Un día cualquiera en un país cualquiera. Aquel hombre curioso y atendiendo a la naturaleza de los instintos acude al puesto de videos para adquirir uno cuyo tema principal es el sexo explícito (en México creo que de esos no existen). Regresa a casa y, con la certeza de que nadie lo observa, se dispone a disfrutar de algunos minutos de gloria terrenal reflejados en la pantalla de su televisor. Las escenas comienzan y algunas parejas se entrelazan en un ambiente de ruidos y posiciones diversas.
La temperatura asciende y, a la par de los minutos, transcurren también secuencias salpicadas de morbo provenientes de una cámara oculta en un hotel anónimo. “La mejor forma de librarse de la tentación es caer en ella”, bien podría pensarse en este caso… y efectivamente así sucedió.
Affairs with Others Wives (“Aventuras con las esposas de otros”) se hacía llamar aquel DVD que puso en práctica la líbido de nuestro protagonista, sin embargo, y muy a su pesar, el título era demasiado sugerente para ser real. El rostro de una mujer, y tal vez algo más, le parecía familiar. Su sospecha pasó a ser evidencia cuando comprobó que, lejos de tratarse de una actriz dedicada a los menjurjes sexuales, se trataba ni más ni menos que de su esposa. Pero para echarle más sabor al caldo —literalmente— también vio que el susodicho elegido para derramar pasión extramarital era uno de sus mejores amigos.
Sí, habiendo millones de filmes candentes, de diversas categorías, con muchos actores y actrices de varias nacionalidades, y además múltiples lugares para adquirir un video (original o pirata)… tenía que toparse justamente con este tan especial. Qué pequeño es el mundo, ¿apoco no?
Les aseguro que no tomé vodka mezclado con tepache o es una historia producto de mi imaginación. La noticia se dio a conocer en Taiwán donde Lee, un carpintero residente en las cercanías de Taipei, fue presa de tal hallazgo que le valió tremendo coraje y una puñalada en el muslo a su “gran amigo” gracias al cual ahora lleva en la frente la leyenda CORNUDO. De su esposa mejor ni hablemos, quién sabe dónde habrá metido la cabeza. Encima de todo, el afectado pagará una condena de seis meses por daños corporales… ¡Maravillosas son las leyes!
Y dicen que Tlalpan y la Merced son la crema y nata de estos asuntos. Ya tienen competencia a varios cientos de kilómetros de aquí y, dicho sea de paso, han establecido el mejor de los pretextos para comprar la cuarta temporada de Playboy en video: sólo para comprobar que no me ponen el cuerno, así tenga que investigarlo en el catálogo completo de la sex-shop o hasta en los puestos afuera del Metro (no por otra cosa, aclaro). Sin embargo, creo que me fui al extremo en comparar a la empresa norteamericana con los casos cotidianos que ocurren de manera clandestina y, a pesar de ello, suelen tener cierta demanda de los consumidores, ¿si no, por qué se venden? Llamémosles pues Las Mejores Guaifs de Pleiboi para que nos entendamos.
Y si un día su esposa llega a casa con una radiante sonrisa diciéndole que será la siguiente protagonista de una película, desconfié un poco de ella, pues si no salió en X-Men o en alguna de Disney, quizás habría que someterla al detector de mentiras… o acudir a la premier en el tercer piso del Hotel Garage.
La temperatura asciende y, a la par de los minutos, transcurren también secuencias salpicadas de morbo provenientes de una cámara oculta en un hotel anónimo. “La mejor forma de librarse de la tentación es caer en ella”, bien podría pensarse en este caso… y efectivamente así sucedió.
Affairs with Others Wives (“Aventuras con las esposas de otros”) se hacía llamar aquel DVD que puso en práctica la líbido de nuestro protagonista, sin embargo, y muy a su pesar, el título era demasiado sugerente para ser real. El rostro de una mujer, y tal vez algo más, le parecía familiar. Su sospecha pasó a ser evidencia cuando comprobó que, lejos de tratarse de una actriz dedicada a los menjurjes sexuales, se trataba ni más ni menos que de su esposa. Pero para echarle más sabor al caldo —literalmente— también vio que el susodicho elegido para derramar pasión extramarital era uno de sus mejores amigos.
Sí, habiendo millones de filmes candentes, de diversas categorías, con muchos actores y actrices de varias nacionalidades, y además múltiples lugares para adquirir un video (original o pirata)… tenía que toparse justamente con este tan especial. Qué pequeño es el mundo, ¿apoco no?
Les aseguro que no tomé vodka mezclado con tepache o es una historia producto de mi imaginación. La noticia se dio a conocer en Taiwán donde Lee, un carpintero residente en las cercanías de Taipei, fue presa de tal hallazgo que le valió tremendo coraje y una puñalada en el muslo a su “gran amigo” gracias al cual ahora lleva en la frente la leyenda CORNUDO. De su esposa mejor ni hablemos, quién sabe dónde habrá metido la cabeza. Encima de todo, el afectado pagará una condena de seis meses por daños corporales… ¡Maravillosas son las leyes!
Y dicen que Tlalpan y la Merced son la crema y nata de estos asuntos. Ya tienen competencia a varios cientos de kilómetros de aquí y, dicho sea de paso, han establecido el mejor de los pretextos para comprar la cuarta temporada de Playboy en video: sólo para comprobar que no me ponen el cuerno, así tenga que investigarlo en el catálogo completo de la sex-shop o hasta en los puestos afuera del Metro (no por otra cosa, aclaro). Sin embargo, creo que me fui al extremo en comparar a la empresa norteamericana con los casos cotidianos que ocurren de manera clandestina y, a pesar de ello, suelen tener cierta demanda de los consumidores, ¿si no, por qué se venden? Llamémosles pues Las Mejores Guaifs de Pleiboi para que nos entendamos.
Y si un día su esposa llega a casa con una radiante sonrisa diciéndole que será la siguiente protagonista de una película, desconfié un poco de ella, pues si no salió en X-Men o en alguna de Disney, quizás habría que someterla al detector de mentiras… o acudir a la premier en el tercer piso del Hotel Garage.
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