El 17 de agosto de 2007 publiqué en este espacio un post que hacía referencia a leyes tan absurdas como ser decapitado por masturbarse en Indonesia, o fusilado por un pelotón si se conducía ebrio en El Salvador. Cuando leí aquellos casos, la mejor de mis carcajadas brotó de mi boca, aunque después me pensé con los pies en alguno de esos lugares y terminé por esconderme debajo de la cama y rezar para que los antojos sexuales y el sabor de una deliciosa cebada líquida jamás se crucen en mi camino si un día los visito.
Pero ya nada es de sorprenderse. Antes decía: “eso pasa sólo en otros países lejanos, porque en México sí somos racionales y tolerantes”. Sin embargo, ahora con las prohibiciones de las minifaldas “para evitar violaciones“ y besarse en público “porque va contra la moral”, mis afirmaciones hicieron que me creciera la nariz.
Pues para echarle más jocosidad al asunto, nuevamente se dieron a conocer leyes de primer mundo, aquellas que sólo a flamantes y reconocidos personajes se les podían ocurrir en una noche de copas y pasones de hierbas exóticas. The Times las dio a conocer y más vale irse previniendo, no vaya a ser que en una de esas acabemos con cara de what? y nos llevemos una amarga sorpresita.
Empecemos en Italia, donde comer pizza en la calle es un delito, pero además está prohibido que se sienten más de dos personas en las bancas de los parques y hacer castillos de arena en algunas playas. Eso sin mencionar que andar en patineta, podar el césped en verano o sacudir un mantel desde el balcón también son prohibiciones en la tierra del mismísimo coliseo más famoso del planeta.
Pero gringolandia no se queda atrás. En Kentucky está prohibido llevar armas ocultas que excedan los dos metros de largo; en Vermont las mujeres necesitan un permiso firmado por sus maridos para usar dentadura postiza; y en Ohio es ilegal tener un pez borracho.
Y como en territorio mexicano copiamos lo bueno de otros países (realitys shows, telenovelas, series televisivas y demás porquería), no quiero quedarme atrás en el asunto de las leyes, así que ahí les van mis propuestas: dos años de cárcel a todo aquel que coma tacos al pastor sobre la banqueta, y multa de cinco salarios mínimos si lo hace acompañado de una cerveza; tres noches en el bote por andar en avalancha e invadir el carril del metrobús; prohibición total para portar armas de grueso calibre, tales como pistolas de agua o cascarones rellenos de confeti; las mujeres deben solicitar permiso de sus suegras para teñirse el cabello de color rojo o morado, y los hombres requieren aprobación del Congreso para dejarse la barba y el bigote por más de un mes. Lo del pez borracho lo someto a votación, ya que ante la actual escasez de agua, la cerveza puede ser la opción para llenar peceras y después de mantener fresco al Nemo en cuestión, hasta podemos reciclarla para que no se desperdicie.
¿Ya ven? Siempre lo he dicho: tal vez en mi otra vida fui político o representante de la ciudadanía para proponer leyes y así vivir todos en armonía. También es muy cierto que debemos conocer las normas para poder quebrantarlas, pero ya quisiera ver al valiente poniéndose tremenda jarra en tierra salvadoreña o a una bella dama salir con minifalda y señalarla “por faltar a las buenas costumbres y provocar a los violadores”… ah perdón, ésto último sí sucede en México (qué deprimente).
Así que ya saben: ni el verde, ni el amarillo ni el tricolor. Para leyes eficientes, aplicables y divertidas... sólo las mías. Este 5 de julio vota por alo. No te prometo playas artificiales ni terceros pisos en el periférico, únicamente leyes para pasar un buen rato, aunque al final los políticos me las copien y terminen por aplicarlas. ¿Pero serán capaces? No creo.
Pero ya nada es de sorprenderse. Antes decía: “eso pasa sólo en otros países lejanos, porque en México sí somos racionales y tolerantes”. Sin embargo, ahora con las prohibiciones de las minifaldas “para evitar violaciones“ y besarse en público “porque va contra la moral”, mis afirmaciones hicieron que me creciera la nariz.
Pues para echarle más jocosidad al asunto, nuevamente se dieron a conocer leyes de primer mundo, aquellas que sólo a flamantes y reconocidos personajes se les podían ocurrir en una noche de copas y pasones de hierbas exóticas. The Times las dio a conocer y más vale irse previniendo, no vaya a ser que en una de esas acabemos con cara de what? y nos llevemos una amarga sorpresita.
Empecemos en Italia, donde comer pizza en la calle es un delito, pero además está prohibido que se sienten más de dos personas en las bancas de los parques y hacer castillos de arena en algunas playas. Eso sin mencionar que andar en patineta, podar el césped en verano o sacudir un mantel desde el balcón también son prohibiciones en la tierra del mismísimo coliseo más famoso del planeta.
Pero gringolandia no se queda atrás. En Kentucky está prohibido llevar armas ocultas que excedan los dos metros de largo; en Vermont las mujeres necesitan un permiso firmado por sus maridos para usar dentadura postiza; y en Ohio es ilegal tener un pez borracho.
Y como en territorio mexicano copiamos lo bueno de otros países (realitys shows, telenovelas, series televisivas y demás porquería), no quiero quedarme atrás en el asunto de las leyes, así que ahí les van mis propuestas: dos años de cárcel a todo aquel que coma tacos al pastor sobre la banqueta, y multa de cinco salarios mínimos si lo hace acompañado de una cerveza; tres noches en el bote por andar en avalancha e invadir el carril del metrobús; prohibición total para portar armas de grueso calibre, tales como pistolas de agua o cascarones rellenos de confeti; las mujeres deben solicitar permiso de sus suegras para teñirse el cabello de color rojo o morado, y los hombres requieren aprobación del Congreso para dejarse la barba y el bigote por más de un mes. Lo del pez borracho lo someto a votación, ya que ante la actual escasez de agua, la cerveza puede ser la opción para llenar peceras y después de mantener fresco al Nemo en cuestión, hasta podemos reciclarla para que no se desperdicie.
¿Ya ven? Siempre lo he dicho: tal vez en mi otra vida fui político o representante de la ciudadanía para proponer leyes y así vivir todos en armonía. También es muy cierto que debemos conocer las normas para poder quebrantarlas, pero ya quisiera ver al valiente poniéndose tremenda jarra en tierra salvadoreña o a una bella dama salir con minifalda y señalarla “por faltar a las buenas costumbres y provocar a los violadores”… ah perdón, ésto último sí sucede en México (qué deprimente).
Así que ya saben: ni el verde, ni el amarillo ni el tricolor. Para leyes eficientes, aplicables y divertidas... sólo las mías. Este 5 de julio vota por alo. No te prometo playas artificiales ni terceros pisos en el periférico, únicamente leyes para pasar un buen rato, aunque al final los políticos me las copien y terminen por aplicarlas. ¿Pero serán capaces? No creo.
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