viernes, 30 de noviembre de 2007

A la gorra ni quien le corra

Por culpa de Arnold Van Gennep estoy aquí. Él tuvo la idea de acuñar el término “rito de paso” que hoy día me sacó tremendo coraje. Cuando corría el año 1909, el antropólogo francés antes citado dijo que los seres humanos, inmersos en un desarrollo social, llevan al cabo diversas transiciones que lo hacen ir de un estadio a otro, por ejemplo, entre la soltería y el matrimonio (situación apodada boda), la vida y la muerte (llamado funeral) o la edad infantil y la edad adulta (celebración femenina denominada XV años).

Pues bien, me referiré al último caso mencionado. Aclaro que no tengo nada en contra del acto en sí, ya que la historia avala su existencia desde épocas prehispánicas en México. Según estudiosos del caso, los mayas y los aztecas ya lo practicaban, aunque a su estilo y conforme a sus costumbres. No vayan a creer que los antiguos iban al mercado de la Lagunilla a ver los vestidos, luego buscaban al séquito de chambelanes y hasta pagaban una buena lana para apartar la iglesia (si en ese entonces no había). Posteriormente, con el paso del tiempo, las adaptaciones y su evolución le han añadido o quitado elementos.

El asunto está en la forma en que se ha desvirtuado el asunto, al menos así lo veo yo. De verdad no está mal que muchas chavas a esa edad deseen una fiesta de XV, es más, yo he acudido a algunas y el ambiente es muy agradable y glamoroso: el vals, las fotos, el pastel y los padrinos… ¡Ay, los padrinos!, ya salió el punto de estas líneas.

Me refería al coraje personal de anoche porque mi papá llegó con la noticia de que fue escogido para ser padrino de salón. Y más se me subió el color al rostro cuando empezó a platicarme la lista de “los elegidos”, porque, dicho de manera clara y precisa, le pagarán la pachanga a la quinceañera.

La verdad no puedo entender la falta de vergüenza de algunas personas para encontrarle solución a todo de manera tan sencilla. Que si padrino de salón, de vestido, de pastel, de iglesia, hasta de último juguete para la niña… pues claro, después de la “presentación en sociedad” de la chava, seguramente encontrará otros juguetes más divertidos.

¿Pues de quién es la hija, de los “padrinos” o de los padres? ¿Quién se supone que debe hacer el gasto? Ah, pero como eso de apadrinar está de moda, hay que buscar hasta para ropa interior, total, los progenitores no ponen ni un centavo. Ya quisiera yo que en un matrimonio me eligieran “padrino de noche de bodas para la novia”, ahí sí, con todo gusto aceptaba.

Lo peor del caso es cuando los papás les sonríen a todos los invitados y “hacen ver” que socialmente “están a la altura”… caravanas con sombrero ajeno. Pues claro, con la mesa puesta, hasta yo me apunto. Se me ocurre entonces que quiero hacer un viaje a Europa por una semana, ¿entonces busco padrino para boletos de avión, otro para hospedaje y uno más para gastos personales?, ¿qué tal uno para maleta y otro para souvenirs?

Total, a pesar del berrinche que hice, mi papá terminará pagando por el alquiler del salón (como si le sobrara el dinero) y yo no iré a dicho evento. Ahora veo que muchos padres hacen cualquier cosa por sus hijos, incluso gorrear para que les financien su fiestecita. Habría que preguntarles el significado de los XV años para descubrir que, efectivamente, no tienen ni la más remota idea, pero eso sí, que viva la pachanga.

“Algún día has de tener una hija”, me susurra una voz interior. Pues sí, pero conoceré su fecha de nacimiento y de ahí contaré 15 años para saber que, si quiere celebración, será necesario ahorrar. Por cierto, y para no entrar más en discusión, próximamente iré a correr a Veracruz, ¿alguien quiere “apadrinar” mi viaje?

sábado, 24 de noviembre de 2007

Tentaciones

Ya hasta perdí la cuenta. En mi casa, en el trabajo, y sólo falta en el celular, una y otra vez me han llamado para ofrecerme créditos y tarjetas bancarias. ¿De dónde obtuvieron mis datos? Lo ignoro por completo, pero ha sido sumamente molesto “el detalle” de ofrecerme dinero para despacharme compras por doquier y luego tener deudas hasta el cuello. Un día me quejé y hasta número de reporte me dieron, aunque la verdad ya se me olvidó porque no sirvió para mucho, las llamadas continuaron.

Alguna ocasión pensé en divertirme un rato con las personas que llaman, y más si eran mujeres, decirles cosas como “qué voz tan sensual tienes”, “mejor háblame de ti y dejamos para después el asunto bancario”, "si te acepto la tarjeta, ¿la podemos estrenar con una cena?", o “¿a qué hora sales por el pan?”, pero me detuve ante la tentación de hacerlo porque es su trabajo y por más que uno les diga no, finalmente cumplen con su chamba. Ni modo, desistí del cotorreo telefónico.

Y así como ofertas llueven por montones y la publicidad nos invade (llamadas, postales, dinero plástico, folletos y un extenso etcétera), hoy me enteré de algo en cuanto al tema se refiere, y no supe si debía alarmarme o tomarlo como parte de ese mundo que a veces es tan absurdo pero en el que desafortunadamente estamos inmersos.

Resulta que una chica de 16 años recibió vía correo un sobre con un vale canjeable por una cajetilla de cigarros en la compra de otra. El remitente, la empresa Philip Morris International (fabricante de Marlboro), le hizo llegar la invitación para formar parte de la estadística de personas fanáticas del cáncer y el enfisema pulmonar, y convertirse así en una adolescente más que gusten de hacer donitas de humo. Pero contradictorio el asunto: ayer vi en una tienda un letrero patrocinado por la misma empresa tabacalera que decía "No vendo cigarros a menores de edad"... entonces ya no entendí.

Al igual que me sucedió a mí con el asunto bancario telefónico, la chava tampoco sabe de dónde obtuvieron sus datos para enviarle semejante detallito. Pero independientemente de la invasión a la privacidad personal, me preocupa la voracidad de algunas empresas para intentar captar consumidores hacia su marca sin importarles la más mínima consecuencia. Paradójico resulta que muchos se anden peleando por los espacios para fumar mientras otros lo fomentan a muy temprana edad con cartitas metidas en buzones adolescentes.

Por otra parte, y viéndolo fríamente desde el enfoque publicitario, la estrategia podría ser muy eficaz, ya que el nivel de edad manejado por la compañía tabacalera es el adecuado para atraer a posibles consumidores, y más si se le relaciona con el reventón, la buena onda y los cuates... un estilo de vida anhelado por los adolescentes en la búsqueda de identidad.

¿Pero por qué mejor no mandan invitaciones a museos o a actividades culturales? ¿O por qué no fomentar el deporte o labores sociales? No, eso suena muy aburrido. Mejor hay que invitar a los jóvenes a echarse unos jalones de nicotina para hacerlos adictos y terminen su vida en una cama de hospital sin oxígeno o invadidos de cáncer.

Desde luego la parte del emisor del mensaje es clara y precisa, y de ello no tiene culpa porque además de vivir de eso, lo hacen de forma intencionada. Pero también valdría la pena defender al receptor. A veces una reglamentación se pasa por el Arco del Triunfo y, ante ello, la información es nuestra mejor aliada. Entonces hay de dos: aceptar todo cuanto nos ofrezcan, o bien, reflexionar un poco antes de decidir. En ello se nos puede ir más de lo que creemos.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

¿Feo yo?

“Los mexicanos son las personas más feas del mundo”... no lo afirmo yo, lo dijo un señor argentino llamado Jorge Lafauci, que dicho sea de paso, es conductor televisivo o periodista... según. Y como cualquiera en este planeta con un micrófono en la mano y una cámara al frente puede decir cualquier cosa, pues este “ché” no se quiso quedar atrás.

Ante la gran polémica debido a su comentario —no puedo dormir por eso— y la gran baja de autoestima que me ha ocasionado, durante los últimos días me he dedicado a buscar clínicas de belleza y contactado a los mejores especialistas en la materia para ser más guapo y no formar parte de su selecto club.

Pero entre tantas “sabias palabras” del señor, yo me pregunto algo: si en verdad es un personaje famoso de la televisión argentina y se cree el embajador de Miss Universo en donde planta sus pies, ¿no tendrá por ahí unos 15 pesos para comprarse un espejo? Porque cuando vi su foto... con decir que si yo estoy feo, su aspecto no tiene nombre. Es más, Bety la fea es reina de la belleza al lado suyo.

Y luego no quieren que uno ande pregonando aquello de “sencishitos y carismáticos”. Obviamente no pretendo generalizar, porque he tenido la oportunidad de conocer personas argentinas que en nada se comparan con este sujeto en cuestión. Y así como su caso me da risa, de igual forma algunos nacionales tricolores pecan de soberbios, pero involuntariamente divierten con sus acciones y palabras, por ejemplo, ahí tenemos a su tocayo de apellido Vergara. ¿Serán compadres? Porque parece que la lengua le mide lo mismo a ambos ilustrísimos personajes. Además nada le parece a don Jorge. Primero va de juez a esos programas y luego dice que en México a los participantes de su país les hacen chanchuyo, y más todavía, anda de grillero para que no vean el concurso conducido por Adal Ramones. ¿Será un compló? Por lo menos el mexicano divierte de forma voluntaria.

Pero claro, como en este lado del mundo la gente no se queda callada, pues pidió disculpas y dijo que si era necesario, lo hacía de rodillas. Es lo menos esperado, aunque pensándolo bien, mejor no, capaz que su ego se queda embarrado en el piso. Incluso podría jurar por la Virgen que jamás dijo lo que dijo... con dicha afirmación se mete en camisa de 11 varas en territorio tan guadalupano como el nuestro. Luego, en el delirio total, dudó hasta de su estado mental y aceptó estar posiblemente borracho o drogado... más bien serán ambas.

Pues bueno señor Lafauci, fue un gusto haberle dedicado las presentes líneas. Si me dijo feo no importa, total, yo jamás he afirmado que soy un galanazo de TV. Pero lo más chusco del asunto es ver cómo a unos se les suelta la lengua y luego niegan lo dicho. Es peor quedar en ridículo que ser feo. Al menos las cirugías hacen milagros pero a las palabras no se les puede meter el bisturí. Mejor siga hablando en la farándula y formando parte del club de Tiziano Ferro, mientras desconoce que aquí en México hay bellezas para presumir más allá de nuestras fronteras, y si algún día conoce a alguna, verá que su ego-ignorancia no le bastará para admirarlas.

jueves, 15 de noviembre de 2007

La inyección dormilona

A ver si entendí: un sujeto viola a una mujer, es atrapado y su sentencia será la “castración química”. Fin del tema.

Pues sí, lo antes dicho es una propuesta de ley que entraría en vigor para el año 2008 con el objetivo de reducir los índices de violaciones en el DF, cuya cifra puede llegar a siete en 24 horas. Sin embargo, hay varios detalles curiosos y a la vez absurdos.

Comenzaré por mencionar que dicha sentencia aplicable a quien utilice a una mujer como objeto sexual (porque eso es justamente una violación) se trata de una inyección cuyo precio es de 15 dólares, y su función es bloquear la producción de testosterona en los testículos por seis meses, además de inhibir el apetito sexual y evitar la irrigación de sangre al pene, por lo cual una erección resulta imposible.

¿Y ya es todo? ¿Para eso esperar la aprobación de un juez y tanto papeleo? Y luego por qué estamos como estamos con esas estadísticas alarmantes. Hasta ligerita me parece semejante ley. Seis meses “fuera de servicio” se quedan muy cortos en comparación con la vida arruinada a una mujer que además de todo debe cargar con el peso social de ser señalada, el trauma que ésto genera y agréguenle los gastos del asunto en caso de querer abortar (otro trauma de pilón).

Si 12 mil violaciones anuales son pocas para a las autoridades, deberían preguntarles a las mujeres que son víctimas de tal abuso. La respuesta seguramente apuntaría a considerar urgentemente penas más severas y dejarse de aprobar una inyección simplona, porque comprobado está que el 70% reincide en tal acto. Y con más razón volverían a las andadas, si les cortaron la corriente por medio año, obviamente regresarán con la pila recargada.

Por eso yo propongo una ley para castigar como se merece a esos sujetos:

Primero, y retomando la idea de la inyección, en su celda pasarles 10 películas XXX al día y enviarles cinco bailes privados con dos mujeres dedicadas al tubo para que mentalmente estén a tope y físicamente no puedan responder conforme sus bajos instintos les dicten... a ver quién acaba más privado.

Segundo: exhibirlos públicamente los fines de semana (para que no se aburran de estar encerrados nada más) en las principales calles y la gente les aviente de todo, como se hacía antiguamente en la Inquisición.

Tercero: después del medio año de la sentencia, obligarlos a trabajar para mantener a su víctima y todo lo que consecuentemente se refiera por su numerito.

Y cuarto: “como trates serás tratado”, ¿o quién dice que un hombre no puede ser violado? Si para él fue divertido andar haciendo cosas que no debía, a ver si de la misma forma le parece entretenido ser usado de igual manera. Quisiera ver cómo sonríe y disfruta en el papel de víctima.

¿Me vi muy radical con mi propuesta de ley? Sí, tal vez me volé la barda o fumé demasiado. En todo caso, y para acabar pronto, nos ahorramos tanto trámite de rentar las películas, a las chicas del tubo, sacarlos a dar la vuelta, hacer que paguen gastos de su víctima y conseguirle quien le haga el mismo favor “a lo macho”. Mejor sugiero que las autoridades vean los últimos 15 minutos de la película Hostal 2 y considerar que esa sería la mejor ley para aplicar a estos finos y educados ciudadanos. Y no les cuento la escena porque el solo hecho de evocarla me da un dolor en la entrepierna, aunque dicho sea de paso, es lo menos que merece un violador.

lunes, 12 de noviembre de 2007

¿Vaca loca?

Noticia curiosa y amarillista encontré el día de hoy: “Seis muertos en dos accidentes de carretera con la misma vaca en México”. Desde luego que el aspecto de los fallecidos no tiene gracia alguna, ¿pero qué hacía semejante animalote en una vía rápida la noche del domingo pasado? ¿Cómo entró a aquel lugar sin ser vista y sobrevivió a tres, leyó usted bien, tres impactos automovilísticos? Y más aún, ¿por qué se hizo caso omiso del acontecimiento tras la primera volcadura?

Pensando “vacunamente”, la mascota lechera de alguien cuyo hogar se ubica a un costado de la carretera seguramente reflexionaba acerca de la vida y lo miserable que suele ser a veces, y tal vez por eso decidió quitarse la vida. Entonces fue a atravesársele a cuanto coche circulaba por el asfalto… el resultado: varios muertos, menos ella. Objetivo no cumplido para el ser de cuatro patas. Más suerte para la próxima.

Y como ya se me remordió la conciencia por tomar el suceso de manera un tanto chusca, sin pensar demasiado en los familiares de las víctimas que no ven nada de amable en el tema, me pongo a pensar en varios detalles de este caso.

Primero: por muy noche que sea, una vaca no mide 10 centímetros para pasar desapercibida en un lugar transitable.

Segundo: llevar las manos puestas sobre un volante significa ser responsable de otras vidas más, y en ocasiones pareciera que ir en una carretera todo es seguridad y comodidad por el hecho de pagar una cuota. Entonces se olvidan detalles ajenos a nosotros y luego las consecuencias son peores; mantenerse alerta y respetar los límites de velocidad, y más si es de noche, son aspectos fundamentales a considerar.

Tercero: si ocurre algún accidente de estas características, ¿por qué carajos no se tomaron las medidas necesarias para evitarlo dos veces más? Y perdón por la expresión, ¿pero en qué pensaban las autoridades?, ¿habrán dicho: “de seguro la vaca se espantó y no lo volverá a hacer, ya aprendió la lección, déjala que se vaya a su casa”?

Cuarto: ¿el dueño de la acusada no habrá visto la falta de un miembro de la familia en su patio? No es lo mismo perder unas llaves que perder una vaca, digo, el espacio que ocupan ambas no se puede comparar. Seguramente su amo reflexionaba: “algo me falta, veo una gran vacío en mi casa… ya luego busco”.

En fin, para no seguirle con el escalofriante asunto y pensar que un día se me puede atravesar un animal en la carretera, reitero pues mi respeto por el dolor de los familiares de las víctimas, eso jamás provocaría risa alguna, sin embargo, todavía no me explico lo sucedido. Hasta pereciera que se trata de un experimento de ciencia ficción patrocinado por el Pentágono para probar un blindaje especial con tecnología extraterrestre instalado en animales… y éste aguantó tres embates. ¿O será que la etapa de la enfermedad de la vaca loca ya no está de moda y dio paso a la época de la vaca asesina? Al menos ésto es más real que el chupacabras.

Caray, se deben extremar precauciones al conducir y también amarrar a las mascotas para evitar semejantes accidentes. Hay demasiadas hectáreas de cerros y muchísimas áreas verdes como para mandarlas mejor a una carretera, les puedo asegurar que ahí no encontrarán pastura para alimentarse y en cambio pueden cometer atrocidades como la ya ejemplificada. PRECAUCIÓN ANTE TODO.

Y si la película Kilómetro 31 me asustó cuando se aparece el niño que provoca los accidentes en la carretera, no me quiero imaginar qué sucedería si en vez de chamaco se atraviesa una mole pinta de cientos de kilos gritando ¡muuu! y no ¡buuu!... mejor ya no veré películas de terror ni leeré amarillismo animal.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Con la nostalgia de la mano

Pues regresé. La muerte ya me cobró factura donde el principal impuesto fue el dolor, y a cambio me dejó la nostalgia y el recuerdo como principales aportaciones a mi persona. Estos días han sido diferentes, extraños. Sortear adversidades me hizo recordar muchas cosas que tal vez tenía y no me daba cuenta, la principal de todas ellas: la vida.

Y valga preguntar algo que parece tan sencillo pero que muchos pueden no tener la respuesta: ¿Cómo saber si en verdad se vive? Subjetividades al respecto hay demasiadas, sin embargo, hoy saqué mis conclusiones: vivir es el instante espontáneo que te llena cuando la voluntad no lo tenía planeado; aquel preciso momento donde el tiempo y el espacio se conjugan para estar con personas que amas, y que tal vez no estaba escrito en el guión; las consecuencias de decir “sí” a algo que siempre era un “no”.

Hoy las circunstancias me han puesto aquí, frente a un monitor electrónico que significa para mí la complicidad y el desahogo que muchas veces necesitamos por más que lo neguemos. A veces las risas vienen, otras tantas las lágrimas van, pero al final nos mantenemos en pie. Bien lo dijo un amigo: “Cuando estás en la oscuridad es porque el amanecer se acerca”, y hoy comienzo a creer firmemente en su frase.

Día de Muertos... fecha que trae consigo momentos vívidos en la memoria. Un homenaje a la vida a través de ese proceso inevitable del cual no tenemos escapatoria. Lágrimas que ruedan y se llevan en sus manos tristezas y sufrimiento, elementos básicos para poder vivir lo opuesto a ellos. Así vivimos, así morimos.

Confieso que es difícil regresar a estos rumbos porque con la ausencia no será igual, pero nada es en vano, todo sucede por algo. "La vida es un viaje, no un destino"… disfrutemos pues del trayecto.

Gracias a todos mis muertos por darme una lección de vida.

Siempre

Solía amortiguar la rutina en mi trinchera de letras que almacenaba en este rincón electrónico desde donde malabareaba con frases, párrafo...