martes, 28 de abril de 2009

Malas influenzas

Me siento como Dr. House trotamundos, paseando por la ciudad con mi cubrebocas cuya efectividad es casi nula ante el brote epidémico que tomó por rehén al DF. De unos días a la fecha estamos en manos de un virus que ha puesto a temblar a millones de personas, y no me refiero al sismo que ayer nos dio una sacudidita pero al menos sirvió para variarle un poco a las noticias que ya me tienen influenzado.

El ambiente en la ciudad es extraño, ni un toque de queda podría ser tan eficiente para tener a los ciudadanos quietos y casi sin ganas de respirar por miedo a ser contagiados. Lo curioso que observo es la manera en cómo se ha movido la información y se esparce entre la gente: “dicen que”, “un amigo me contó”, “creo que en las noticias escuché”. Algunos comenzaron sus compras de pánico porque la amiga de una vecina le aseguró que a todos nos pondrán en cuarentena. Hágame usted el favor. A este paso, y con semejantes casos de desinformación e ignorancia, lo más seguro es que terminaremos… pero con influenza cerebral masiva.

No falta quien le dé toques políticos y económicos al asunto: pretextos del gobierno para manipular conciencias y arreglar asuntos “en lo oscurito” mientras muchos andan paranoicos con el asunto de la enfermedad; algo se traman después de la visita de Obama a México y nos distraen mientras llevan al cabo sus malévolos planes por debajo del agua. Y por supuesto, los protagonistas del teatrito se sirven de los medios informativos para desinformarnos —valga la expresión— acerca de lo que realmente sucede. Si en 1938 Orson Wells trasmitió por radio un fragmento de La guerra de los mundos y provocó pánico entre la población ante una supuesta invasión extraterrestre, la realidad hoy día no la noto tan distinta por creer todo lo que está a primera mano, y más aún, por el chisme que en territorio tricolor ni se da.

Y mientras unos dicen y otros creen, ahora resulta que en México, además del aguacate michoacano, también se exportan enfermedades a otros países. Yo creía que las películas Exterminio y Rec eran jaladas cinematográficas, pero tal vez habría que darles el beneficio de la duda… claro, sin llegar a extremos de convertirnos en zombis hambrientos de carne humana.

Pero dudas existen, y muchas: si en Oaxaca se dio el primer caso, ¿por qué es en otros estados donde se han presentado más?, ¿cómo llegó el virus hasta el DF y no se contuvo de manera inmediata en territorio oaxaqueño?, ¿qué pasó con los familiares de las víctimas?, ¿están sometidos a algún tratamiento especial?, ¿por qué en los noticiarios no he visto entrevistas con doctores o especialistas que han tratado de forma directa con enfermos de influenza, y en cambio es sólo el Secretario de Salud quien proporciona datos con simples números de “nuevos posibles casos y X número de víctimas”?, ¿acaso no son los médicos directamente involucrados, e incluso los familiares de los enfermos o víctimas, quienes pueden dar un mejor y fiel testimonio de lo que ocurre?, ¿cuál es el tratamiento que se les da a los cadáveres? Y si la emergencia es realmente para preocuparse, ¿por qué no se ha suspendido el servicio del Metro a través del cual se transportan diariamente 4.5 millones de personas en estaciones mayoritariamente subterráneas?

A este paso, la desinformación es nuestro peor enemigo, tal vez más que la misma enfermedad que hoy tiene en jaque a los ciudadanos, su vida cotidiana y su economía. Si conocer la verdad nos lleva al pánico, considero que los rumores esparcidos por doquier son aún más peligrosos. Algunos ya hasta relacionan el tema con terrorismo biológico. Al rato nada más falta que digan que se debe sacrificar a Porky por ser el autor intelectual de semejante epidemia.

Veo además que la lista de los “no” tiene más candidatos que los Óscares hollywoodenses: saludar de beso o mano, acudir a lugares donde se reúnan multitudes, compartir alimentos, y un extenso etcétera que me deprime tanto, que mejor me compraré una burbuja plástica para vivir dentro de ella o 50 metros cuadrados en la luna para habitar lejos de todos. ¿Todas esas son “medidas precautorias”? ¿Entonces si no hubiera influenza no deberíamos lavarnos las manos, y sí estornudar o toser al aire? ¿Tampoco limpiar aparatos y utensilios de uso cotidiano? Total, hay que ser antihigiénicos hasta que ya la veamos venir en serio.

En fin, esperaremos el desenlace del asunto y conocer si realmente tuvo tintes dramáticos dignos de un documental, o si sólo se trató de un complot porcino en contra de la humanidad (donde los cerditos ni culpa tuvieron porque ellos están perfectamente sanos) por alimentarnos de su carne durante años. Mientras tanto, continuemos agotando los cubrebocas de las farmacias —y viendo cómo otros los revenden—, recemos para que un simple estornudo no nos vuelva hipocondriacos, y que un tsunami no ocurra en las playas artificiales del DF… sólo eso nos falta.

jueves, 23 de abril de 2009

Mundo de leyes (segunda parte)

El 17 de agosto de 2007 publiqué en este espacio un post que hacía referencia a leyes tan absurdas como ser decapitado por masturbarse en Indonesia, o fusilado por un pelotón si se conducía ebrio en El Salvador. Cuando leí aquellos casos, la mejor de mis carcajadas brotó de mi boca, aunque después me pensé con los pies en alguno de esos lugares y terminé por esconderme debajo de la cama y rezar para que los antojos sexuales y el sabor de una deliciosa cebada líquida jamás se crucen en mi camino si un día los visito.

Pero ya nada es de sorprenderse. Antes decía: “eso pasa sólo en otros países lejanos, porque en México sí somos racionales y tolerantes”. Sin embargo, ahora con las prohibiciones de las minifaldas “para evitar violaciones“ y besarse en público “porque va contra la moral”, mis afirmaciones hicieron que me creciera la nariz.

Pues para echarle más jocosidad al asunto, nuevamente se dieron a conocer leyes de primer mundo, aquellas que sólo a flamantes y reconocidos personajes se les podían ocurrir en una noche de copas y pasones de hierbas exóticas. The Times las dio a conocer y más vale irse previniendo, no vaya a ser que en una de esas acabemos con cara de what? y nos llevemos una amarga sorpresita.

Empecemos en Italia, donde comer pizza en la calle es un delito, pero además está prohibido que se sienten más de dos personas en las bancas de los parques y hacer castillos de arena en algunas playas. Eso sin mencionar que andar en patineta, podar el césped en verano o sacudir un mantel desde el balcón también son prohibiciones en la tierra del mismísimo coliseo más famoso del planeta.

Pero gringolandia no se queda atrás. En Kentucky está prohibido llevar armas ocultas que excedan los dos metros de largo; en Vermont las mujeres necesitan un permiso firmado por sus maridos para usar dentadura postiza; y en Ohio es ilegal tener un pez borracho.

Y como en territorio mexicano copiamos lo bueno de otros países (realitys shows, telenovelas, series televisivas y demás porquería), no quiero quedarme atrás en el asunto de las leyes, así que ahí les van mis propuestas: dos años de cárcel a todo aquel que coma tacos al pastor sobre la banqueta, y multa de cinco salarios mínimos si lo hace acompañado de una cerveza; tres noches en el bote por andar en avalancha e invadir el carril del metrobús; prohibición total para portar armas de grueso calibre, tales como pistolas de agua o cascarones rellenos de confeti; las mujeres deben solicitar permiso de sus suegras para teñirse el cabello de color rojo o morado, y los hombres requieren aprobación del Congreso para dejarse la barba y el bigote por más de un mes. Lo del pez borracho lo someto a votación, ya que ante la actual escasez de agua, la cerveza puede ser la opción para llenar peceras y después de mantener fresco al Nemo en cuestión, hasta podemos reciclarla para que no se desperdicie.

¿Ya ven? Siempre lo he dicho: tal vez en mi otra vida fui político o representante de la ciudadanía para proponer leyes y así vivir todos en armonía. También es muy cierto que debemos conocer las normas para poder quebrantarlas, pero ya quisiera ver al valiente poniéndose tremenda jarra en tierra salvadoreña o a una bella dama salir con minifalda y señalarla “por faltar a las buenas costumbres y provocar a los violadores”… ah perdón, ésto último sí sucede en México (qué deprimente).

Así que ya saben: ni el verde, ni el amarillo ni el tricolor. Para leyes eficientes, aplicables y divertidas... sólo las mías. Este 5 de julio vota por alo. No te prometo playas artificiales ni terceros pisos en el periférico, únicamente leyes para pasar un buen rato, aunque al final los políticos me las copien y terminen por aplicarlas. ¿Pero serán capaces? No creo.

viernes, 10 de abril de 2009

Tres días michoacanos

Desperté a las 5 y abordé a las 7:30.

Alimenté mis pupilas con siluetas boscosas desde la primera fila de un autobús andante.

Me perdí dos películas proyectadas porque preferí los paisajes que no requerían subtítulos.

Supe que estaba cerca de llegar: Cuitzeo me dio la razón.

Me hospedé en el mismo hotel, en diferente habitación.

Desayuné carnitas, comí corundas y cené 300 ml. de agua mineral.

Subí al mirador y respiré un cielo invadido de tejados rojos.

Tomé 32 fotografías; grabé un video.

Escuché la voz melodiosa de una mujer cantar bajo la regadera vecina.

Dormí en una cama desconocida instalada en medio de un poblado conocido.

Me desvelé escribiendo, apagué el despertador y olvidé la cuenta de los días.

Visité siete iglesias, escuché una misa y hablé con Dios a solas.

Vi danzar a los “viejitos” de 12 años.

Apagué la luz del atardecer y prendí una estrella para alumbrarme.

Viajé en un “urbano” y rebasamos un tractor.

Fui testigo de la fe que, paso a paso de rodillas, se acercó al altar con un bebé entre sus brazos.

Caminé despacio sobre adoquines, empedrados y rechinantes pisos de madera.

Navegué rumbo a la isla y subí 271 escalones para saludar a Morelos.

Me perdí entre las calles a través de un mercado.

Redacté palabras en la terminal de Morelia, en espera de las 4 para regresar a casa.

Aprendí de la nostalgia, extrañé a los que quiero y añoré a quienes aún no conozco.

Vi rayos de sol que bañaban los campos de dorado.

Olvidé muchas cosas, guardé silencio y me reencontré conmigo.

Prometí volver.

lunes, 6 de abril de 2009

Blaze of glory (fragmento)

Each night I go to bed
I pray the lord my soul to keep
No I ain’t looking for forgiveness
But before I’m six foot deep
Lord, I got to ask a favor
And I’ll hope you’ll understand
‘cause I’ve lived life to the fullest
Let this boy die like a man
Staring down the bullet
Let me make my final stand

Bon Jovi

Siempre

Solía amortiguar la rutina en mi trinchera de letras que almacenaba en este rincón electrónico desde donde malabareaba con frases, párrafo...