Era el día más esperado por los chavos pero, paradójicamente, también fue el último de sus vidas. El relajo estaba planeado y marcaba el inicio de sus vacaciones que, en este caso, no llegarían a disfrutar. Juventud, música, algarabía y un operativo policial tercermundista se conjugaron para dar la nota trágica del día. Así comenzó el fin de semana al norte de la ciudad.
News Divine se llamaba el lugar. Y se deberá esperar a que la memoria de la gente se pierda entre los nubarrones del tiempo para ver abierto nuevamente el establecimiento con otro nombre y, desde luego, con un nuevo amparo, ya que sus cuatro previas clausuras han servido de poco porque los negocios “debajo del agua” pueden más que cualquier papel.
¿Que ahí se vendían y consumían drogas, y la corrupción se movía a sus anchas? Eso no es noticia, lo malo es que ahora “la cuota” pagada fue mayor: vidas humanas que ahora yacen acostadas en una plancha metálica y con el cuerpo cubierto por una sábana blanca.
Versiones hay muchas, y créale a la que usted quiera. Los argumentos van de un lado para el otro, y por supuesto, nadie fue el responsable. Que si el DJ anunció el operativo, apagó la música y alentó a salir del antro; que si la policía cerró la única puerta del lugar, de apenas dos metros de ancho, donde estaban casi mil jóvenes; que si el gas lacrimógeno hizo su presencia... explíquenselo y convenzan a los padres de familia que a partir de ahora verán una recámara vacía en sus hogares. ¿Asunto sencillo?
Lo más alarmante del caso, independientemente de las vidas arrancadas sin explicación lógica, es que aún no se aprende la lección. Hace ocho años fue el incendio del Lobohombo, hoy fue una estampida humana cuya conclusión arrojó la muerte de varios jóvenes y algunos policías, ¿mañana qué sigue? Ah, pero eso sí, “hubo algunos errores en el operativo”, “usted disculpe, cancelaremos el lugar”, mágicos argumentos para tranquilizarnos, ¡cómo no! Sin olvidar la burocracia y mentiras que soportaron los padres de los hoy fallecidos en el SEMEFO, cuando la necropsia dictaba asfixia como la causa de muerte.. Me pregunto entonces si golpes y moretones visibles en un cuerpo son producto de una “asfixia”, seguramente por eso reprobé el curso de primeros auxilios en la secundaria. Por favor, ¡con esos cuentos a otra parte!
Ayer leía el comentario de una persona en un diario electrónico, y mencionaba que las revisiones a antros estarán a la orden del día y ahora sí todo permanecerá en regla. Claro, después del niño ahogado, a tapar el pozo... hasta que otra mala nueva se haga presente. Ojalá me equivoque.
News Divine se llamaba el lugar. Y se deberá esperar a que la memoria de la gente se pierda entre los nubarrones del tiempo para ver abierto nuevamente el establecimiento con otro nombre y, desde luego, con un nuevo amparo, ya que sus cuatro previas clausuras han servido de poco porque los negocios “debajo del agua” pueden más que cualquier papel.
¿Que ahí se vendían y consumían drogas, y la corrupción se movía a sus anchas? Eso no es noticia, lo malo es que ahora “la cuota” pagada fue mayor: vidas humanas que ahora yacen acostadas en una plancha metálica y con el cuerpo cubierto por una sábana blanca.
Versiones hay muchas, y créale a la que usted quiera. Los argumentos van de un lado para el otro, y por supuesto, nadie fue el responsable. Que si el DJ anunció el operativo, apagó la música y alentó a salir del antro; que si la policía cerró la única puerta del lugar, de apenas dos metros de ancho, donde estaban casi mil jóvenes; que si el gas lacrimógeno hizo su presencia... explíquenselo y convenzan a los padres de familia que a partir de ahora verán una recámara vacía en sus hogares. ¿Asunto sencillo?
Lo más alarmante del caso, independientemente de las vidas arrancadas sin explicación lógica, es que aún no se aprende la lección. Hace ocho años fue el incendio del Lobohombo, hoy fue una estampida humana cuya conclusión arrojó la muerte de varios jóvenes y algunos policías, ¿mañana qué sigue? Ah, pero eso sí, “hubo algunos errores en el operativo”, “usted disculpe, cancelaremos el lugar”, mágicos argumentos para tranquilizarnos, ¡cómo no! Sin olvidar la burocracia y mentiras que soportaron los padres de los hoy fallecidos en el SEMEFO, cuando la necropsia dictaba asfixia como la causa de muerte.. Me pregunto entonces si golpes y moretones visibles en un cuerpo son producto de una “asfixia”, seguramente por eso reprobé el curso de primeros auxilios en la secundaria. Por favor, ¡con esos cuentos a otra parte!
Ayer leía el comentario de una persona en un diario electrónico, y mencionaba que las revisiones a antros estarán a la orden del día y ahora sí todo permanecerá en regla. Claro, después del niño ahogado, a tapar el pozo... hasta que otra mala nueva se haga presente. Ojalá me equivoque.
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