miércoles, 9 de septiembre de 2009

La profecía del avión secuestrado

“Interrumpimos esta programación —corrección: aburrida programación— para dar una noticia de última hora: un avión comercial con 104 pasajeros que voló de Cancún a la Ciudad de México fue secuestrado. Los responsables exigen hablar con el presidente de la República. Vamos en vivo y en directo con nuestros corresponsales al lugar de los hechos…”.

Así es amable tele auditorio (así nos llaman las televisoras a quienes les regalamos minutos de nuestro tiempo a favor de su raiting), hoy fuimos testigos del mejor reality aero-show que jamás haya presenciado México. Y es que ni El desafío de estrellas ni Hazme reír fueron capaces de acaparar la atención de tal forma. Ahora resulta que un sujeto cualquiera, con una personalidad de dusosa procedencia, puso a prueba a a las autoridades nacionales para que desquitaran su sueldo.

Camionetas por aquí, militares, policías y marinos por allá, un despliegue que el mismísimo SWAT gringo envidiaría, y una perfecta y "objetiva" cobertura periodística fueron el escenario que hoy día dará la nota más relevante en los medios nacionales e internacionales… y todo por culpa de un pastor boliviano que se salió del rebaño. Caray, tan emocionante que parecía todo el teatro televisivo.

Confieso que anduve con el zapping a la orden del día sólo por ver quién se mostraba más amarillista y daba sus argumentos más fumados, pero el asunto resultó tan patético que 15 minutos bastaron para apagar la caja idiota. En el Ajusco, el-que-dia-rio-anun-cia-los-he-chos hacía acto de presencia, pero en Chapultepec el teacher me quedó mal y brilló por su ausencia. Como sea, el tan sonado secuestro sólo resultó ser un acto digno del programa dedicado a los comediantes.

Y no me quiero ver como un quejumbroso que a todo le ve el lado negativo y burlón, pero le invito a pensar, únicamente por un minuto, como un secuestrador decente (ya no hablemos de pasantes de Al Qaeda, esos ya están en las ligas mayores y no se andan con jaladas): ¿tomaría un avión con más de 100 pasajeros sin la ayuda de arma alguna (ni siquiera una corcholata)?, ¿no se haría del control de la aeronave a través de la cabina y su tripulación, o más aún, no desviaría su trayectoria hacia otro lugar para aterrizarla?, ¿dejaría libres a todos los rehenes luego de 45 minutos de hacer su heroico acto sin ver sus demandas cumplidas, e incluso de forma tan caballerosa al ordenar primero las mujeres y los niños (sólo les faltó decir: no corro, no grito, no empujo)?, ¿para qué exigir hablar con el mandamás del país habiendo gente más interesante que él para entablar una conversación?

Pero resultó ser un sujeto cuya profecía indicaba que el 9 del 9 del 09 era cabalístico e iba a advertirnos no sé qué por mandato divino, y bla, bla, bla, y dale otro jalón al porro de hierba… al final hasta salió con el cuento de que tenía como cómplices a tres personajes: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Sin embargo, las imágenes mostraron también a varios apóstoles inmiscuidos, ¿o quienes eran esos extra que atraparon?

Luego, las entrevistas con los supuestos secuestrados que sobrevivieron para contarlo: jamás se pusieron nerviosos, nunca hubo amenazas, todos estuvieron tranquilos y casi casi se echaban unas chelas mientras se resolvía el caso. A su vez, los uniformados portadores de distintas casacas se rifaban para agarrar a quienes pretendían hacer explotar un par de latas de jugo rellenas de tierra, y como estaban en vivo para la TV mundial, había que salir muy fashion y bien peinados (aunque ahora sí se vieron coordinados y no se balearon entre ellos mismos).

En fin, para pasar el rato estuvo bueno. ¿Ahora qué sigue?, ¿un secuestro al trolebús de la ruta Cero?, ¿o quizás hundir las trajineras de Xochimilco? Al menos Aeroméxico tuvo publicidad de a gratis en televisión para aumentar sus bonos en tiempo de crisis y de hoy en adelante aplicará el alcoholímetro a sus pasajeros. ¿O será acaso que el tipo responsable andaba de spring breaker en Cancún y subido de copas se le ocurrió cotorrerar un rato nomás para ver qué se sentía salir en la tele? Sus cinco minutos de fama los tiene bien merecidos, claro, a costa de un rato tras las rejas. Ah, pero estamos en México, y tal vez el detalle no pase, como dijeron Los Enanitos Verdes y seguramente cantaba "el iluminado", de un simple lamento boliviano... "Y yo estoy aquí borracho y loco... nene no secuestres más aviones, que los viajantes se van a atrasar".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Siempre

Solía amortiguar la rutina en mi trinchera de letras que almacenaba en este rincón electrónico desde donde malabareaba con frases, párrafo...