De verdad ya no quería lanzar pedradas. Me dije a mí mismo antes de acabar el año: “alo, para el 2008 ya bájale un poquito a tus comentarios porque tus críticas a veces duelen”. Pero no, aquí ando nuevamente preguntándome por qué en ocasiones algunos abren la boca más de lo debido... y eso que se dicen ser “profesionales”.
Resulta que un chavo de excelencia académica rechazó su lugar en la UNAM ante una tentadora oferta de irse al extranjero en la búsqueda de una mejor oportunidad. Y como el estudiante tiene récords escolares bastante respetables, pues obviamente aceptar una propuesta de esa magnitud sería bastante lógico. Hasta ahí vamos bien. El “negrito en el arroz” fue el comentario hecho por el director de la institución donde cursó su último nivel académico con el objetivo de convencerlo para abandonar su lugar en la Prepa 2. En pocas palabras le dijo: “en la UNAM vas a ser del montón”. ¿Así o más claro?
Me pregunto acaso si el ilustrísimo personaje habrá puesto algún día un pie en Territorio Puma o tal vez estudió sólo en escuelas privadas. Ojo, no critico a dichas instituciones porque existen varias de reconocido nivel y cuya aportación académica es muy valiosa tanto para los alumnos como para el país. Lo curioso del asunto es que el señor ha de ver a la UNAM como casi nada… unos edificios construidos para que los alumnos se pongan a hacer algo y no anden de vagos.
¿Que feo es hablar sin fundamentos verdad? Sí, en este país se fugan muchos talentos por falta de oportunidades, pero de eso a echarse el bla, bla, bla soltando verbo como sujeto pasado de copas a las tres de la mañana, hay mucha diferencia. Y como ya me siento oficialmente “del montón”, no me queda más que mencionar algunos datos para avalar mi nueva condición universitaria:
UNAM: Universidad más importante de Latinoamérica donde se realiza más de la mitad de la investigación del país; patrimonio cultural de la humanidad según la UNESCO, con la extensión de territorio más grande de México en cuanto a instalaciones se refiere; institución cuya historia ha visto pasar en sus aulas a ilustres personajes en diversas áreas de estudio (algunos de ellos Premios Nobel); lugar con actividades escolares, culturales y deportivas en las que tiene cabida la sociedad (sin importar si son o no parte del campus); y humildemente posee el Observatorio Astronómico Nacional en Baja California, el Centro de Investigaciones Nucleares en el estado de México, sin mencionar las bibliotecas Central y Nacional, además del Colegio de San Ildefonso y varias estaciones biológicas... ¿le sigo?
Así que como verán, si me dicen como lo hizo este señor, pues entonces orgullosamente puedo mencionar que “soy del montón, ¿y qué?”. Conste que yo no apodé así a mis colegas eh, luego andan achacándole a uno el sublime amarillismo.
Y yo quería empezar el 2008 con un post alentador, lleno de entusiasmo y optimismo... pero no. Me cortaron la inspiración de fea manera. Ya para el siguiente replantearé mi condición de bloguero sin rabietas, capaz que el coraje no me dejará dormir (uy, sí).
Resulta que un chavo de excelencia académica rechazó su lugar en la UNAM ante una tentadora oferta de irse al extranjero en la búsqueda de una mejor oportunidad. Y como el estudiante tiene récords escolares bastante respetables, pues obviamente aceptar una propuesta de esa magnitud sería bastante lógico. Hasta ahí vamos bien. El “negrito en el arroz” fue el comentario hecho por el director de la institución donde cursó su último nivel académico con el objetivo de convencerlo para abandonar su lugar en la Prepa 2. En pocas palabras le dijo: “en la UNAM vas a ser del montón”. ¿Así o más claro?
Me pregunto acaso si el ilustrísimo personaje habrá puesto algún día un pie en Territorio Puma o tal vez estudió sólo en escuelas privadas. Ojo, no critico a dichas instituciones porque existen varias de reconocido nivel y cuya aportación académica es muy valiosa tanto para los alumnos como para el país. Lo curioso del asunto es que el señor ha de ver a la UNAM como casi nada… unos edificios construidos para que los alumnos se pongan a hacer algo y no anden de vagos.
¿Que feo es hablar sin fundamentos verdad? Sí, en este país se fugan muchos talentos por falta de oportunidades, pero de eso a echarse el bla, bla, bla soltando verbo como sujeto pasado de copas a las tres de la mañana, hay mucha diferencia. Y como ya me siento oficialmente “del montón”, no me queda más que mencionar algunos datos para avalar mi nueva condición universitaria:
UNAM: Universidad más importante de Latinoamérica donde se realiza más de la mitad de la investigación del país; patrimonio cultural de la humanidad según la UNESCO, con la extensión de territorio más grande de México en cuanto a instalaciones se refiere; institución cuya historia ha visto pasar en sus aulas a ilustres personajes en diversas áreas de estudio (algunos de ellos Premios Nobel); lugar con actividades escolares, culturales y deportivas en las que tiene cabida la sociedad (sin importar si son o no parte del campus); y humildemente posee el Observatorio Astronómico Nacional en Baja California, el Centro de Investigaciones Nucleares en el estado de México, sin mencionar las bibliotecas Central y Nacional, además del Colegio de San Ildefonso y varias estaciones biológicas... ¿le sigo?
Así que como verán, si me dicen como lo hizo este señor, pues entonces orgullosamente puedo mencionar que “soy del montón, ¿y qué?”. Conste que yo no apodé así a mis colegas eh, luego andan achacándole a uno el sublime amarillismo.
Y yo quería empezar el 2008 con un post alentador, lleno de entusiasmo y optimismo... pero no. Me cortaron la inspiración de fea manera. Ya para el siguiente replantearé mi condición de bloguero sin rabietas, capaz que el coraje no me dejará dormir (uy, sí).
Qué onda ale, si que ha sido mucho tiempo. Bueno, pues es grato ser del "montón". Me da gusto leer tu blog, espero hacerlo seguido y mantenerme en contacto. De igual manera, espero mandes un mail con noticias tuyas y de otros compañeros de los que no ´tengo idea qué ha sido de sus vidas. mi correo: apolux@hotmail.com
ResponderEliminarCuídate y feliz año.