abandonó tu padre y tu madre y hasta el maldito apellido aquel
Te abandonó la comadre y el compadre de tus padres
Y hasta el tío Ismael
El amor apagó el foco
¿A quién le interesa un loco?
Excepto al mismo loco aquel

¿Dónde esta el manicomio para Dios?
Ahí adentro o aquí afuera
¿Dónde se han fraguado las matanzas?
Ahí adentro o aquí afuera
Regálame un poquito
Un poquito de locura
Que me ando fijando mucho en la marca de mi pantalón

¿Se te apagó la luz o la encontraste?
¿Se te zafó un tornillo o lo apretaste?
¿Cuál es la dimensión de la locura?
Si es más cuerdo el que piensa o el que mira la luna
Si es más cuerdo el que piensa o el que mira la luna
Te agarraste de una nube y te escapaste
Al primer planeta que encontraste
Y sin darte cuenta te salvaste
De todas las cosas que dejaste
De la geometría, de la geografía, de la economía
De todo este mundo y sus cursilerías
De estar a la moda, de ser una escoba, de una novia boba
Y hasta de una posible boda

¿Se te apagó la luz o la encontraste?
¿Se te zafó un tornillo o lo apretaste?
¿Cuál es la dimensión de la locura?
Si es más cuerdo el que piensa o el que mira la luna
Si es más cuerdo el que piensa o el que mira la luna
Ricardo Arjona

lunes, 25 de agosto de 2008

No tengo + patria que tu corazón

No tengo más patria que tu corazón
Todo cuanto amo lo tienes mujer
De la geografía que hay en ti
Me viene el aliento de escribir
Me encanta escalar tus montes y arar
Me abrigan tus huecos cuando hay tempestad

No tengo más himno que aquel que es tu voz
Hallarte fue un gozo
Mi mapa cambió
Lamiste mi herida sin saber
Que en medio de un mundo que anda mal
Me diste el vigor para sonreír
Promueves mi calma
Da gusto vivir

No tengo más patria que tu corazón
En esa mirada me cabe hasta el sol
Si todo es mentira
Lo tuyo es verdad, color

No tengo más patria que tu corazón
Si todo se cae me queda tu amor
Me queda tu nombre que grito
A todo pulmón

Mi única bandera ondea por ti
Si miro al futuro me gusta creer
Que envejeceremos piel con piel
Rodeados de nietos y ojalá
Queriéndonos más o al menos igual
Viviendo una casa a orillas del mar

No tengo más patria que tu corazón
En esa mirada me cabe hasta el sol
Si todo es mentira
Lo tuyo es verdad, color

No tengo más patria que tu corazón
Si todo se cae me queda tu amor
Me queda tu nombre que grito
A todo pulmón

Hernaldo Zúñiga

martes, 19 de agosto de 2008

Si no leo me a-burro

Pues sí, finalmente comencé el curso-taller de redacción pendiente desde hace meses, porque entre asuntos laborales y trámites universitarios la agenda se encogía cada vez más hasta el punto de impedirme regresar a las aulas, pero el pasado fin de semana le puse punto final a ese veto que impedía fomentarme más el vicio de escribir.

Y la primera tarea no se hizo esperar. Una lectura acerca de la lectura… y lo que leí me espantó para seguir leyendo. Comencé a recorrer líneas con los ojos y, a pesar de que mi inicio fue animoso y alentador, terminé a punto de la depresión literaria.

Luego de revisar las páginas establecidas para pasar a la siguiente ronda (clase número dos), me entró la duda acerca de estas ondas lectoras y la tremenda afición del mexicano por los libros, de su gran vicio por abrir textos y devorar sus letras, y su inclinación por comprar páginas empastadas antes que ver televisión… y no me equivoqué: en 2005 una revista semanal tenía un tiraje de 780 mil ejemplares, y más aún, el pass along de dicha edición era de cuatro personas. “Si eso sucedía hace tres años, hoy día la cifra debió haber aumentado. Qué orgullo saberme en un país tan letrado y ávido de lectura”, pensé.

Hubiera vivido felizmente engañado por esas cifras de ensueño, sin embargo, el TV Notas no es un texto oficialmente aceptado por la literatura como clásico o de divulgación científica. Ni modo. Seguí buscando estadísticas. Debía haber algo que me hiciera sonreír… ¿El Libro Vaquero? No me suena a texto cultural, ¿TV y Novelas? Tampoco, la industria chismográfica aún no es candidata para ganar el Premio Nobel de Literatura. La realidad es que, en promedio, un mexicano lee 2.8 libros al año (y eso si vemos de manera sumamente optimista el asunto).

¿Entonces? ¿No se supone que desde la primaria se enseña a leer? Ah, por su puesto, pero existe una delgada línea que separa la obligación del gusto, y es justamente ahí donde la gran mayoría prefiere estacionarse del lado facilito. ¿Leer?, ¿para qué?, si tenemos la televisión, además eso sólo se hace en las escuelas para acreditar materias.

Efectivamente, “disciplinar el placer es disminuirlo”, como bien lo dice el texto cómplice de mi primera tarea. Y, curiosamente, esto es como la conducta de un niño: mientras más le dices que no, más lo hace. En este caso, entre más se incita a la lectura, menos se lleva al cabo. Comprobadísimo está que aquello practicado por gusto produce mejores resultados, ¿por qué la lectura debería ser la excepción? Pero no, muchas veces la voluntad se opaca ante lo obligatorio porque si no, el chamaco no sale de la secundaria.

En fin, ojalá en el futuro cercano la cifra no insulte tanto. Eso de tener el honroso lugar 107 de 108 países en lo que a lectores se refiere es más escalofriante que ver El Exorcista a los cinco años de edad. Por lo pronto, voy corriendo al puesto de periódicos a ver si no se ha agotado el TV y Novelas, capaz que me pierdo un ejemplar en mi colección y eso no me lo perdonaría, total, Octavio Paz y Pablo Neruda pueden esperar su turno en la fila.

Número equivocado

Riiiiing, riiiiing…

—Bueno (respondo).

—Hola, ¿adónde hablo?

—Hola, ¿con quién deseas hablar?

—Contigo, ¿Alejandro?

—Sí, ¿quién habla?

—¿Cómo que quién habla? Tu novia.

—¿Cuál de todas?

—¿Cómo que cuál de todas? Pues la única.

—¿La única? Yo pensé que tenía más.

—Ja, ja, ja. ¿Cómo estás?

—Yo bien, ¿pero quién habla?

—¡Chistoso!, soy yo, tu tía Sofía.

—¿Tía Sofía? Sí soy Alejandro, pero no tengo ninguna tía Sofía.

—(Breve silencio que evidencia un: “ya la regué”) ¿Ah, no?, ¿qué número marqué?

—Creo que marcaste equivocado, no te preocupes. Adiós, tía Sofía.

… y cuelgo el teléfono.

domingo, 17 de agosto de 2008

El tamaño sí importa

¿Que 15 centímetros no hacen diferencia? Pregúntenles a ellas y conocerán su respuesta. Tal importancia tiene el asunto, que en Sinaloa ya se lo tomaron muy en serio, incluso las autoridades y hasta los inmiscuidos en asuntos religiosos ya fijaron su postura y dieron de qué hablar.

No me refiero a los 15 centímetros que usted está pensando. Este blog siempre ha sido familiar y no pretendo que Gobernación me lo censure. Hablo de los 15 centímetros de tela que fueron objeto de discusión por aquello del uso de la minifalda para "evitar una agresión sexual" hacia las mujeres.

Pues sí, ahora resulta que las culpables son ellas por usar semejante prenda, porque, claro, los que las ven con ojos de lujuria desorbitada son inocentes angelitos que jamás piensan hacerles daño alguno. ¿No se supone que antes de negarles el libre albedrío para vestirse como quieran se debería empezar por emitir leyes en contra de los acosadores y así erradicar este mal? Si la lógica fuera tal, esto funcionaría así.

Ya hasta resulta que en algunos templos religiosos les prohíben el paso a quienes porten la prenda de la discordia porque es "inmoral". Sólo falta que regresemos a la época de la Inquisición y quieran quemarlas en la hoguera. Y cual si fueran los 10 mandamientos de Moisés, la Arquidiócesis de México emitió sus reglas para "evitar una agresión sexual" hacia las mujeres. Chéquense nomás:

- No usarás ropa provocativa.
(¿O sea que las fiestas se convertirán en pijamadas?).

- Cuidarás tus miradas y tus gestos.
(Me suena a: no mires a tu alrededor, no sonrías, no parpadees y mantente siempre seria... zzzzzzz).

- No te quedarás sola con un hombre, aunque sea conocido.
(¿Y luego? ¿Hasta del padre de familia y hermanos deben desconfiar?).

- No permitirás familiaridades de tus amigos o parientes.
(¿Entonces deben renunciar a sus relaciones sociales?).

- No admitirás pláticas o chistes picantes.
(Olvídense de Pepito y del sentido del humor... vuélvanse aburridas).

- Buscarás ayuda cuando sospeches de una mala intención.
(Pero si desconfías de tu padre, hermanos y amigos... ¿acudir con alguien que no conoces? Entonces ya no entendí).

Yo pensé que ya habíamos llegado al siglo XXI donde la libertad de expresión y la equidad de géneros eran la neta del planeta y podíamos presumir de ello, pero ya veo que no es así. Políticos y religiosos ya no saben qué inventar, y lo que inventan, lo hacen mal.

A mi entender, la inseguridad social es algo más serio que andarse peleando por 15 centímetros de tela, y si de darse golpes de pecho se trata, mejor ni hablemos de los pederastas que hacen de las suyas, no con mujeres vestidas de minifalda, sino con niños... ¿qué es peor entonces? Esos temas deberían resolverse con carácter de urgente por parte de los que dicen hacer las normas para que este país fluya debidamente, y no culpar a las féminas por vestirse como quieran y andar levantando pasiones, ¿o de cuándo a acá los patos le tiran a las escopetas?

miércoles, 13 de agosto de 2008

China... deras

Todos decimos alguna vez una mentirilla piadosa y no pasa nada: que si tengo aliento alcohólico es porque mi novia se echó 15 cervezas y me besó toda la noche, pero yo no probé ni una gota; si choqué el auto fue por culpa del otro que no se fijó, porque yo no me pasé el alto y tampoco iba a exceso de velocidad; si falté al trabajo fue a causa de una tremenda diarrea y no por la cruda (si yo ni tomo); si pasé la noche con otra chava fue porque ella me obligó y no porque yo quería; si engañé a cuatro mil millones de personas en todo el mundo fue porque ellos son unos ingenuos que todo se creen, ¿o apoco no les enseñaron a no confiar en desconocidos?

Así fue, y me incluyo en la estadística crédula que fue víctima de la falsedad china en su inauguración olímpica, donde los organizadores fueron más elitistas que el cadenero del Dady’O de Cancún. Y es que no me explico eso de poner a mover la boquita a una niña ante las pantallas mundiales sólo porque la que grabó originalmente el tema no cubría los estándares de belleza. Si desde pequeñas les enseñan eso, no quisiera imaginar lo que será cuando ya tengan sus añitos. Luego súmele la pre-grabación y digitalización del espectáculo pirotécnico para pasar por televisión, cuando en vivo jamás sucedió semejante show de luces en el aire.

¡Ah qué chinitos tan chistosos!, y uno ahí creyendo el detalle sublime de una exquisita voz infantil cuando la verdadera intérprete de seguro estaba en su casa viendo cómo otra se comía los cinco minutos de fama que le correspondían. ¿Y ahora qué le digo a mis oídos? ¿Que el orgasmo del cual fueron presa fue fingido? ¿Que les hicieron chanchuyo y la niña que "cantó" fue un mero parche en el evento sólo porque "era bonita"? Y luego lo de los fuegos pirotécnicos. Creo que al saber de su "transmisión diferida" preferí recordar los que veo en alguna fiesta religiosa aquí en México, al menos los disfruto en el momento y nadie me los cuenta dos días después.

En fin, así se las gastan algunos que dicen tirarle al primer mundo donde, por supuesto, algunos detalles "humanos"” no tienen cabida. Admito que el culto a la belleza existe en el planeta (cada quien como su cultura le dé a entender), pero de eso a que a los nueve años anden eligiendo caras bonitas aunque de talento nomás nada... ¿qué cruel no?

Pero no seamos tan negativos. Sólo fue un par de detalles en la inauguración olímpica, una mentirita contada a cuatro mil millones personas, y yo aquí haciendo drama, ¿soy muy exagerado verdad? Ojalá nos contaran la mentira de que la delegación mexicana ganará 20 medallas de oro y romperá 15 récords mundiales... ahí si que ni con dobles, ni con grabación y digitalización previa a las competencias me lo creería.

En fin, ¿y si le pedimos a Ninel Conde que "cante" el himno nacional con voz de fondo de Paquita la del Barrio? Total, una ni canta pero encanta con su presencia, y la otra jamás ganará el concurso de Miss Universo pero entona con un sentimiento que enchina la piel (¿Me estás oyendo inútil?). ¡Ah chin... a, creo que ya me afectó ver tantas olimpiadas!

lunes, 11 de agosto de 2008

Pequeña colección familiar

El mundo telenovelero suele regalar escenas donde una mujer descubre a su esposo con otra y entonces se desata tremendo drama: unos lloran, otros se ponen rojos del coraje y algunos más buscan venganza… todo porque el susodicho tiene una amante.

A-M-A-N-T-E, rimbombante palabrota sinónimo de divorcios, visitas a juzgados y honorarios a abogados. Seis simples e inocentes letras que juntas hacen mucho ruido y forman un triángulo amoroso para descuadrar cualquier relación de pareja; la tentación que guiñe el ojo, deja huellas carmín en el cuello e impregna un suave aroma a perfume ajeno.

“Una cana al aire”, dirían por ahí, pero si esta frase se aplicara a la realidad, hoy supe de alguien que ya tendría calvicie extrema: Mohammed Abubakar, un nigeriano de 84 años que, lejos de inspirar ternura y contarles cuentos a sus nietos desde una mecedora, se ha encargado de dar el mejor ejemplo para rescatar a la especie humana de una posible extinción. Resulta que el señor tiene 170 hijos con 86 mujeres... nada más. ¿Cuál planificación familiar? ¡Hay que poblar y repoblar el planeta! ¿Fidelidad? Eso sólo existe en los equipos de sonido.

Mohammed, profesor y curandero, dice que Dios se las puso en su camino, que ellas llegaron solitas y él sólo hizo formal el asunto por mandato divino. ¿Qué curiosa explicación verdad? Justamente tenía que tratarse de asuntos de faldas y no de salvar la ecología, encontrar la vacuna para alguna enfermedad o gobernar exitosamente a su país. Así hasta yo colaboraba con todo gusto para aumentar el censo de población anual del INEGI.

Pero el asunto no sólo es digno de las páginas de Ripley, habría que pensar también en los críos, quienes tienen que mendigar para conseguir sustento, ¿o apoco creían que el DIF africano los iba a mantener? Lamentablemente para su causa, la respuesta es no. Efectivamente, en Nigeria está permitido tener hasta cuatro esposas, siempre y cuando reciban un trato igualitario, pero nadie le dijo al señor que debía multiplicarlas por 21.5. Imagino la escena familiar:

—Querido esposo Mohammed, ¿de dónde vienes?

—De darles el gasto a Chana, Juana, Petra, Zoila y Justina.

—¿Y tus hijos?

—Bien, gracias. Te mandan saludar José, Efraín, Mariana y Lupe.

—¿Y Marlene, Gabriela, Tomás y Carlos?

—A ellos los veo mañana, también a Guillermo, Eugenio y Raquel.

Y sí, las dudas asaltan: ¿Se sabrá el nombre de todos y cada uno de sus hijos? ¿Se le habrán encimado los partos en su agenda? ¿Tendrá membresía preferente en algún hospital o le harán descuento por mayoreo? ¿Cuántas esposas serán celosas y cuántas van al psicólogo? ¿Qué explicación le daría a sus suegros? ¿Y si me vuelvo profesor y curandero? ¿Esto se hace vicio? ¿Si empiezo a mis 27 años... en 59 años habré roto el récord?

Al final resulta que el nigeriano recomendó no casarse con 86 esposas, ¿por qué habrá sido el consejo? Si a veces compartir la vida con una sola pareja se vuelve un calvario, con más de ocho decenas no creo que haya problema alguno.

“Los esposos cenan, los amantes almuerzan”, decía un autor. Pues Mohammed seguramente ya inauguró su muestra gastronómica, porque entre que son cenas o almuerzos, él hasta postre ya se echó a la boca en más de una ocasión.

¿No que la familia pequeña vive mejor?

sábado, 2 de agosto de 2008

Desde el piso 10

Until we can tell our children
that Earth is the safe place again
we'll stand and hold together
"Sinfoni Deo", Era

La perfección ante mis ojos se muestra plena. En este momento no pediré más que la vista al mar con la noche cubriendo las olas, una copa en mi mano y Sailing de Christopher Cross en mis oídos. Hay tanto de lo que puedo escribir, que finalmente me decidiré por algo que gratamente me regaló una sonrisa horas antes de estar aquí, en esta terraza inundada de paisaje.

Acapulco es muy sencillo si se aprende a disfrutarlo: mar, calor, buenos amigos y el reloj de vacaciones. Sin embargo, y más allá de cualquier itinerario, siempre confío en los detalles que la vida te regala y apremian mucho más que cualquier asunto con signo de pesos. Hoy lo comprobé mientras el atardecer continuaba su marcha y agonizaba.

Alguien de no más de cinco años apareció de algún lugar de la playa, mientras la sombrilla azul enterrada en la arena evitaba que el sol hiciera calamidades en mi cuerpo y, sin saberlo en aquel instante, de paso inspiraría este post. A mi costado izquierdo, la renta de motos acuáticas; a la derecha, un joven ofertaba la subida al paracaídas; detrás de mí, la zona de antros se preparaba para iniciar la noche; y al frente, la inocencia me convenció más que lo demás.

Jamás supe el nombre de aquel niño, pero tal vez no importaba, porque la manera en que disfrutaba del mar como si se tratara de su mejor juguete no podía compararse con lo que a mi alrededor sucedía. Corría, saltaba, sonreía y nada más parecía importarle. De repente una ola le regaló un coco derruido y lo adoptó como su mejor amigo; lo lanzaba al agua y nuevamente se lo regresaba; iba, venía y lo esperaba siempre con las mismas ansias. En sus ojos se dibujaba la inocencia, e inmerso en el paisaje veraniego, olvidé el tiempo mientras disfrutaba a la par que él la manera de divertirse y que muchos hemos olvidado.

¿Globalización? ¿Tecnología? ¿Mundo moderno? Habría que agradecer el hecho de que para algunos esas palabras no existen en su diccionario personal y aún están a salvo de artificios tan vanos como tentadores... seguía observando y más me convencía de ello, pero el tiempo siempre hace de las suyas y los buenos momentos también tienen punto final. El instante de irnos había llegado y no volví a ver a aquel niño, sin embargo, desde esta terraza observo el lugar donde el mar se llevó sus huellas dibujadas en la arena. Mañana será nuestro regreso a la ciudad, pero me llevo cientos de momentos grabados en la memoria que me han convencido de que este viaje valió la pena. Personas, detalles, paisajes... Acapulco es muy sencillo si se aprende a disfrutarlo.

Medianoche. Y al terminar este párrafo cerraré mi libreta para dar paso a las horas de sueño pendientes acumuladas durante dos días, y lo haré mientras las olas continúan golpeando la orilla de la playa... ahí donde hoy recordé una valiosa lección que me regaló la vida, y procuraré aplicar lejos de este lugar que sin duda extrañaré.

jueves, 31 de julio de 2008

¿Y si te dijera que... ?

Cuando escuchas una canción dos o más veces consecutivas sin duda algo sucede, y en este preciso instante estoy en evidencia por ello. De vez en cuando soy una persona curiosa, lo acepto, porque a pesar de jugar a ser el analítico, las cosas en ocasiones van en contra de mi voluntad que se minimiza ante ciertas circunstancias.

Pues bien, mi confesión del día es la casi extinción de razón a causa de alguien más, pero esos detalles de la vida no son tan sencillos como sentarse a ver El Titanic, llorar por su trama y después del final apagar el televisor (¡sí todo funcionara así!). Cuando uno se topa con situaciones de esta naturaleza voltea para todos lados, busca explicaciones, cuestiona, y las respuestas son nulas, porque como bien lo dice un autor: “El amor es una catástrofe espléndida: saber que te vas a estrellar contra una pared, y acelerar a pesar de todo”… mi espejo literario.

No vayamos muy lejos. Hace unos días escuché una historia tan ajena a mi persona hasta el preciso instante en que llegó a mis oídos y se instaló en alguna zona sensible de mi ser (así descubrí que aún me queda algo de eso). Por un momento me atreví a vislumbrar una parte de mi futuro compartido, luego, una variedad de debilidades me asaltaron: su forma de decir las cosas, el matiz de su voz, la luz de su mirada… toda la sarta de cursilerías amorosas a las que he atacado por creer que son justamente eso, ahora me ponían de rodillas y se burlaban de mí porque había caído irremediablemente en sus dominios.

Sí, ya sé que a veces soy un sensiblero cualquiera y además eso de ser Escorpión lleva consigo una carga de pasión y locura que se supone poseo, ¿pero quién me manda a ser así?, ¿por qué meto las narices en cuentos de hadas donde yo sería el personaje sobrante del guión? Hoy, entre otras causas, tienes el gran honor de ser la provocadora de tal situación y te agradezco por ello. Finalmente humanos, todos tenemos nuestro lado débil, si no, véanme escribiendo aquí. Lanzarse al vacío es muy sencillo (excepto en el bungie), y comienzo a pensar cuál será el color de mi futuro paracaídas.

¡Qué maravilloso es vivir con dudas! ¡Excelente resulta encontrarse con el insomnio de medianoche! ¡No había conocido mejor ejercicio que dar 34 vueltas en la cama en medio de la oscuridad de la madrugada! ¡Gran idea es escribir este rollo y luego del punto final querer presionar la tecla Supr! ¿Y si compro un CD Cleaner para la memoria? (… párrafo sarcástico. Favor de no tomarlo muy en serio).

Dos horas con 25 minutos aquí, viendo parpadear el cursor, borrando letras y escribiendo líneas. De reojo volteo para saber si alguien alrededor no me ve con un dejo de ternura ante la misma rola repetida 14 ocasiones, y creo que aún estoy a salvo de ello (aunque no quisiera estarlo). Efectivamente, cuando escuchas una canción dos o más veces consecutivas es porque algo sucede... "y mucho no podemos hacer cuando se trata de dos, cada quien como es, es inútil desafiar la corriente, al final quien decide es el corazón, y será”... ¿Será?

sábado, 19 de julio de 2008

¿Y las olimpiadas apá?

Otra vez alo y el futbol. Es fin de semana y hay que relajarse con algo divertido. Para tal efecto, encontré en los puestos de periódicos, en primera plana y a todo color, nada más y nada menos que a Ego Sánchez, ese personaje épico de leyendas madrileñas que en sus años mozos solía anotar goles a diestra y siniestra, acto seguido de una maroma para festejar el momento más sublime del pambol.

Ya sabemos que esto del deporte-religión en México a veces se convierte en un lavadero al más puro estilo de Ventaneando, incluso resulta más entretenido escuchar las declaraciones fuera de las canchas que lo ocurrido dentro de ellas, al menos algunas sabias declaraciones divierten más que un juego de 90 minutos digno del mejor bostezo.

Entonces el distinguido ciudadano Sánchez soltó sus mejores argumentos de por qué lo habían mandado por un tubo de la banca nacional. Seguramente le tomó más de un mes sacar sus conclusiones, ya que para dar con ellas requirió de una enorme sabiduría, un amplio conocimiento deportivo y una ardua investigación. Sí, cómo no. Bien dice el dicho: “si no puedes convencerlos, confúndelos”. Pues ahora el mundo de las excusas se plantó en sus labios para soltar un verbo tan patético como aburrido.

Pero la pregunta del millón es: ¿cuál fue la causa para haberle dado aire al susodicho del cargo de técnico de la selección? Ah, pues fue por esto, lo otro, él dice, yo me río... tan fácil es la respuesta, que seguramente le tomará otro mes dar con ella. No se fue por el tamaño de su lengua que rebasó sus acciones como jefe de 11 sujetos vestidos de verde, sino porque al no calificar a las olimpiadas, las televisoras que se llenan los bolsillos de billetes a costa de la selección mexicana de futbol no verán ni un centavo en sus arcas, consecuencia de todo lo perdido en publicidad contratada.

¡Ah verdad! Soy un sabio, un gurú, mi conclusión es un parteaguas en el mundo deportivo internacional, me doy miedo... ¡patrañas! Cualquier individuo con un mínimo de conciencia futbolera en este país sabe que detrás de la ilusión deportiva vendida cada semana (y en un nivel maximizado cada seis años) el negocio es el mandón. Esto no significa que el pambol sea para mí algo nocivo o maléfico, al contrario, si se trata de deporte, yo soy el primero apuntado, pero de eso a que nos hagan un coco wash con el argumento de levantar próximamente la copa del mundo... mejor cuéntenme uno de Pepito. Y cuando el regreso a la realidad nos golpea, se acusa a todos menos a los responsables, porque claro, ellos no hicieron nada.

En fin, ya no sé por qué escribo de estos temas tan vanos pero divertidos. ¿Será que últimamente la inspiración se fue de vacaciones, o tal vez el desvelo de anoche dejó crudas a mis neuronas? Lo único cierto es que si tanto se ponen estrictos con el anti-doping para los deportistas, sería buena medida aplicarlo también a otros antes de abrir la boca... y créanme, ya tengo al primer candidato esperando en la fila.

martes, 8 de julio de 2008

Crónica de un insomnio anunciado

22:25. Desprendo el Ipod de mis oídos. Debo dormir. Mañana hay entrenamiento a las seis de la mañana. ¿Dejé todo listo para salir corriendo con el frío a cuestas? Creo que sí. Posición fetal debajo de las cobijas. Luz apagada. Cierro los ojos.

22:38. Un sonido repetitivo me arranca la intención de conciliar el sueño. Viene de la sala y específicamente de una bocina de computadora. Mi hermano y su “lap”. Peor aún, el tintineo de la alarma del messenger al recibir un mensaje instantáneo. Uno, dos, tres contactos. Una, dos, tres alarmas. Entre el silencio, el sonido se multiplica cada 10 segundos.

22:45. Enésima vuelta en la cama. Almohada en la cabeza taponando mis oídos. El concierto de marimba electrónica continúa. Debo dormir. Mañana hay entrenamiento a las seis de la mañana. Abro los ojos. Siento calor. Me destapo. Cierro la puerta. El tintineo se escucha, leve, pero se escucha todavía. Hago gestos. Sirven de poco.

23:15. Por fin se clausura el sonido proveniente de la computadora. Escucho el clic que cierra la lap top. La sesión termina. Comienza mi insomnio. Las luces se apagan. Impera el silencio. Todos duermen, menos yo. Creo que hoy soñaré despierto.

23:32. Ataque reflexivo-electrónico. ¿Contactos? ¿Cuáles? Todos tenemos muchos, en ocasiones abusamos de ellos en número, ¿pero realmente cuáles son reales?, ¿cuántos se limitan a ser una fotografía de 2 x 2 y a decir cosas que ni ellos mismos se creen?, ¿y si me consigo una novia electrónica? Me ahorraría idas al cine, presentaciones familiares, salidas indeseadas; la cortaría con un simple clic, sin dramas ni escenas comprometedoras, sin gritos, cachetadas ni sobresaltos. Sí, ¡que viva la tecnología!, ¿pero si un colapso mundial nos deja sin luz?, ¿si resulta que ella es él?, ¿qué tal que me enamoro de un holograma?, ¿besaría al monitor?, ¿y si en vez de sentir mariposas en el estómago me da toques? Mejor olvidemos la ciber-novia, pero con lo fácil que es conseguirse una… no, prefiero una de carne y hueso. Los defectos y cualidades son mejores que la “perfección electrónica” detrás de una pantalla. ¡Caray, si me escuchara Freud! ¿Esto es mi cama o un diván? Quiero ir al baño. Mejor no, así me levanto temprano obligado por las ganas. Ye eché mucho rollo mental. ¿Y la alarma del messenger? Ah sí, se calló hace rato. ¡Alejandro, ya duérmete! Mañana hay entrenamiento a las seis de la mañana.

Martes 8 de julio. 7:57. ¿Y el despertador? Creo que no lo escuché.

Chilangofobia

Hoy, como todas las mañanas, suelo repasar un diario electrónico en la web y así enterarme de diversos asuntos que pueden o no tener trascendencia para un simple mortal como el autor de estas letras. Entre otros temas, siempre han llamado mi atención las secciones de blogs o foros de opinión por las múltiples palabras (a veces curiosamente inteligentes, a veces patéticamente divertidas) de una que otra persona.

Este día me tope con la pregunta: “¿Qué playa no visitarías por el agua contaminada?”, y léase la listota de opiniones: Acapulco, Veracruz… cada quien tenía su “favorita indeseada”, pero no podía faltar la sublime y delicada opinión de varios intelectuales del turismo nacional cuya pedrada a los DF’eños resulta para carcajearse.

“Playa sucia… chilango la usa”, decía uno de ellos. Otro más se aventó un sermón donde nos acusa de nacos, vagabundos, feos y apestosos, y, para rematar, un sujeto hasta se queja de que, al no publicarse su opinión en contra de los habitantes de la ciudad, le han restringido su libertad de expresión… ¡Hágame usted el favor!

¡Carajo!, leer esas opiniones me ha deprimido tanto que pretendo cortarme las venas con una servilleta. No, eso es extremo. Mejor me colgaré del ventilador que pende del techo con los 15 centímetros de hilo sobrantes de la manga de mi chamarra. ¿Qué hemos hecho los chilangos para merecer esto? ¿De dónde nace el odio hacia nosotros los humildes seres urbanos? ¿Será que cuando pongo un pie en SUS playas todo lo contamino? ¡Oh, no puedo vivir con semejante angustia!

Reitero pues mi carcajada ante semejantes opiniones. Perdón, no puedo evitarlo. Y es que resulta curioso ver cómo los peores enemigos de los mexicanos somos los mismos mexicanos. “Provincia contra DF, ¡haaaagan sus apuestas!”. Pareciera que restregarse en la cara (aunque sea con llanas palabras sin fundamento) los mejores insultos es sinónimo de “hacerles ver su realidad”. Pero claro, en un territorio abarrotado de prejuicios no se puede pedir demasiado.

Seguramente todos los pobladores de esta ciudad somos netamente DF’eños. ¿Dónde quedan entonces los provincianos que vienen a formar parte de nuestra gran urbe? Y no significa que ellos se conviertan al “chilanguismo” y sean como todos esos mencionados por los amables blogueros cuyos insultos aún me provocan carcajadas (me disculpo nuevamente por ello, pero sigo sin poder evitarlo).

En fin, la lectura de esas líneas me ha inspirado a tirar basura en las playas, a contaminarlas y así contribuir a que la suciedad las invada… como todos somos iguales —dicen—, pues a jalar parejo. Y por cierto, les agradezco a esas finas personas por otorgarme mi nueva condición de “chilango anti-ecológico”. Total, quienes escriben tales opiniones son los provincianos que odian al DF y a sus habitantes. ¡Qué bonito y qué fácil es generalizar! ¿Apoco no?

viernes, 4 de julio de 2008

Gorilas motorizados

Viernes 4 de julio. Diez minutos me separaban de las 10 de la mañana. El rumbo: sur de la ciudad camino al trabajo. Todo comenzaba de maravilla. El sol se asomaba entre nubarrones grises y después del baño mañanero, un rico desayuno me cargaba la pila para terminar decentemente la semana laboral.

Pero claro, esta vida suele despertarte a la realidad tan pronto comienzas a soñar. Me refiero a que en un espléndido DF’ctuoso como el nuestro a veces no puedes salir a la calle con el ánimo tan positivo porque de inmediato algunos ciudadanos distinguidos acaban con tus ganas por sus acciones primitivas, específicamente los dueños del volante del transporte público. Desmiéntanme si me equivoco.

Resulta pues que en una calle cercana al centro comercial Gran Sur, y próximo a un tope, un señor pretendía cruzar la calle pero cometió un gran error: tratar de hacerlo frente a un microbús. Por supuesto que la decencia al volante se lo impidió y el transeúnte casi termina como estampilla en el frente de la unidad motora. En ese preciso momento recordé el 10 de mayo en el calendario con dedicatoria especial, pero instantes después concluí que la culpa fue todita del que se atravesó la calle. Por un minuto pensé como microbusero y éstos fueron mis argumentos:

—Si me detengo a dejar pasar al don, puedo perder dos pasajes que esperan en la esquina.

—Disculpe señor, si le cedo el paso, no alcanzaré la luz verde del semáforo (aun así, pretendía pasármela).

—¡Ah, no! ¿Quién se cree éste para ponerse con mi unidad motora?, ahora resulta que un simple mortal quiere ganarme el paso.

—Como no me suben la tarifa, ¡ábranse todos! soy el dueño del asfalto.

Mentalidad jodida, desde luego. Apenas había visto a mi vecino regresar de su rehabilitación tras ser atropellado hace unos meses, mientras recordaba que a mí casi me plancha un camión cuando andaba en bicicleta, y ahora esto.

La estadística no miente: 13.6 atropellados por día en esta contaminada urbe (me pregunto qué fin tiene ese .6 de persona arrollada) es una cifra de miedo, pero qué vamos a hacer en un lugar ideado para los vehículos y donde las banquetas están en peligro de extinción. Ahora entiendo mis rezos y escalofríos cuando abordo una unidad de esas.

También falta cultura vial, eso me queda muy claro. Los puentes peatonales a veces parecen simple adorno, y cruzar en las esquinas luego es mera utopía, pero de eso a que frente a ti pase un individuo de 50 años y aventarle la mole sobre ruedas, hay mucha diferencia. Sin embargo, recordemos que en esta ciudad los microbuseros tienen tatuada en la frente la frase: “ACELERO, LUEGO EXISTO”.

Sí, ya sé que no es bueno generalizar. No todos los maestros del volante son iguales. Me disculpo por acusarlos al por mayor, ya que únicamente el 98% son cafres... y el resto quién sabe.

martes, 24 de junio de 2008

Iluso (tercer acto)

Era un jueves gris, llovía
Pídeme un remís, decía
En el lobby de un hotel barato
Viene de rentar su piel un rato
Con la algarabía del deber cumplido

Acrobacias del placer fingido
Un orgasmo de alquiler con ruidos
Pone boca en su carmín, escaso
Arañando el adoquín sus pasos
¿Quién tiene algo para la nariz?... pregunta

¿Podría ser de utilidad un pañuelo?
Disfracé de ingenuidad mi anzuelo
Algo para no dormir, idiota
Si me das podrías pedir mi ropa
¿Dónde encuentro nieve pa’l desvelo ahora?

Creo que 100 podría ajustar, ¿te animas?
Mi depa está al cruzar la esquina
Estoy solo como tú, fulana
Te invito a estrenar la luz mañana
No te quiero pa’ desarreglar la cama

No es lo que haces con tu boca mi muñeca rota lo que solicito
Te puedes dejar la ropa mi muñeca rota no la necesito
No es mojar la calentura, hurgar en tu cintura, lo que ando buscando
Es un poco de ternura para ver si cura lo que estoy pasando
Dijo “sí” sin sonreír... camina

Dime si el sexo sin placer te enciende
Sólo si el cliente es mujer, ¿me entiendes?
Disimulando argumenté: está claro
No te creas que me parece raro
Cada quien su gusto y su pasión, le dije

¿Te podría sujetar la mano?
Dame 100 para empezar y hablamos
Los busqué en mi pantalón y nada
Fui debajo del colchón y estaban
Se los di como quien compra un par de alas

No es lo que haces con tu boca mi muñeca rota lo que solicito
Te puedes dejar la ropa mi muñeca rota no la necesito
No es mojar la calentura, hurgar en tu cintura, lo que ando buscando
Es un poco de ternura para ver si cura lo que estoy pasando
Miró el buró y sin sonreír... momento

Si es tu ex la del buró, no hay trato
Con su mano señaló el retrato
¿La conoces? pregunté, confuso
Fue por mí quien te dejó... iluso
Ricardo Arjona

Cita en el bar (segundo acto)

Voy a contarles una historia
Muy particular
Me sucedió hace unos meses
En un viejo bar
Un hola fue suficiente
Para entablar conversación
Le improvisé un poema
Inspirado en su diadema
Las intenciones del Don Juan
Ya saben ustedes dónde van

Cuando eran siete las cervezas
Haciendo alarde de destreza
La invité a mi departamento
Inventando no sé qué cuento
Aceptó muy gustosa
Eran las dos de la madrugada
Qué manera de darle fin a la jornada

Pasó lo que tenía que pasar
La noche fue de amar y amar
Lo cómico es que al despertar
Cuando urge una caricia, me dijo
Son ochenta de los verdes
Y eso por tratarse de ti

Le dije estoy acabado
Mira no tengo ni un centavo
Sólo amanecí un poquito enamorado
¿Aceptas un cheque post fechado?
Que sirva de pago por haberte amado

Me dio un beso en la barbilla
Que me hizo un tanto cosquillas
Se vistió y se fue, adonde yo no sé
Una lágrima en su mejilla
Y en su historia otra pesadilla
Regresó y me dijo: tu deuda está saldada
Yo también me marcho algo enamorada

Le dije estoy acabado
Mira no tengo ni un centavo
Sólo amanecí un poquito enamorado
¿Aceptas un cheque post fechado?
Que sirva de pago por haberte amado

Ochenta verdes por ternura
Es una ganga en el mercado
Yo que buscaba una aventura
Y terminé enamorado
Ricardo Arjona

Abarrotería de amor (primer acto)

El misterio estaba allí
En aquella casa color ladrillo
Un faro rojo en la puerta
Y un letrero amarillo

Era una abarrotería de amor
Unos billetes para conocer el sabor
De una cama compartida
Con damas sin nombre

Con el fantasma de la virginidad
El ahorro perdió la dignidad
Rompí la alcancía
Toqué la puerta y entré

No hubo celos ni suegras
Ni tuve que invitarlas al cine
No hubo escenas ni cuñados
Y menos un maldito abogado
Era todo democracia
No había edad ni clases sociales
Si cumplías con la tarifa
Tenías tu pedacito de cielo
Cuatro besos, medio kilo de amor
Dos abrazos y un litro de sudor
Una abarrotería de amor

Allí encontré a mi maestro de escuela
A un ginecólogo y a un intelectual
A tres cantautores borrachos
Y a un gobernador

No te pongas nervioso
Me dijo una chica vestida de rojo
Entré a su cuarto siendo un chiquillo
Y al salir fui un señor

En la escuela me hablaban de Colón
Y de las tablas de multiplicación
Pero no mencionaron
Cómo es que se hace el amor

No hubo celos ni suegras
Ni tuve que invitarlas al cine
No hubo escenas ni cuñados
Y menos un maldito abogado
Era todo democracia
No había edad ni clases sociales
Si cumplías con la tarifa
Tenías tu pedacito de cielo
Cuatro besos, medio kilo de amor
Dos abrazos y un litro de sudor
Una abarrotería de amor

Ricardo Arjona

Mi segunda vez

Ya me lo había propuesto. Desde aquella primera experiencia prometí volver a repetirlo porque el placer de practicarlo me dejó un grato sabor de boca, y luego de unos días de espera, el momento llegó.

La noche previa fue un poco larga, sin embargo, cuando la mañana apareció, todo estaba listo. Me apresuré y salí en tu búsqueda. No podía esperar más. Las ansias por hacerlo me consumían minuto a minuto. Llegué al lugar acordado y te observé. El horizonte comenzó a tomar tintes de claridad y el sol se asomaba tímido. Para esos instantes las palabras sobraban y el deseo invadió mi cuerpo. Entonces llegó la hora... todo comenzó.

Ligeros movimientos de cadera y brazos se acentuaron conforme los segundos transcurrían. El reloj seguía su marcha y algunas gotas de sudor rodaron por mi frente. Recorrí tu geografía hasta el último centímetro. Continué con calma y me abalancé sobre cada una de tus curvas. Subí, bajé y me agité por momentos. Recuerdo también algún quejido que escapó de mi boca y el gesto de cansancio reflejado por instantes en mi rostro.

Pensé detenerme pero sabía que no podía. La respiración subía de intensidad y el esfuerzo crecía al paso de los minutos. Entonces cambié de posición. Debía tomar otra postura si deseaba llegar a mi objetivo, así que encorvé un poco el cuerpo, apreté los brazos y me concentré en mis movimientos.

El ritmo se aceleró. “Dos horas y sigo aquí”, me dije. Era el momento de acabar con esto. Los quejidos subieron de tono y llegué al límite cardiaco. Era la hora del clímax. Sonreí y levanté los brazos... había llegado a la meta.

Día 15 del sexto mes. Carrera del Día del Padre, 21 kilómetros. Magnífica experiencia. El próximo año nuevamente ahí estaré.

domingo, 22 de junio de 2008

Rojo atardecer

Era el día más esperado por los chavos pero, paradójicamente, también fue el último de sus vidas. El relajo estaba planeado y marcaba el inicio de sus vacaciones que, en este caso, no llegarían a disfrutar. Juventud, música, algarabía y un operativo policial tercermundista se conjugaron para dar la nota trágica del día. Así comenzó el fin de semana al norte de la ciudad.

News Divine se llamaba el lugar. Y se deberá esperar a que la memoria de la gente se pierda entre los nubarrones del tiempo para ver abierto nuevamente el establecimiento con otro nombre y, desde luego, con un nuevo amparo, ya que sus cuatro previas clausuras han servido de poco porque los negocios “debajo del agua” pueden más que cualquier papel.

¿Que ahí se vendían y consumían drogas, y la corrupción se movía a sus anchas? Eso no es noticia, lo malo es que ahora “la cuota” pagada fue mayor: vidas humanas que ahora yacen acostadas en una plancha metálica y con el cuerpo cubierto por una sábana blanca.

Versiones hay muchas, y créale a la que usted quiera. Los argumentos van de un lado para el otro, y por supuesto, nadie fue el responsable. Que si el DJ anunció el operativo, apagó la música y alentó a salir del antro; que si la policía cerró la única puerta del lugar, de apenas dos metros de ancho, donde estaban casi mil jóvenes; que si el gas lacrimógeno hizo su presencia... explíquenselo y convenzan a los padres de familia que a partir de ahora verán una recámara vacía en sus hogares. ¿Asunto sencillo?

Lo más alarmante del caso, independientemente de las vidas arrancadas sin explicación lógica, es que aún no se aprende la lección. Hace ocho años fue el incendio del Lobohombo, hoy fue una estampida humana cuya conclusión arrojó la muerte de varios jóvenes y algunos policías, ¿mañana qué sigue? Ah, pero eso sí, “hubo algunos errores en el operativo”, “usted disculpe, cancelaremos el lugar”, mágicos argumentos para tranquilizarnos, ¡cómo no! Sin olvidar la burocracia y mentiras que soportaron los padres de los hoy fallecidos en el SEMEFO, cuando la necropsia dictaba asfixia como la causa de muerte.. Me pregunto entonces si golpes y moretones visibles en un cuerpo son producto de una “asfixia”, seguramente por eso reprobé el curso de primeros auxilios en la secundaria. Por favor, ¡con esos cuentos a otra parte!

Ayer leía el comentario de una persona en un diario electrónico, y mencionaba que las revisiones a antros estarán a la orden del día y ahora sí todo permanecerá en regla. Claro, después del niño ahogado, a tapar el pozo... hasta que otra mala nueva se haga presente. Ojalá me equivoque.

viernes, 20 de junio de 2008

... siempre

Para dedicarte algunas líneas pensé en adornar mis letras y escribir cuanto adjetivo garigoleado llegase a mi mente, pero tu renuncia a toda apariencia y fingimientos lo descubriría de inmediato y entonces el maquillaje literario terminaría por aburrirnos. Olvidemos pues semejante intento y mejor invoquemos la táctica del maestro Benedetti, que consistía en ser franco y no vendernos simulacros. Sería un mejor comienzo.

Pues bien, empezaré con una confesión personal: supe de tu existencia hace un par de semanas. Llamaste mi atención entre un mundo periodístico cuyas calamidades y desgracias son el pan de cada día, y después de algunos vistazos a tu blog y los recortes de una página fechada en martes y jueves de una semana cualquiera, acabé sentado frente al monitor escribiendo como tú también lo haces a menudo.

Si me preguntaras el objetivo de estos párrafos dedicados a tu persona, te respondería con sinceridad que después de más de 10 líneas escritas aún no lo sé. Tal vez pueda enumerar una y otra cualidad de forma de ser y enfrentar la vida, pero mucho me temo que alguien más se me ha adelantado en ese renglón, por lo tanto sólo me limitaré a decirte que hoy, en este espacio, inauguras la sección de “blog no crítico o satírico” que mucho me ha dado para visitar estos rumbos electrónicos.

Tu nombre inscrito en el raiting virtual seguramente es la envidia de muchos y no es para menos, porque más allá de mostrarte tal cual eres, reflejas en tus letras un estilo tan peculiar que complementa aquello físicamente visible... “eres lo que escribes”, diría sin temor a equivocarme.

También admito mi admiración por defender de forma tan especial lo que otros tachan de incorrecto. Hacen falta más “güeritas” que apenas pasan las dos décadas de edad y que vayan por la vida sin auto-censura, fiel a sus convicciones sin dañar a terceros y, más aún, disfrutando lo que practican cotidianamente.

Y si las heroínas modernas existen, a partir de ahora he archivado tu nombre en esa carpeta personal. Mientras la vida te dé para continuar haciendo lo que te plazca y de rebote nos desprenda una sonrisa o mínima reflexión, yo estaré agradecido por ello.

Todos deberíamos tener un manifiesto como el tuyo, para pregonar con toda certeza el porqué de nuestro andar por esta Tierra y encontrarle sentido a lo que muchas veces vivimos de cabeza.

Cuentas ya con un bloguero para leerte, y entre cientos más —tal vez miles— alguien seguirá tus episodios diarios cual si fuera la mejor serie televisiva que en mis años pubertos no solía perderme, y todo para repetir la misma moraleja de “irse a dormir con más decisiones que ayer, pero menos que mañana”.

viernes, 6 de junio de 2008

En busca de la muerte

Eso de recorrer tiendas en centros comerciales no se me da, e incluso admito que la flojera se apodera de mi ser con tan sólo pensar en ello. Y si no lo hago en México, menos me sucedería en otros países. En muchos casos se puede despilfarrar dinero comprando chuchería y media con el pretexto de lo “exclusivo”, para que en poco tiempo el artículo en cuestión termine arrumbado en un clóset o debajo de la cama.

Pero eso sí, hay de shoppings a shoppings. Ayer me enteré de uno que llamó mi atención, y cómo no, si la ciudadana australiana mencionada en la nota pagó 2,860 dólares para venir a México porque alguien le prometió encontrar aquí algo que en otros lugares del mundo no resulta sencillo: el Pentobarbital. Y no se trata de una nueva plaza comercial o una zona exclusiva para adquirir prendas de moda, sino más bien de un frasco que contiene a la muerte misma.

¿Se imagina usted a personas extranjeras, con mapa en mano, buscando farmacias veterinarias para encontrar el líquido que proporciona en 60 minutos una muerte sin dolor? ¿Dónde cree que es posible adquirir el susodicho frasco gracias a las leyes tan flexibles? Adivinó…en tierra azteca.

Resulta pues que activistas a favor de la eutanasia han propagado la noticia de la “opción mexicana”. Se trata de una droga de uso veterinario que ofrece a las mascotas una muerte sin dolor, algo así como una sobredosis de anestesia provocadora del sueño antes de detener el sistema respiratorio. Y si en perros funciona, ¿quién dijo que en humanos no?

Esto abre nuevamente el debate sobre el tema, y aunque podemos pasar horas y horas para decidir qué es “lo bueno” en este caso, en realidad no llegaríamos a ninguna conclusión, porque la palabra eutanasia existe tanto en los diccionarios médicos, como en los políticos, religiosos y morales… ahí el detalle.

Sólo quienes han vivido de cerca una situación de esta magnitud saben el tamaño del problema, sin embargo, los seres humanos de este planeta no estamos exentos a reflexionar acerca de él. Por eso hoy tengo más dudas que respuestas: ¿los que hacen las leyes habrán pasado por algo así?, ¿cuál sería entonces su postura? Nosotros no decidimos nacer, ¿pero podemos decidir cómo y cuándo morir? ¿Dónde queda la voluntad de un enfermo terminal y quién mejor que él para conocer el dolor al cual se enfrenta? ¿Qué es más inhumano: la agonía o interrumpir una vida sin vida?

Y así como Michael Irwin, ex director médico de las Naciones Unidas, planea traer este año a México a una docena de británicos para adquirir la sustancia, ¿cuántos más considerarán a partir de ahora venir a estos rumbos para comprar el frasco etiquetado? Paradojas de este mundo… en este instante me viene a la mente la publicidad de una empresa de seguros cuyo slogan dice: “Cuidamos lo que amas de la vida”. ¿El Pentobarbital sería entonces la contraparte? ¿Acaso su slogan diría: “Cuidamos que mueras cuando ya no puedas amar la vida”?... cuestión de enfoques.

jueves, 22 de mayo de 2008

Historia de México (lado B)

Hace mucho tiempo no hojeo un libro de texto de educación primaria o secundaria, aunque seguramente los temas no han cambiado demasiado desde que debía estudiarlos como parte de mi formación académica. Uno de ellos en particular, el de historia, me ha causado curiosidad desde hace años y no por sus páginas plagadas de héroes y villanos, sino porque jamás nos mencionaron algo más allá de lo “oficial”.

Hoy mientras iba rumbo al trabajo, en la radio escuchaba una charla donde se relataba la verdadera historia de la Corregidora, personaje famoso de la independencia nacional a la que se le rinden honores, acompañada de otros más, cada 15 de septiembre en suelo mexicano. ¿Quién no ha escuchado el “grito” desde Palacio Nacional donde se ensalza a una lista de héroes que nos dieron patria y libertad? Pues Josefa Ortiz de Domínguez es una de ellas, y este día, como bien lo dijo el locutor de esa estación radiofónica, me han derribado una imagen más.

Pasaje conocido por muchos es la conspiración donde dicho personaje femenino escuchó que el movimiento había sido descubierto, y córrele a avisarle a Ignacio Allende para que se pusiera las pilas y diera por inaugurada la batalla en contra de los españoles que ninguneaban a los indígenas nacionales. Era momento para tomar las armas y enfrentar a cuanto enemigo se pusiera enfrente No había tiempo que perder. Entonces la revuelta comenzaba y a la señora se le apartaba su lugar en la historia.

Maravillosa trama, excelente guión y excepcionales actuaciones… pero cuando la neta del planeta se revela, tremenda decepción para algunos. Resulta pues que la Corregidora le ponía el cuerno a su marido con Nachito Allende, y más aún, esperaba un hijo de él, así como lo lee. Y aquello de dar el pitazo a su amante porque el movimiento independentista había sido descubierto, más bien resultó ser el aviso de que ya los habían cachado derramando pasión extramarital.

Pero como a los niños de primaria no les pueden contar semejante historia, mejor le arreglan un poquito el asunto a los héroes nacionales y los ponen en un altar del cual no pueden bajarse, porque supuestamente les debemos la patria que hoy día tenemos. Tampoco pueden decirles que doña Josefa, consecuencia de su infidelidad, fue enviada a un convento donde tuvo a su hijo Nacho Jr., ni de sus cartas donde reflejaba el tremendo dolor al saber que a Allende le habían dado cuello (literalmente) para dejar su cabeza de adorno en una esquina de la guanajuatísima Alhóndiga de Granaditas.

Así que el lado B de la historia, para mí, resulta más interesante que aquello contado a los niños en las aulas, porque más allá del toque romántico y heroico que raya en lo hollywoodense, muestra a los personajes tal y como son: humanos como todos, con virtudes y defectos, y en ocasiones hasta con detalles curiosos y sorprendentes… ¿o sabía usted que el cura Miguel Hidalgo tuvo siete hijos con diferentes mujeres e incluso Allende trató de envenenarlo porque hacía verdaderas matanzas y obligaba a la gente a llamarlo “mi Ilustrísimo”?, ¿o que los niños héroes, a la hora de la invasión a Chapultepec, estaban castigados porque se habían pasado de copas, e incluso que Juan Escutia (el aventado envuelto en la bandera) ni siquiera estaba registrado en la milicia?

Y a pesar de las mentiras verdaderas, terminaré este post recordando un par de detalles al respecto de historias en tela de juicio: el primero, cuando Lisa Simpson descubre que el fundador de su ciudad era todo menos el héroe conocido por la gente, y cuando está a punto de revelar la verdad se arrepiente porque la simple idea del personaje y su historia mantienen unidas a las personas y les otorga identidad; y el segundo, un fragmento de una canción que dice: “una mentira que te haga feliz vale más que una verdad que te amargue la vida”… y si no fuera así, ¿cuál sería le pretexto del 15 de septiembre con su algarabía de fiesta mexicana?

Ah, pero eso sí, quien no conoce el pasado está condenado a repetirlo. Nosotros decidimos.

jueves, 17 de abril de 2008

El día que me aventaré al periférico

El martes 15 de abril tomé la decisión. No fue fácil, desde luego, porque un asunto así no se toma a la ligera y se requiere valor para afrontarlo. Desde hace tiempo lo tenía planeado y ahora sí estoy decidido a hacerlo. Ya no hay vuelta atrás.

Sí, el domingo 15 de junio me aventaré al periférico. Sé que se necesitan agallas porque no es cosa sencilla, pero estoy totalmente seguro de quererlo. A estas alturas de la vida siento esa necesidad y múltiples circunstancias me han orillado a ese límite.

Debo admitir también que he realizado varios intentos anteriormente en distintos puntos de la ciudad de México, y, si bien no fueron tan extremos, en esta ocasión será definitivo y voy por todo.

En mi casa aún no lo saben pero pronto se enterarán. Algunos amigos no creen que lo haré, pero otros más conocen mi grado de locura y lo han tomado muy en serio. Ahora mismo he comenzado a prepararme mentalmente porque ese punto será fundamental para lograrlo.

Siento nerviosismo y un poco de ansiedad. No importa, ese día está marcado en mi calendario para realizar lo que ya he previsto. Nadie me sacará la idea de la cabeza. Aunque más de uno trate de impedirlo, no verán en mí una dosis de arrepentimiento.

Y más aún, me aventaré a los carriles centrales, donde mucha gente me observará y será testigo de mi acto. Vestiré una playera blanca, un pants azul y mis tenis de siempre, atuendo cabalístico y con gran significado para mí, que me ha acompañado por mucho tiempo en mis mejores momentos.

Cuando el reloj marque las 8 de la mañana de ese día, la decisión se convertirá en realidad. No habrá marcha atrás. Pero desde ahora les agradezco a todos aquellos que me entienden, que saben por qué haré esto, pero sobre todo que me apoyan.

Sí, la carrera del Día del Padre me espera con su clásica ruta del Bosque de Tlalpan a la glorieta de Vaqueritos, ida y vuelta. Desde luego sus 21 kilómetros no serán sencillos pero ya me estoy preparando física y mentalmente para ello. En otras ocasiones he participado en carreras de menor distancia en varios lugares del DF, pero esta vez la prueba será mayor.

Hace tres meses en Veracruz me enfrenté con la misma distancia, aunque el nivel del mar otorga ventajas que la ciudad de México no proporciona (altura, contaminación, altimetría, etc.), por lo que el reto propone más dificultades.

Así que la vía rápida me espera. Ahí, mucha gente me verá pasar entre 10 mil participantes y espero terminar debidamente. El martes 15 me inscribí y mi participación ya está asegurada… Sí lectores blogueros, me aventaré a correr ese medio maratón con ruta trazada en el periférico sur. ¿Ustedes gustan?

Siempre

Solía amortiguar la rutina en mi trinchera de letras que almacenaba en este rincón electrónico desde donde malabareaba con frases, párrafo...