viernes, 15 de febrero de 2008

10 minutos

Tengo 10 minutos para pensar en todo y nada.

Pienso en las lágrimas que llevé de copiloto rumbo a la universidad y en la salud de un ser querido que me mantiene preocupado.

Pienso en mi examen profesional y en la manera de sobrevivir para llegar de pie a él.

Pienso en las distracciones de mi trabajo que me tienen inconforme conmigo mismo, y en la manera de resolver una relación distante con alguien a quien de verdad quiero.

Pienso en San Valentín que vivió hace mucho tiempo, y que siglos después, me siento tan muerto como él.

Pienso en esta canción que me pide mentirle a mi corazón sin tener razón.

Me pregunto si todos los laberintos tienen salida.

Pienso en las tres horas que dormí hace una semana y en las 10 horas que dormí ayer.

Pienso en las pastillas de fluvoxamina que esperan ser ingeridas por dos semanas.

Escucho la misma canción y me recuerda que me estoy hundiendo en la oscuridad del mar.

Pienso en los fantasmas que habitan en mi cabeza y en mi debilidad para exorcizarlos.

Pienso en la manera de huir de mí mismo.

Pienso en los ánimos que me dan muchos amigos y en el eco de sus palabras que pretendo se quede en mí.

Pienso en las coartadas del destino que a veces lo toman a uno como pretexto para divertirse.

Pienso que Dios quiere jugar conmigo a las escondidas.

Pienso en la imperiosa necesidad de ya no querer pensar en nada.

Pienso…

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