viernes, 20 de junio de 2008

... siempre

Para dedicarte algunas líneas pensé en adornar mis letras y escribir cuanto adjetivo garigoleado llegase a mi mente, pero tu renuncia a toda apariencia y fingimientos lo descubriría de inmediato y entonces el maquillaje literario terminaría por aburrirnos. Olvidemos pues semejante intento y mejor invoquemos la táctica del maestro Benedetti, que consistía en ser franco y no vendernos simulacros. Sería un mejor comienzo.

Pues bien, empezaré con una confesión personal: supe de tu existencia hace un par de semanas. Llamaste mi atención entre un mundo periodístico cuyas calamidades y desgracias son el pan de cada día, y después de algunos vistazos a tu blog y los recortes de una página fechada en martes y jueves de una semana cualquiera, acabé sentado frente al monitor escribiendo como tú también lo haces a menudo.

Si me preguntaras el objetivo de estos párrafos dedicados a tu persona, te respondería con sinceridad que después de más de 10 líneas escritas aún no lo sé. Tal vez pueda enumerar una y otra cualidad de forma de ser y enfrentar la vida, pero mucho me temo que alguien más se me ha adelantado en ese renglón, por lo tanto sólo me limitaré a decirte que hoy, en este espacio, inauguras la sección de “blog no crítico o satírico” que mucho me ha dado para visitar estos rumbos electrónicos.

Tu nombre inscrito en el raiting virtual seguramente es la envidia de muchos y no es para menos, porque más allá de mostrarte tal cual eres, reflejas en tus letras un estilo tan peculiar que complementa aquello físicamente visible... “eres lo que escribes”, diría sin temor a equivocarme.

También admito mi admiración por defender de forma tan especial lo que otros tachan de incorrecto. Hacen falta más “güeritas” que apenas pasan las dos décadas de edad y que vayan por la vida sin auto-censura, fiel a sus convicciones sin dañar a terceros y, más aún, disfrutando lo que practican cotidianamente.

Y si las heroínas modernas existen, a partir de ahora he archivado tu nombre en esa carpeta personal. Mientras la vida te dé para continuar haciendo lo que te plazca y de rebote nos desprenda una sonrisa o mínima reflexión, yo estaré agradecido por ello.

Todos deberíamos tener un manifiesto como el tuyo, para pregonar con toda certeza el porqué de nuestro andar por esta Tierra y encontrarle sentido a lo que muchas veces vivimos de cabeza.

Cuentas ya con un bloguero para leerte, y entre cientos más —tal vez miles— alguien seguirá tus episodios diarios cual si fuera la mejor serie televisiva que en mis años pubertos no solía perderme, y todo para repetir la misma moraleja de “irse a dormir con más decisiones que ayer, pero menos que mañana”.

1 comentario:

  1. Me consta que no es tan fácil escribir un rollito que sea agradable leer y esté bien redactado. Hacerlo divertido ya es boleto aparte, pero encontrar en estos mundos un cabrón que te regale un rato leyendo algo con buena ortografía, no tiene precio.

    Gracias amigo, por tus palabras sin adjetivos ni garigoleos, pero con buena vibra pa’ una oveja descarriada con vocación de no sé qué.

    Besitos
    Fernanda, siempre…

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Siempre

Solía amortiguar la rutina en mi trinchera de letras que almacenaba en este rincón electrónico desde donde malabareaba con frases, párrafo...