miércoles, 30 de mayo de 2007

Voto por un riñón

Se puede votar para muchas cosas: para elegir presidente, para ser jefe de manzana (yo no conozco al mío) o, en el mejor de los casos, para ver quién va por los refrescos a la tienda... también para ver quién se gana un riñón.

Y póngale cualquier cantidad de adjetivos: escandaloso, falta de ética, inaceptable, morboso. La cuestión es que en un par de días más un reality show holandés pondrá en la pantalla chica a tres participantes quienes buscarán el trofeo jamás imaginado en un espectáculo televisivo: un riñón.

La tripleta de individuos, con necesidad del órgano para su transplante, podrá apreciarse en la caja cuadrada haciendo gala de su mejor esfuerzo para convencer al público de votar por uno de ellos e influir en la decisión de la donante terminal de 37 años para decir “éste es mi gallo”.

Imagino la perversión respecto al tema: un domingo cualquiera, aquel individuo prepara su refresco y botana para sintonizar el canal del "Gran Donante", se sienta cómodamente en su sillón, toma el control remoto, enciende el televisor y piensa: “veamos cuál caso me parece más tierno para mandar mi mensaje por celular, a ver si se gana su riñón”.

Los productores argumentan que lo hacen para evidenciar la falta de donación de órganos en Holanda. Entonces me pregunto: si en un país hay gente que a diario muere de hambre, ¿la mejor forma de alertar a la sociedad sobre el asunto es tomar a 10 de esas personas, sacarlas en un programa y recibir votos para ver cuál de ellas se lleva una despensa? O peor aún, si otros más requieren un transplante de sangre en calidad de urgente, ¿los pongo frente a las cámaras para demostrar su necesidad y decidir por voluntad del público quién merece vivir?

Y pensé que "Bailando por un sueño" era el límite de las historias de vida llevadas al extremo. Sin duda el raiting televisivo a veces rebasa lo imaginado, porque dudo que "El Gran Donante" esté hecho sólo de buena fe, para crear conciencia y demostrar que la donación de órganos es escasa no sólo en aquel país sino en el resto del mundo.

La crítica va también un poco a quien dará su riñón a cualquiera de los tres participantes. ¿Será que en su estado terminal tuvo la idea de montar un show para disputarse lo que ella bien pudo dar de forma altruista sin necesidad de cámaras y reflectores? Es cierto que otorgará la oportunidad de seguir con vida a alguien más, eso no se juzga, pero hacer que dos personas se vayan con las manos vacías cuando pusieron todas sus esperanzas en ella, no se vale. Jugar con las necesidades ajenas, y más aún, cuando éstas te llevan a hacer cosas inimaginables es sin duda un acto reprobable.

Pero no menos se puede esperar de Endemol, compañía productora de semejantes shows televisivos. Basta con mencionar que en el Reino Unido fue acusado de racismo y en Australia nunca le notificó a una de sus participantes que su padre había fallecido mientras ella estaba en el reality. El caso de México ya hasta me da flojera mencionarlo... prefiero ver las películas del Santo, me dan menos miedo.

Ojalá que las conciencias sean tocadas de mejores y más creativas maneras. A estas alturas sólo falta esperar el reality donde se decida quién tiene un aborto frente a las cámaras... aunque analizándolo bien, y pensando como productor de programas basura, la idea no es tan descabellada. Mejor ya no digo nada, no me vayan a tomar la palabra.

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