Lo que pocas veces hago: soportar el noticiario de las tres de la tarde. Y es que deja manchada la pantalla de sangre con los ejecutados del día, la bomba al otro lado del mundo o el bebé de 10 meses con permiso para tener un arma en Estados Unidos. Luego ya me da miedo volver a salir a la calle.
Pero hoy una noticia hizo la diferencia. No se trataba del pago de la deuda externa o del brinco de México al primer mundo. Era algo mejor, único, que valió tras aguantar toda aquella sarta de asesinatos y secuestros: "Intercambia candidata belga sexo oral por votos". Hágame usted el favor. No, mejor que ella se lo haga a los 40 mil apuntadotes que sin dudarlo llenaron solicitud para gozar de cinco minutos de gloria terrenal ofrecidos por la joven de 24 años.
A través de su página web, la candidata promueve el denominado "voto de propuesta imparcial", que es una forma de protesta ante tantas promesas incumplidas por parte de los políticos. Así hasta gusto da votar y qué importa si lo dicho en campaña se cumple o no, dirían los ciudadanos belgas. El pequeño detalle está en saber si en verdad el voto después del acto será a favor de la mujer, porque ya en la urna uno hace con su papeleta lo que le da la gana.
Mientras tanto, imagino a Tania, como se llama la candidata, con su lista en mano de 40 mil ansiosos esperando en la fila. Guinness estaría más que sorprendido con semejante hazaña y las marcas farmacéuticas que combaten los fuegos labiales se harían de muchos billetes.
Lo malo de su acto político es que no promueve la democracia, entendida ésta como la voz de la mayoría, puesto que 40 mil ciudadanos son un mínimo porcentaje en aquel país y otros miles seguramente se quedarán con las ganas de ejercer su derecho al voto... con este nuevo estilo, claro está.
En fin, en este mundo medio loco y medio cuerdo cualquier cosa se puede esperar. Spencer Tunick ya tiene competencia, aunque digamos que de manera más personal y con mayor acercamiento. Veremos si le resulta su estrategia a la belga (sin albur que esto es serio), sólo habría que recomendarle una buena pasta dental y utilizar enjuague bucal todos los días. No me imagino ser ese ciudadano número 39,999, quién sabe qué tanto esté dispuesto a canjear su voto por una felación con una cifra bastante amplia de ciudadanos complacidos detrás de sí. Y ya del número 40 mil mejor ni hablamos.
Pero hoy una noticia hizo la diferencia. No se trataba del pago de la deuda externa o del brinco de México al primer mundo. Era algo mejor, único, que valió tras aguantar toda aquella sarta de asesinatos y secuestros: "Intercambia candidata belga sexo oral por votos". Hágame usted el favor. No, mejor que ella se lo haga a los 40 mil apuntadotes que sin dudarlo llenaron solicitud para gozar de cinco minutos de gloria terrenal ofrecidos por la joven de 24 años.
A través de su página web, la candidata promueve el denominado "voto de propuesta imparcial", que es una forma de protesta ante tantas promesas incumplidas por parte de los políticos. Así hasta gusto da votar y qué importa si lo dicho en campaña se cumple o no, dirían los ciudadanos belgas. El pequeño detalle está en saber si en verdad el voto después del acto será a favor de la mujer, porque ya en la urna uno hace con su papeleta lo que le da la gana.
Mientras tanto, imagino a Tania, como se llama la candidata, con su lista en mano de 40 mil ansiosos esperando en la fila. Guinness estaría más que sorprendido con semejante hazaña y las marcas farmacéuticas que combaten los fuegos labiales se harían de muchos billetes.
Lo malo de su acto político es que no promueve la democracia, entendida ésta como la voz de la mayoría, puesto que 40 mil ciudadanos son un mínimo porcentaje en aquel país y otros miles seguramente se quedarán con las ganas de ejercer su derecho al voto... con este nuevo estilo, claro está.
En fin, en este mundo medio loco y medio cuerdo cualquier cosa se puede esperar. Spencer Tunick ya tiene competencia, aunque digamos que de manera más personal y con mayor acercamiento. Veremos si le resulta su estrategia a la belga (sin albur que esto es serio), sólo habría que recomendarle una buena pasta dental y utilizar enjuague bucal todos los días. No me imagino ser ese ciudadano número 39,999, quién sabe qué tanto esté dispuesto a canjear su voto por una felación con una cifra bastante amplia de ciudadanos complacidos detrás de sí. Y ya del número 40 mil mejor ni hablamos.
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