¡Qué barbaridad! Y yo me quejaba del reglamento de tránsito metropolitano por sus promesas viales de primer nivel. Créalo, hay leyes más… ¿cómo decirlo?, más, más… ¿raras?, ¿curiosas?, ¿absurdas?
The Times publicó un listado de textos legislativos de lo más extravagante. Por ejemplo, si usted va de turista soltero a Indonesia por un mes, le tengo una muy mala noticia: la práctica sexual personal, es decir, sin compañía alguna, tendrá que suspenderla porque está penada. Si por alguna razón en una noche solitaria se le ocurre ver una película candente, de esas catalogadas XXX y después de una hora la temperatura corporal le sube tanto y le dan ganas de… ya sabe qué por cuenta propia, puede ser decapitado. Así como lo lee. Lo que pueden costar 10 minutos de gloria terrenal a solas (falta ver quien será el chismoso, porque no creo que ande pregonando por las calles la práctica de semejante acto sexual en privado).
Otro caso, un tanto asqueroso, es la ley en Gran Bretaña que da oportunidad a las mujeres embarazadas de orinar o defecar en la vía pública. Lo grave del asunto es que el recipiente para hacerlo puede ser el casco de cualquier oficial de policía. ¡Pobres uniformados! Con semejante ley, tienen dos opciones: resignarse a ser usados como baño público o, de plano, renunciar.
Pero hay más: a los hombres sólo se les permite hacerla de fuente donde el chorrito se hacía grandote y se hacía chiquito, con la restricción de que sea en la llanta trasera de su automóvil y apoyados con su mano derecha sobre el coche. ¿Y si no soy zurdo? ¿De cuánto será la multa? Y no por regar la vía pública, sino por haber nacido diestro.
Los taxistas de Londres se pueden reservar el derecho de subir a un pasajero con un perro rabioso, que cargue con un cadáver o lleve la peste… no fuera en México porque por carga extra, fuera cual fuera, capaz que cobran una lana extra.
En Florida, EU, una mujer puede terminar en la cárcel si salta de paracaídas en domingo. ¿La versión mexicana dictaría tres días de arresto si te lanzas del bungie en viernes por la tarde? Ni lo que cuesta el brinco.
Y para rematar estas leyes, una más que dejaría miles de muertos cada fin de semana en territorio nacional (en caso de aplicarse): en El Salvador todo aquel que conduzca un vehículo en estado de ebriedad puede ser ejecutado por un pelotón. Así hasta yo me abstengo de echarme unas cuantas chelas. Ya me imagino ir por Reforma a 100 kilómetros por hora y cuando una patrulla me detenga, en vez de aplicarme al alcoholímetro, me aplique 15 balazos… ni la cruda me dejarían disfrutar.
Rarezas de este mundo pues, ya lo vemos. Ojalá alguna idea parecida no llegue a las cabezas de los legisladores mexicanos, no vayan a pedir quemar en la hoguera en pleno Zócalo a todo aquel que falte un día al trabajo. Eso jamás sucederá porque ellos mismos estrenarían la ley. Aunque viéndolo bien, a algunos microbuseros se les podría aplicar eso de los plomazos por conducir peor de lo que tratan a los pasajeros.
Política finalmente. ¿No podrían mejor inventar leyes contra la inseguridad o la delincuencia? Algo contra aquellos que contaminan o acaban con la naturaleza es más importante que saber si alguien se masturba o no… vaya forma de perder el tiempo.
The Times publicó un listado de textos legislativos de lo más extravagante. Por ejemplo, si usted va de turista soltero a Indonesia por un mes, le tengo una muy mala noticia: la práctica sexual personal, es decir, sin compañía alguna, tendrá que suspenderla porque está penada. Si por alguna razón en una noche solitaria se le ocurre ver una película candente, de esas catalogadas XXX y después de una hora la temperatura corporal le sube tanto y le dan ganas de… ya sabe qué por cuenta propia, puede ser decapitado. Así como lo lee. Lo que pueden costar 10 minutos de gloria terrenal a solas (falta ver quien será el chismoso, porque no creo que ande pregonando por las calles la práctica de semejante acto sexual en privado).
Otro caso, un tanto asqueroso, es la ley en Gran Bretaña que da oportunidad a las mujeres embarazadas de orinar o defecar en la vía pública. Lo grave del asunto es que el recipiente para hacerlo puede ser el casco de cualquier oficial de policía. ¡Pobres uniformados! Con semejante ley, tienen dos opciones: resignarse a ser usados como baño público o, de plano, renunciar.
Pero hay más: a los hombres sólo se les permite hacerla de fuente donde el chorrito se hacía grandote y se hacía chiquito, con la restricción de que sea en la llanta trasera de su automóvil y apoyados con su mano derecha sobre el coche. ¿Y si no soy zurdo? ¿De cuánto será la multa? Y no por regar la vía pública, sino por haber nacido diestro.
Los taxistas de Londres se pueden reservar el derecho de subir a un pasajero con un perro rabioso, que cargue con un cadáver o lleve la peste… no fuera en México porque por carga extra, fuera cual fuera, capaz que cobran una lana extra.
En Florida, EU, una mujer puede terminar en la cárcel si salta de paracaídas en domingo. ¿La versión mexicana dictaría tres días de arresto si te lanzas del bungie en viernes por la tarde? Ni lo que cuesta el brinco.
Y para rematar estas leyes, una más que dejaría miles de muertos cada fin de semana en territorio nacional (en caso de aplicarse): en El Salvador todo aquel que conduzca un vehículo en estado de ebriedad puede ser ejecutado por un pelotón. Así hasta yo me abstengo de echarme unas cuantas chelas. Ya me imagino ir por Reforma a 100 kilómetros por hora y cuando una patrulla me detenga, en vez de aplicarme al alcoholímetro, me aplique 15 balazos… ni la cruda me dejarían disfrutar.
Rarezas de este mundo pues, ya lo vemos. Ojalá alguna idea parecida no llegue a las cabezas de los legisladores mexicanos, no vayan a pedir quemar en la hoguera en pleno Zócalo a todo aquel que falte un día al trabajo. Eso jamás sucederá porque ellos mismos estrenarían la ley. Aunque viéndolo bien, a algunos microbuseros se les podría aplicar eso de los plomazos por conducir peor de lo que tratan a los pasajeros.
Política finalmente. ¿No podrían mejor inventar leyes contra la inseguridad o la delincuencia? Algo contra aquellos que contaminan o acaban con la naturaleza es más importante que saber si alguien se masturba o no… vaya forma de perder el tiempo.
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