martes, 8 de julio de 2008

Crónica de un insomnio anunciado

22:25. Desprendo el Ipod de mis oídos. Debo dormir. Mañana hay entrenamiento a las seis de la mañana. ¿Dejé todo listo para salir corriendo con el frío a cuestas? Creo que sí. Posición fetal debajo de las cobijas. Luz apagada. Cierro los ojos.

22:38. Un sonido repetitivo me arranca la intención de conciliar el sueño. Viene de la sala y específicamente de una bocina de computadora. Mi hermano y su “lap”. Peor aún, el tintineo de la alarma del messenger al recibir un mensaje instantáneo. Uno, dos, tres contactos. Una, dos, tres alarmas. Entre el silencio, el sonido se multiplica cada 10 segundos.

22:45. Enésima vuelta en la cama. Almohada en la cabeza taponando mis oídos. El concierto de marimba electrónica continúa. Debo dormir. Mañana hay entrenamiento a las seis de la mañana. Abro los ojos. Siento calor. Me destapo. Cierro la puerta. El tintineo se escucha, leve, pero se escucha todavía. Hago gestos. Sirven de poco.

23:15. Por fin se clausura el sonido proveniente de la computadora. Escucho el clic que cierra la lap top. La sesión termina. Comienza mi insomnio. Las luces se apagan. Impera el silencio. Todos duermen, menos yo. Creo que hoy soñaré despierto.

23:32. Ataque reflexivo-electrónico. ¿Contactos? ¿Cuáles? Todos tenemos muchos, en ocasiones abusamos de ellos en número, ¿pero realmente cuáles son reales?, ¿cuántos se limitan a ser una fotografía de 2 x 2 y a decir cosas que ni ellos mismos se creen?, ¿y si me consigo una novia electrónica? Me ahorraría idas al cine, presentaciones familiares, salidas indeseadas; la cortaría con un simple clic, sin dramas ni escenas comprometedoras, sin gritos, cachetadas ni sobresaltos. Sí, ¡que viva la tecnología!, ¿pero si un colapso mundial nos deja sin luz?, ¿si resulta que ella es él?, ¿qué tal que me enamoro de un holograma?, ¿besaría al monitor?, ¿y si en vez de sentir mariposas en el estómago me da toques? Mejor olvidemos la ciber-novia, pero con lo fácil que es conseguirse una… no, prefiero una de carne y hueso. Los defectos y cualidades son mejores que la “perfección electrónica” detrás de una pantalla. ¡Caray, si me escuchara Freud! ¿Esto es mi cama o un diván? Quiero ir al baño. Mejor no, así me levanto temprano obligado por las ganas. Ye eché mucho rollo mental. ¿Y la alarma del messenger? Ah sí, se calló hace rato. ¡Alejandro, ya duérmete! Mañana hay entrenamiento a las seis de la mañana.

Martes 8 de julio. 7:57. ¿Y el despertador? Creo que no lo escuché.

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