miércoles, 21 de noviembre de 2007

¿Feo yo?

“Los mexicanos son las personas más feas del mundo”... no lo afirmo yo, lo dijo un señor argentino llamado Jorge Lafauci, que dicho sea de paso, es conductor televisivo o periodista... según. Y como cualquiera en este planeta con un micrófono en la mano y una cámara al frente puede decir cualquier cosa, pues este “ché” no se quiso quedar atrás.

Ante la gran polémica debido a su comentario —no puedo dormir por eso— y la gran baja de autoestima que me ha ocasionado, durante los últimos días me he dedicado a buscar clínicas de belleza y contactado a los mejores especialistas en la materia para ser más guapo y no formar parte de su selecto club.

Pero entre tantas “sabias palabras” del señor, yo me pregunto algo: si en verdad es un personaje famoso de la televisión argentina y se cree el embajador de Miss Universo en donde planta sus pies, ¿no tendrá por ahí unos 15 pesos para comprarse un espejo? Porque cuando vi su foto... con decir que si yo estoy feo, su aspecto no tiene nombre. Es más, Bety la fea es reina de la belleza al lado suyo.

Y luego no quieren que uno ande pregonando aquello de “sencishitos y carismáticos”. Obviamente no pretendo generalizar, porque he tenido la oportunidad de conocer personas argentinas que en nada se comparan con este sujeto en cuestión. Y así como su caso me da risa, de igual forma algunos nacionales tricolores pecan de soberbios, pero involuntariamente divierten con sus acciones y palabras, por ejemplo, ahí tenemos a su tocayo de apellido Vergara. ¿Serán compadres? Porque parece que la lengua le mide lo mismo a ambos ilustrísimos personajes. Además nada le parece a don Jorge. Primero va de juez a esos programas y luego dice que en México a los participantes de su país les hacen chanchuyo, y más todavía, anda de grillero para que no vean el concurso conducido por Adal Ramones. ¿Será un compló? Por lo menos el mexicano divierte de forma voluntaria.

Pero claro, como en este lado del mundo la gente no se queda callada, pues pidió disculpas y dijo que si era necesario, lo hacía de rodillas. Es lo menos esperado, aunque pensándolo bien, mejor no, capaz que su ego se queda embarrado en el piso. Incluso podría jurar por la Virgen que jamás dijo lo que dijo... con dicha afirmación se mete en camisa de 11 varas en territorio tan guadalupano como el nuestro. Luego, en el delirio total, dudó hasta de su estado mental y aceptó estar posiblemente borracho o drogado... más bien serán ambas.

Pues bueno señor Lafauci, fue un gusto haberle dedicado las presentes líneas. Si me dijo feo no importa, total, yo jamás he afirmado que soy un galanazo de TV. Pero lo más chusco del asunto es ver cómo a unos se les suelta la lengua y luego niegan lo dicho. Es peor quedar en ridículo que ser feo. Al menos las cirugías hacen milagros pero a las palabras no se les puede meter el bisturí. Mejor siga hablando en la farándula y formando parte del club de Tiziano Ferro, mientras desconoce que aquí en México hay bellezas para presumir más allá de nuestras fronteras, y si algún día conoce a alguna, verá que su ego-ignorancia no le bastará para admirarlas.

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