viernes, 7 de noviembre de 2008

100 a los 28

Hoy tengo dos motivos para escribir. El primero de ellos, literario, responde a que el presente post es el número 100 del blog nacido hace casi un año y medio; la segunda razón, personal, es para evidenciar que justamente hoy el calendario me ha favorecido al regalarme 365 días más de vida.

Mucho puedo decir acerca de este espacio donde miles de letras han brotado, consecuencia de una inspiración de la que aún me pregunto por su origen. Hoy sólo sé que formar palabras para darles cierto sentido se ha convertido en una necesidad y el blog funciona para experimentar con ello. El coctel de elementos que lo conforman (llámense risas, llanto, desvelos, ironía, música, poesía y un pequeño gran etcétera) me hacen pensar que bien ha valido la pena fijar la vista en el monitor y los dedos en el teclado, pues al menos este ejercicio me ha ahorrado una buena lana en terapias psicológicas.

No me pondré nostálgico ni pasearé por la alfombra roja para luego recibir un premio al más puro estilo telenovelero por haber llegado hasta aquí, sin embargo, me siento afortunado al decir que los personajes involucrados en esta trama literaria —me incluyo en ellos—, voluntaria o involuntariamente, han ayudado a entretejer historias que hoy recuento con una sonrisa reflejada en los labios.

Si hace dos años alguien me hubiera dicho que yo sería el autor de tanto rollo, mi respuesta habría sido que era más fácil ser astronauta y viajar a la luna con cinco pesos… afortunadamente la equivocación me hubiera golpeado. Hoy día no sé hasta dónde llegaré con este blog. Tal vez las musas en algún momento agoten sus palabras y deseen suicidarse antes que darme más argumentos, o quizás muestren un mínimo interés para seguirme alimentando. Ojalá sea lo segundo.

¿Cuál ha sido mi post favorito? Ni yo tengo la respuesta. Tal vez todos, quizás ninguno, o puede ser el que aún no escribo. Aquí no se trata de elección sino de regalarme el gusto de hacer algo que me inyecta una dosis de emoción y compartirlo con los demás. En un día como hoy sin duda éste es uno de mis mejores regalos.

Finalmente, sólo quiero agradecer a las palabras y a aquellos que me han motivado a escribirlas, ante su ausencia seguramente hubiese dedicado mi tiempo a otra cosa con resultado menos positivo. Por los que estuvieron en ellas, los que todavía están y los que estarán, puedo asegurarles que aquí seguiré dando lata con mis letras...

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